Está comprobado que la bacteria Helicobacter pylori tuvo su origen en África
hace unos 600 siglos y que sus habitantes, que se desplazaron a otros lugares, se
llevaron consigo a este agente que logró sobrevivir y propagarse en otros
aparatos digestivos.
Sin embargo, solo hasta 1979 la bacteria logró ser identificada gracias a
los científicos australianos John Warren y Barry Marshall, que lograron
aislarla en una probeta y descubrir sus dañinos efectos. Por este hallazgo
ambos investigadores fueron galardonados con el Nobel de Medicina y Fisiología.
Esta bacteria debilita el revestimiento mucoso que protege el estómago y el
duodeno, lo cual permite que el ácido afecte a la superficie sensible que se
halla por debajo de dicho revestimiento, causando la mayoría de las úlceras
pépticas y la gastritis.
Los investigadores opinan que la forma espiral de la bacteria ha
evolucionado para penetrar y colonizar el revestimiento mucoso.
Hoy se calcula que la infección por esta bacteria afecta a cerca de la mitad
de la población humana. Entre los infectados, cerca de 15 por ciento desarrolla
úlceras y 3 por ciento cáncer gástrico.
Unos 700 años atrás, los habitantes de lo que hoy es México ya padecían esta
lacra, según expertos mexicanos de la U. Autónoma del Distrito Federal que
encontraron restos de la bacteria Helicobacter en una momia precolombina.
El estudio partió del análisis del tejido estomacal, de la lengua y del cerebro
de cuatro cuerpos momificados de principios del siglo XIV. De las cuatro
momias, sólo una de ellas contenía fragmentos de ADN de la bacteria.
Si bien los expertos intuían que la Helicobacter había estado en México
mexicana desde hacía muchos siglos, esta fue la primera evidencia de que dichas
infecciones ya afectaban a los humanos 700 años atrás.
70 por ciento de la población En la actualidad, las autoridades sanitarias
mexicanas calculan que 70 por ciento de la población padece algún tipo de
problema gástrico (gastritis, úlcera péptica o duodenal, reflujo o cáncer
esofágico o gástrico).
Estas patologías se caracterizan, en general, por dolor en la boca del
estómago que se incrementa con el consumo de alimentos irritantes y producen
inflamación, náuseas o vómito.
Hasta hace poco se pensaba que la gastritis tan generalizada de los
mexicanos se debía al estrés o a la indisciplina en la alimentación, pero
investigaciones posteriores descubrieron que la mayoría de los casos estaban
ligados a la Helicobacter.
No obstante, la abundancia de casos puede estar relacionada también con la
inobservancia de normas elementales de higiene tanto personal (solo 20 por
ciento de los mexicanos se lavan bien las manos antes de comer) como de
conservación de alimentos.
¿CÓMO SE TRATA? El tratamiento más común hasta ahora contra esta bacteria
consiste en la administración de dos antibióticos junto con un fármaco que
inhibe la secreción ácida gástrica.
El más conocido es el omeprazol, durante un período de dos semanas. Sin embargo,
el incremento de la resistencia a los antibióticos y, posiblemente, una
inadecuada duración del tratamiento, han reducido su eficacia hasta un 70 por
ciento.
Otros expertos recomiendan, en los casos en que la bacteria se haga más
resistente, una combinación de tres medicamentos: lansoprazol, amoxicilina y
claritromicina.
En Valencia (España), un equipo de investigadores del Instituto de
Ingeniería de Alimentos para el Desarrollo de la Universidad Politécnica
elaboró un aperitivo infantil de manzana impregnado con zumo de mandarina y
probióticos capaz de paliar el efecto de la bacteria.
Según los responsables del experimento, en el 95 por ciento de los casos de
los niños infectados por Helicobacter a los que se dio estos aperitivos de
manzana se ha observado un efecto beneficioso en su salud al tiempo que ha
disminuido el grado de afección