Entre el 25 de febrero y mediados de marzo próximos empezarán a llegar a
Colombia las primeras dosis de la vacuna contra el virus de la gripa AH1N1.
Así lo confirmó anoche el ministro de la Protección Social, Diego Palacio,
tras una conversación telefónica con voceros de la Organización Panamericana de
la Salud (OPS), cuyo fondo rotatorio adelanta la negociación con las empresas
fabricantes, a petición de los ministros de Salud de América Latina.
“Serán distribuidas por igual en todos los países de Suramérica, sin
preferencias”, advirtió Palacio.
Según el Ministro, al país llegarán 1’999.930 unidades que serán
distribuidas entre la población en riesgo: mujeres que estén en el segundo y
tercer trimestre de gestación (580.000); población mayor de 6 meses a 49 años
consideradas de alto riesgo (cerca de un millón), y trabajadores de la salud
(200.000 personas).
Cada dosis fue adquirida a un costo de siete dólares y demandarán una
inversión de 30.000 millones de pesos que asumirá directamente el Ministerio.
La demora en la llegada de las vacunas se debe, en parte, a que los países
industrializados acapararon la producción. La reventa Este fenómeno incluso ha
llevado a una reventa de excedentes de la vacuna en Europa debido a que la
pandemia se ha venido estabilizando en los últimos meses y tiende a parecerse a
una influenza común, si no presenta mutaciones graves.
Al respecto, el INS advierte que el virus llegó para quedarse e invitó a la
comunidad y a las autoridades de salud a no bajar la guardia.
Francia, Alemania y Holanda entraron en esta reventa.
Francia, por ejemplo, pidió el pasado verano 94 millones de dosis, por un
total de 869 millones de euros y unos 5 millones de franceses han recibido la
inmunización.
Según las autoridades de ese país, se están llevando a cabo negociaciones
con México y Ucrania para vender 50 millones de dosis.
En competencia con Francia, Alemania propuso a Ucrania 2,2 millones de
dosis, mientras Moldavia, Macedonia, Albania, Kosovo, Mongolia y las Maldivas
contactaron a las autoridades alemanas para obtener las unidades que necesitan.
Este país también compite con Francia para comercializar sus excedentes con
México