Ideas de suicidio son más comunes en adultos que duermen mal, asegura estudio

Una investigación clínica sugiere que tanto los trastornos de sueño y los pensamientos suicidas podrían estar relacionados.

Los resultados de la investigación, hecha por la Universidad de Michigan (E. U.), fueron presentados durante el Congreso de la Asociación Psiquiátrica Mundial, celebrado en Florencia (Italia).

El estudio pide a los médicos estar alerta si un paciente se queja de problemas para dormir, incluso si no tiene un historial de trastornos de salud mental.

De acuerdo con un informe de BBC Ciencia, los científicos analizaron durante un año la relación entre los problemas de sueño de 5.693 adultos estadounidenses (dificultad para dormirse o para mantenerse dormido y despertar al menos dos horas antes de lo deseado) y sus conductas suicidas.

Los investigadores tomaron en cuenta ciertos factores, como el abuso de sustancias, depresión, trastornos de ansiedad, enfermedades físicas y otros aspectos sociales (el estatus matrimonial y financiero, entre ellos).

Durante ese periodo la gente con dos o más síntomas de insomnio mostró 2,6 veces más probabilidades de haber llevado a cabo un intento suicida que aquellos que dormían sin problema. El 0,5 por ciento intentó, de hecho, quitarse la vida.

Marcin Wojnar, director del estudio, aseguró que su trabajo sugiere la posibilidad de que al analizar los problemas de sueño se podría reducir el riesgo de conductas suicidas.

La Organización Mundial de la Salud calcula que unas 877.000 personas se suicidan en el mundo cada año, y que por cada suicidio hay unos 40 intentos que fracasan.

Wojnar afirmó, además, que los trastornos de sueño y los pensamientos suicidas podrían ser la manifestación de una psique atribulada, aunque no descarta que podría haber un vínculo fisiológico subyacente entre ambos factores, que hasta ahora se desconoce.

Los expertos creen que la falta de sueño podría afectar la forma como funciona el cerebro, lo que provoca juicios equivocados y menos capacidad para controlar los impulsos.

También se sospecha que tanto los trastornos de sueño como los pensamientos suicidas podrían estar relacionados con un desequilibrio de la serotonina, un compuesto químico cerebral responsable de regular el ánimo.