Juan Camilo Terán, uno de los
pocos discapacitados en el país graduado con honores como ingeniero
En
su discurso, Juan Camilo anunció que adelantará estudios de postgrado.
Para
este bogotano de 25 años, que no puede ni hablar ni escuchar, su limitación no
fue impedimento para lograr la meta.
El
día esperado había llegado. Luego de seis años de infinito esfuerzo y
sacrificio, Juan Camilo Terán González tenía en sus manos el diploma que lo
certifica como ingeniero de Telecomunicaciones de la Universidad Piloto de
Colombia.
Y
es que, además de graduarse viviendo en el silencio, recibió una mención de
honor por el excelente promedio académico que ostentó durante toda la
carrera.
Después de que sus compañeros pasaron al frente a recibir el diploma, el turno
le correspondió a Juan Camilo, quien subió al escenario en compañía de Rafael,
su intérprete desde hace 3 años.
El joven ingeniero lucía un impecable traje oscuro de rayas, combinado con una
corbata de color salmón. Saludó a las directivas de la Universidad y puso en
boca de Rafael un corto pero sentido discurso en el que Dios y sus padres no
fueron los únicos protagonistas: "Saludo a Lucas, mi perro, al que me
gustaría que conocieran".
Al término de las sentidas palabras, los compañeros y, en general, los padres
de familia, celebraron su triunfo con sonoros y prolongados aplausos.
Una mente brillante
Desde el primer semestre Juan Camilo se perfiló como un extraordinario
estudiante, amigo fiel de los números y de la calculadora de funciones.
Esa especial disposición por las matemáticas, el álgebra y el cálculo ya la
había demostrado en el Colegio Albert Einstein, del cual había salido bachiller. Hace seis se
matriculó en la Universidad Piloto y empezó con su sueño de ser ingeniero de
Telecomunicaciones.
Los primeros semestres fueron duros, porque otros compañeros con su misma
limitación abandonaban sus estudios, argumentando que era muy difícil estudiar
sin poder hablar y escuchar, pero para Juan Camilo fue lo de menos. De hecho,
siempre ostentó el primer puesto y sus calificaciones eran materia de orgullo
de Rafael y Patricia, sus padres.
Juan Camilo combina su pasión por el estudio juicioso de su carrera con otra
muy significativa: su amor por el Atlético Nacional del alma, equipo que le
saca la 'piedra' cuando pierde y le devuelve el buen humor cuando se acuerda de
ganar.
FABIÁN FORERO BARÓN
REDACTOR DE EL TIEMPO