No descuide esas várices: además de la herencia, el sobrepeso y el sedentarismo también cuentan

Con medidas preventivas es posible retrasar la progresión de las várices.

Si usted es mayor de 40 años y en su familia hay antecedentes de várices, tiene un 50 por ciento de probabilidades de desarrollar esta enfermedad. Lo ideal es consultar para evitar complicaciones.

Aunque la mayoría de las veces se presenta con síntomas como sensación de pesadez y tensión, calambres, hormigueos e incluso fuertes dolores en las piernas, hay quienes nunca experimentan estas  molestias, pese a tener la enfermedad.

Hábitos como la falta de actividad física pueden desembocar en serios problemas de circulación sanguínea que, más allá de  producir inflamación en los tobillos y en los pies, dilatan las venas de las piernas hasta agrandarlas y hacerlas visibles con un cambio en la coloración de la piel. 

Jorge Ulloa, presidente del Foro Venoso Latinoamericano y miembro de la Unión Internacional de Flebología, asegura que el 20 por ciento de todas las personas con este mal evolucionan a estadios severos, "de ellos cerca del 1 por ciento sufre  complicaciones, como úlceras varicosas; estas son pequeñas heridas sangrantes, de difícil curación, que se producen en la piel donde está la várice", explica Ulloa.

Otra complicación es la tromboflebitis, que es la formación de coágulos sanguíneos dentro de las venas, causada por el reposo prolongado o por la acción de algunas hormonas femeninas (anticonceptivos).

También puede ocurrir cuando las personas permanecen mucho tiempo en la misma posición, sentados o de pie, como ocurre con viajeros o trabajadores de cierto tipo de actividades, como los cirujanos, los peluqueros, los chefs y las azafatas.

Julio Naranjo, cirujano vascular, recuerda que si bien la tromboflebitis es de buen pronóstico y de fácil manejo cuando es superficial, la llamada trombosis venosa profunda cursa con peligros asociados, como consecuencia del desprendimiento de trombos  que viajan, afectando principalmente al pulmón. Por eso es importante siempre estar bajo control médico, pues pueden requerirse medicamentos y cirugías.

A prevenir Ulloa asegura que con medidas preventivas es posible retrasar la progresión de esta enfermedad e incluso aliviar los síntomas cuando ya se tiene. Si ese es su caso, tenga en cuenta lo siguiente:

Levante las piernas: como las várices son venas débiles y sin fuerza para devolver la sangre al corazón, al levantar las piernas se evita que éstas se llenen y ayuda a descongestionarlas. Levántelas por encima del nivel de las caderas.

Masajee: haga un masaje fuerte, desde los tobillos hacia el corazón (como exprimiendo las piernas). Repita esta operación varias veces.

Afloje la ropa: las prendas apretadas aumentan el problema, olvídese de las fajas.

Sea activo: haga ejercicio aeróbico durante 40 minutos al día. Corra, trote, nade, monte en bicicleta, baile o patine. Al finalizar, haga estiramiento de todos los músculos.

No fume: El cigarrillo aumenta el problema venoso; no hay ninguna razón para que mantenga este mal hábito. Baje de peso. El sobrepeso y la obesidad aumentan la congestión en las piernas. Anticonceptivos.

Si tiene várices hable con su ginecólogo, pues algunos medicamentos de este tipo pueden exacerbar el problema. Existen hormonas y concentraciones que resultan menos riesgosas.

Cómo tratarlas

Lo más aconsejable es que aquellas personas afectadas por este mal consulten a un médico especialista, para evitar complicaciones. No existen en el mercado medicamentos capaces de curar las venas várices.

Sin embargo algunos son un complemento adecuado para contrarrestar este mal. La única forma de corregirlo es con tratamiento médico y  quirúrgico, como los siguientes:

- Cirugía: es recomendada en casos severos; no tiene contraindicaciones y su beneficio se aprecia a largo plazo.

- Escleroterapia: es un procedimiento con inyecciones en los vasos sanguíneos pequeños que requiere de varias sesiones. Debe ser aplicado por un especialista.

- Radiofrecuencia: es un procedimiento durante el cual se usan ondas para destruir las venas, principalmente las superficiales. Esto requiere manejo muy especializado.

Medias, ¿sirven o no?

Las llamadas medias de compresión graduada ayudan a prevenir y a atenuar la insuficiencia venosa, porque ejercen una compresión gradual en las piernas (oprimen más la zona de los tobillos y menos la de los muslos). Esto hace que, de manera dinámica, se  estimule la circulación hacia arriba, haciendo que la sangre viaje con mayor facilidad hacia el corazón.

Hay que tener claro que existen varios niveles de compresión, pues las hay para distintos estadios de la enfermedad. A diferencia de las medias convencionales, estas tienen la capacidad de impedir que la sangre se acumule en las venas, con lo cual se  alivian las molestias e incluso se retardan las complicaciones.

Están indicadas para toda persona con várices, que haya sido sometida a cirugía por esta causa o que por su actividad permanezcan mucho tiempo sentadas o mucho tiempo de pie.

REDACCIÓN SALUD