Cali no escapa a la violencia que sacude a las capitales del país

Por Perla Escandón Tovar | Redacción de El País

Venganzas, riñas y atracos, los principales móviles de muertes en Cali.

Una ráfaga de fuego acaba con la vida de tres hombres y deja heridos a dos más en un taller de mecánica en el barrio Floralia, al nororiente de Cali.

Es mediodía del miércoles pasado. La calle está llena de vainillas de revólver. Las autoridades atribuyen el triple homicidio a venganzas al parecer entre expendedores de droga.

Las tres víctimas mortales pasan a engrosar la cifra de 1.436 personas asesinadas este año en la ciudad.

Esa estela de muertes violentas registra un incremento del 21% en los casos en comparación con el 2008.

Mientras que el año pasado hubo 1.186 asesinatos, en el presente la cifra ascendió a 1.436, es decir que 250 ciudadanos más perdieron la vida a manos de violentos.

Pero ¿qué explicaría que los homicidios estén disparados en Cali y las autoridades no logran cortar esa espiral sangrienta? Un análisis del Observatorio Social del Municipio destaca una serie de hechos como detonantes de la violencia: el atentado a la sede de la Regional de Inteligencia de la Policía, en febrero; las capturas de familiares y testaferros de los extraditados Gilberto y Miguel Rodríguez, ex capos del desaparecido Cartel de Cali, en marzo. Asimismo las detenciones de cabecillas de ‘Los Rastrojos’ como los alias El Búho y 06, en mayo, y por último la incautación de US$57 millones en Buenaventura, en octubre.

Para las autoridades, estos hechos sustentan la tesis de que el narcotráfico, especialmente la venta al menudo, es uno de los motores de los crímenes en Cali.

El coronel Miguel Ángel Bojacá, comandante de la Policía Metropolitana, sostiene que este año “por las incautaciones a los cargamentos, los narcos no sacan la droga masivamente al exterior, sino que están dejando grandes cantidades para el consumo interno”.

Esa lucha territorial entre ‘jíbaros’ se ha traducido en muertes en Floralia, Nueva Floresta, Popular y Montebello.

“El año pasado no teníamos la dinámica del ‘microtráfico’”, dice la secretaria de Gobierno, Eliana Salamanca.

A la disputa entre bandas callejeras se suman los asesinatos selectivos relacionados con delaciones, como habría pasado en marzo y septiembre.

Tras la bomba a la Regional de la Inteligencia de la Policía, Ripol, los hechos violentos aumentaron de febrero a marzo en un 59%. Los investigadores creen que son consecuencia de las capturas de los terroristas. De hecho, un testigo de la Fiscalía fue baleado señalado de “sapo” por sus agresores.

Un comportamiento similar se habría dado en septiembre, en cuyos primeros días Cali se daba un respiro de tranquilidad, pero el decomiso de los contenedores desencadenó retaliaciones.

En dos semanas las vendettas entre narcos dejaron 21 muertos, entre ellos Rafael Uribe Serna, tío de ‘Los Comba’.

Además la violencia se trasladó a las comunas 2 y 3, lugares donde las víctimas fueron abordadas por los sicarios.

Según un investigador, “el tío de ‘Comba’ dio información que ayudó con la captura de alias 06 en Ciudad Jardín, porque él quería quedarse con parte de las ocho estructuras criminales que tenía en la ciudad”.

Para la sociologa de la Universidad del Valle Alfaima Sánchez, “más que el problema del negocio, es que se nos ha arraigado una cultura del narcotráfico”.

Rezago de esa cultura sería la tendencia enquistada entre muchos caleños, según el coronel Bojacá, de resolver los conflictos por vías de hecho.

Las venganzas ocupan el primer lugar en los móviles de los asesinatos, representando el 42% del total de los casos, con 604.

Venganzas por odios entre vecinos, por cuentas pendientes entre delincuentes, por robos o por hechos del pasado.

En medio de esos ‘ajustes de cuentas’ han sido acribillados más de 150 hombres con antecedentes penales, 10 desmovilizados de la guerrilla y las autodefensas y 106 pandilleros de Siloé, Marroquín, El Retiro, El Rodeo y El Vergel.

Mientras que por intolerancia social, las autoridades registran 386 muertos en riñas. Hace dos semanas un vigilante hirió a bala a tres niños, supuestamente porque estaba cansado de que sus vecinos lo molestaran.

