Si se le da la opción a un niño de elegir entre una ensalada y un helado,
muy seguramente escogerá lo segundo. Y no está mal que se deje tentar por un
dulce, el problema es que las frutas y verduras no estén dentro de sus comidas.
Carlos Velasco, miembro de la Sociedad Latinoamericana de Gastroenterología
Pediátrica, asegura que estos alimentos son esenciales para los niños porque
les ofrecen vitaminas, minerales y fibra; esta última, necesaria para regular
los movimientos intestinales y evitar problemas como el estreñimiento.
Según Velasco, desde los seis meses, cuando el niño está listo para recibir
alimentación complementaria, se pueden introducir las primeras frutas y
verduras.
“Aunque muchas madres no les ofrecen a sus hijos ciertos alimentos, porque a
ellas no les gustan y les quitan la posibilidad de probarlos”.
De acuerdo con el médico, entre los 2 y 3 años de edad se crece más
aceleradamente que en cualquier etapa de la vida.
Por eso, su desarrollo social y afectivo es fundamental y la buena
alimentación juega un papel importante: diversos estudios científicos han
demostrado que el Sistema Nervioso Central no se desarrolla de la misma manera
si el niño está malnutrido y puede haber afectación motora, sensitiva o global.
De ahí la importancia de que los padres fomenten el hábito de incluir alimentos
saludables en la dieta de sus hijos y los impulsen a realizar actividades
físicas.
“Uno de los factores determinantes en la salud y la enfermedad es el hábito
alimentario”, dice la nutricionista Adriana Salamanca en su libro Nutrición,
hábito de vida. Y señala que “si usted le dice (a su hijo) que las verduras son
buenas, pero en el único plato en donde las ve es en el de él, ¿qué va a pensar?
Recuerde que nosotros somos el producto de las normas que tuvimos en casa”. .
- FRUTAS, VERDURAS Y LEGUMIMOSAS Las frutas y las verduras deben comerse
despacio, masticarse, para aprovechar toda su fibra. Se aconseja comerlas
crudas, más que licuadas, en cremas o coladas; por eso el poder de las
ensaladas.
Tanto adultos como niños deben consumir preferiblemente cinco porciones
diarias de frutas y verduras (de hoja verde especialmente). Algunas
recomendadas son: habichuela, espinaca, arvejas, pepino, lechuga y apio. Las
frutas como naranja, toronja, mandarina, mango con cáscara (dulce, no biche),
sandía, guanábana, granadilla. La manzana, pera, durazno y guayaba estriñen.
También se recomiendan los tubérculos porque poseen fibra. Entre tanto, las
lentejas y los fríjoles deben dejarse en agua la noche anterior para que el
agua ayude a eliminar un componente que produce gases. Cuando se cocinan se
debe cambiar el agua.
- Am0r vs. dolor Carlos Velasco, gastroenteró- logo pediatra, explica que
entre el 80 y el 90 por ciento de sus consultas tienen origen funcional, no
orgánico. Es decir, que los niños presentan estreñimiento o dolor abdominal
porque el pequeño somatiza el ‘abandono’: poca atención de los padres o una
crianza inadecuada. “Generalmente, son niños que sufren matoneo en sus
colegios, permanecen solos y no tienen aceptación; o se ven afectados por la
separación de sus padres. La clave para estos problemas crónicos es dar amor”.
Lo mismo ocurre cuando hay que perseguirlos para que coman, escupen los alimentos,
vomitan o se tiran al piso. “El problema es una disfunción familiar”, dice
Velasco