Violencia sexual como arma de
guerra también es sufrida por los hombres
En
Sucre, familias enteras eran secuestradas por temporadas por los 'paras' de
'Cadena' y 'el Oso'.
De
1.534 solicitudes de víctimas de violencia sexual que reclaman la reparación
que entrega el Gobierno por fuera de los procesos judiciales, la tercera parte
(518) son de hombres.
Así
lo revela el último corte de cuentas de Acción Social, la entidad encargada de
entregar la reparación administrativa. "Estamos en proceso de verificación
de las denuncias, caso por caso. Tenemos que confrontar datos", dice el
director, Diego Molano.
Aunque
el país hasta ahora empieza a conocer este drama, ya varias instituciones
venían siguiéndole la pista. En el 2008, el Instituto Nacional de Medicina
Legal realizó en todo el país 67 dictámenes a víctimas de delitos sexuales
atribuidos a actores del conflicto. Nueve eran hombres.
El
Comité Internacional de la Cruz Roja, por su lado, auxilió el año pasado a 13
hombres y 10 niños también víctimas de este tipo de prácticas. "Las
personas abusadas sexualmente por las partes en conflicto no siempre acuden a
las autoridades competentes para denunciar los hechos y, en consecuencia, no
reciben asistencia", dice el último reporte del Cicr
en Colombia.
Violación
y tortura
Cuando
lo separaron del grupo de casi 100 personas que cayeron en un retén 'para' en
la Costa, Juan creyó que había sido elegido para morir. Para ese momento ya
otros secuestrados en ese mismo sitio habían sido asesinados con tiros de
gracia.
Sin
embargo, con él se ensañaron de otra manera. Y hace pocos meses, de espaldas
ante una cámara de la Comisión Nacional de Reparación, por primera vez después
de varios años se atrevió a contar lo que le pasó: "A mí me hicieron
desvestir. Abusaron de mi y me torturaron por más de
cinco horas. Tengo cicatrices por todo el cuerpo y una herida mental que nunca
se me va a quitar".
Casos
como este, de hombres víctimas de violencia sexual, por primera vez empiezan a
documentarse en la historia de la guerra en Colombia. Es un capítulo todavía
más oculto que los abusos contra las mujeres, un crimen de lesa humanidad cuyos
niveles de impunidad le valieron a la Fiscalía un durísimo regaño de la Corte
Constitucional.
Del secreto de Juan no conoce ni su esposa. Y él aun no logra entender por qué
lo agredieron: "Pienso que lo hicieron porque pensaron que era homosexual
o por maldad (...) Me decían que sabían que yo era un informante y que por mi
culpa les habían matado a alguien, pero nunca he tenido nada que ver con esas
cosas".
Contra
lo que podría creerse, no son historias viejas. Uno de los casos denunciados
ante las autoridades ocurrió en Simití (Sur de
Bolívar), en enero pasado. Allí, un hombre de 33 años fue violado por cinco
integrantes de las nuevas bandas. Padre de dos hijos, fue amarrado a un árbol y
humillado por sujetos que le dijeron que eso le pasaba por ser de la guerrilla.
"Las
violaciones buscan humillar a una comunidad que supuestamente apoya al grupo
armado contrario, y en el caso de los hombres ellos son doblemente
avergonzados" dice Eduardo Pizarro, presidente de la Comisión de
Reparación.
En
Norte de Santander, los paramilitares de Mancuso
fueron denunciados por victimizar a homosexuales. En
Sucre, donde los 'paras' de 'Cadena' y 'El Oso' se llevaban a las familias por
semanas -a los hombres para trabajar en fincas y a las mujeres para abusar de
ellas- varias ONG han intentado explorar el tema, hasta ahora sin resultados.
"Muchas veces abusaban de sus mujeres delante de ellos, y que ellos mismos
hubieran sido víctimas no sería extraño -dice una investigadora-. Pero nadie lo
reconoce".
Los
fiscales de Justicia y Paz, han recibido 33 denuncias de hombres y 379 de
mujeres víctimas de violencia sexual. Los casos son en su mayoría de Antioquia , Santander, Risaralda y Magdalena. Muchas de las
víctimas, llama la atención un informe de la Fiscalía, eran hombres "en
incapacidad de resistir"; esto es, con limitaciones físicas o mentales.
En
los registros del organismo, las Farc aparecen como
el grupo con más agresiones, seguido del Eln y los
'paras'.
Tomás
Medina Caracas, el 'Negro Acacio' de las Farc que murió en el 2007, protagonizó una de las páginas
más vergonzosas de este tipo de crímenes. A comienzos de la década, en una
comunidad indígena de Vichada, abusó sexualmente de un contrario al que después
asesinó.
15
mujeres indemnizadas
Cuando
termine el 2009, el Estado colombiano habrá entregado reparaciones por vía
administrativa a cerca de 10 mil personas.
La
mayoría son víctimas de desplazamientos y masacres. Pero entre ellas estarán 15
que se atrevieron a denunciar que fueron objeto de violencia sexual.
Mañana,
en Apartadó (Antioquia), dos de ellas recibirán los
poco más de 15 millones de pesos que el Estado ha puesto como tope máximo de
reparación para ese tipo de delitos.
Las
denuncias fueron verificadas por las confesiones de los paramilitares que están
en Justicia y Paz.
En
esa unidad de la Fiscalía hasta el momento van registrados 412 casos de
violencia sexual por grupos armados ilegales, de los cuales 379 corresponden a
mujeres. De Antioquia han llegado la mayor parte de denuncias, 105, y siguen
Bolívar, con 36, y Magdalena con 26.
Pero
casi no hay investigaciones formales en departamentos como Sucre, donde un solo
'para', alias 'el Oso', ha sido señalado de decenas de abusos y violaciones.
JOHANNA ÁLVAREZ Q.
REDACCIÓN JUSTICIA