Alta cuota por hurtos

Un factor que está dejando una alta cuota de sangre y que, según un fiscal, requiere una mayor atención del Gobierno es el hurto en todas sus modalidades, dado que la crisis económica y el desempleo puede agravar el panorama.

Aunque las cifras oficiales muestran que el número de homicidios por atracos es de 153, lo cual corresponde al 11% del total en Cali, el fiscal asevera que en el fondo el robo es el combustible de los casos, “más que la intolerancia social”.

“De 18 homicidios que he investigado en un mes, 12 tienen que ver con el hurto. Que porque alguien se quedó con una plata o porque le quería quitar un celular o el carro o los electrodomésticos”, dice.

En esa dinámica tanto civiles como delincuentes terminan siendo víctimas, ni siquiera los agentes del Estado se escapan a esa realidad.

Una muestra palpable de ello es un hombre de 24 años ultimado en Siloé por una mala repartición de un botín, un menor de 17 años que recibió un tiro de un transeúnte cuando le quitaba el bolso y el celular a un mujer en el barrio Industrial, y un agente en descanso que fue atracado en La Reforma.

La mano macabra de asaltantes se ha llevado la vida de inocentes: el arquitecto Juan Pablo Becerra, a quien despojaron de siete millones de pesos, el profesor universitario Jhon Edwer Osorio y el cantante William López, a quienes intentaron robarles sus carros.

Este último fue incluso desmembrado para desaparecer su cuerpo. “Su caso es una muestra de que crímenes tan espeluznantes no son necesariamente un mensaje entre narcos”, agrega el fiscal.

El coronel Bojacá dispuso un escuadrón motorizado para combatir a los ‘fleteros’, pero dice que la solución a este fenómeno multicausal no está sólo en sus manos. “Es integral, se requiere prevención, coerción, investigación, fortalecer el sistema penitenciario y la resocialización de los presos”.

Insiste en endurecer las penas por porte ilegal de armas. “El que las lleva es un peligro para la sociedad”, concluye.

Impunidad

Una queja frecuente entre miembros de Policía Judicial es la impunidad. La deficiencia de investigadores, de equipos tecnológicos y otros elementos son las causas para que algunos delincuentes queden en libertad. “Hay gente que queda por fuera por vencimiento de términos”, señala una fiscal.

En la actualidad la Fiscalía maneja 4.165 casos por homicidio, de los cuales 3.763 están en etapa de indagación, 102 en investigación y 98 en juicio. En otros 61 casos los implicados aceptaron los cargos.

La Sijín y el CTI cuenta con unas 300 personas para adelantar las investigaciones y dar con los responsables de los crímenes.

Por eso la magistrada Gloria Canaval, vocera del Consejo Seccional de la Judicatura, dice que urge fortalecer las unidades de Policía Judicial y las labores de investigación.

Acciones en comunas críticas

“A nivel nacional las capitales registran un incremento en los homicidios. En Medellín es dramático, el aumento es casi del doble, en Bogotá llega al 25% y en Cali es del 21%.

Después del primer semestre que la Administración y la Policía comenzó a hacer un control efectivo de redadas, cierre de establecimientos y control de borrachos ese exceso ha bajado en Cali”, explicó el concejal Rodrigo Guerrero.

El médico expone que la mitad de los homicidios suceden en las comunas 13, 14 y 15 (Distrito de Aguablanca), pero este año la Comuna 6 se convirtió en un punto neurálgico. “Allí hay un patrón típico de desorden social ... con el licor”.

Guerrero insiste en que “la violencia social tiene base en la violencia intrafamiliar. Colombia no le ha puesto suficiente interés a cómo enseñarle a los padres a que no sean violentos”.

Manifiesta que el Municipio debe focalizar las intervenciones sociales en las comunas más críticas, mientras que el crimen organizado debe ser enfrentado por el Estado con inteligencia policial.

Cifras

·  69 por ciento de las víctimas tenían entre 15 y 34 años de edad.

·  85 por ciento de los homicidios son cometidos con armas de fuego (1.215 casos).

·  1.360 de las víctimas son hombres.

·  426 homicidas han sido capturados.

·  259 barrios de un total de 359 registran hechos.