Cali
Violencia familiar no se quiere ir de los hogares

Por Carolina García, reportera de El País.

Sufrimiento. “Sigue persistiendo esa cultura patriarcal, en la que predomina el poder del hombre sobre la mujer. Y ellas creen que el hombre tiene derecho a hacer de todo”, dice Marta Leticia Espinosa.
Archivo / El País

El año pasado se registraron 9.180 casos. Mujeres, las más afectadas.

“El único lenguaje que conoce es el de los gritos. Y jamás ha utilizado sus manos para otra cosa diferente que no sea golpear, estrujar, aruñar o apretar”. Cecilia lo reconoce sin pena, pero convencida de que eso es lo único que le ha ofrecido el que fue su novio de tres años, esposo por cinco y padre de un niño de cuatro. Pero esta semana decidió salir de ese estado de miedo y silencio y en cambio quiso hablar, llorar y buscar ayuda.

“Me cansé de tanta violencia y quiero empezar a vivir tranquila porque mi hijo me necesita”, decía, mientras recibía atención de una sicóloga.

Los casos de violencia familiar persisten en los hogares caleños y eso lo revelan claramente las cifras del Observatorio de Violencia Familiar de la Secretaría de Salud de Cali, que durante el 2008 registró 9.180 casos atendidos por los sectores de justicia, protección y salud de la ciudad.

Marta Leticia Espinosa, directora del Observatorio, dice que este panorama es “terrible”, sobre todo porque no muestra ni la quinta parte de lo que sucede en la ciudad. “El 80% de los casos reales siguen guardados, así que es muy grave. Pese a que las denuncias han aumentado la gente sigue con vergüenza. Viviendo en una condición de violencia en el interior de sus casas y también con miedo de denunciar a sus padres u otros parientes porque no quieren hacerles daño”, dice.

La señora Espinosa explicó que estas cifras cada año van en aumento. En el 2007 se registraron 10.984 casos, sin embargo, el año pasado el Observatorio no pudo obtener los consolidados de la Fiscalía por los problemas de orden público que afectaron los procesos de justicia. “Así que creemos que si hubiéramos tenido ese consolidado, la cifra para el año pasado hubiera podido llegar a 12.000 casos”, agrega.

El informe del Observatorio también revela que los niños, hasta los 12 años, las mujeres (74%) y los adultos mayores son los que más sufren por el maltrato en los hogares. Los casos de los abuelitos son los menos denunciados.

Las personas pueden denunciar los casos de agresión en la Secretaría de Salud, llamar a la línea 106 para los niños o en la Línea Amiga: 5141900.

La Directora del Observatorio insiste en que los papás creen que en entre más se le pega a un niño más aprende y persiste ese sentimiento de propiedad sobre los menores de edad.

Otro de los datos que revela el informe es que el tipo de maltrato que más se presenta dentro de las familias es el psicológico, que sumado con el físico alcanza un 64%. La negligencia, el abandono y la inasistencia alimentaria constituyen la tercera parte de los maltratos y también se ejercen contra los menores de edad. En ese sentido, los padres de familia son los mayores agresores (42%).

El secretario de Salud de Cali, Alejandro Varela, insistió en que la dependencia trabaja en visibilizar este problema y busca que las personas se sientan apoyadas, bien atendidas y conozcan los servicios a los cuales pueden acceder sin ningún costo. “Trabajamos para denunciar y apoyar los casos de violencia familiar y lograr que en el municipio se asimile de forma general la cultura del buen trato”, dijo.

Cuestión de estrato

Los casos de violencia familiar se concentraron el año pasado en las comunas 13, 20, 14, 10, 12 y 4. Por zonas, el oriente y el centro son los que más reportan casos. Sin embargo, la señora Espinosa advierte sobre otra problemática: “En las zonas de los estratos altos no se registran casos, no porque no ocurran, sino porque las mujeres temen denunciar por las apariencias, por miedo a su círculo social o porque temen perder sus ingresos económicos”.

Pero la ayuda no tiene estratificación. El sicólogo Carlos Alberto Segura recomienda, como primera medida, buscar orientación sicológica. “Cuando una persona saca la mano para pegarle a otro, significa que está fuera de control y necesita ayuda. No hay que esperar que suceda una tragedia para dar el paso porque estamos hablando de personas agresivas y violentas”, dice.

En este proceso, dice el médico Segura, la persona debe reconocer que tiene un problema para luego empezar con una terapia que le permita recuperar la autoestima y el respeto propio y por los demás. “Aquí hay que incluir el uso de las palabras que son violentas, que a veces golpean más que un puño”.

Finalmente hay que buscar un proceso de reconciliación entre las familias y llegar a acuerdos que deben respetarse. “Si los agresores no admiten la atención profesional, pues entonces serán atendidos por la Policía porque una agresión es un delito”.

Para tener en cuenta

·  El 84% de los casos de violencia sexual al interior de la familia fue ejercida contra las mujeres y en un 78% estas agresiones se presentaron contra mujeres menores de 20 años, siendo el grupo entre 10 y 14 años el más afectado con casi una tercera parte del total de los casos (28%).

·  En el 2008, 2,6 personas por cada mil habitantes reportaron un caso de maltrato en la familia.

Señales de alarma

·  La sicóloga Margarita Díaz dice que un niño maltratado presenta golpes o cicatrices en su cuerpo. También son niños tristes, solitarios, silenciosos y temerosos. De adultos, ellos pueden repetir el ciclo maltratador.

·  En las mujeres, se presenta ausentismo laboral, depresión, quieren mantenerse muy tapadas, baja autoestima y a veces son solitarias o se refugian en el trabajo para no ir a casa.