Ser inteligente no es solo razonar con rapidez y eficacia, ser brillante en
los estudios, resolver ecuaciones matemáticas complejas o tener un alto
coeficiente intelectual. También se refleja en otras dimensiones y capacidades
de los seres humanos.
Los diccionarios definen la inteligencia como la “capacidad de entender o
comprender, de resolver problemas”.
Si se atiende a su etimología –que es de origen latino y se compone de los términos
intus (entre) y legere
(escoger)– también podría afirmarse que la
inteligencia se resume en la capacidad de elegir las mejores opciones para
solucionar un asunto.
Según la terapeuta Reyes Ollero, coordinadora de la Asociación Conciencia
(de España), existen otros caminos además del razonamiento lógico “puro y
duro”, para escoger la mejor opción, que para Ollero es aquella que nos
“conecta con nuestro ser interior y más esencial, nos ayuda a expandir la consciencia y nos acerca a la felicidad, entendida como un
estado de paz e íntima conexión con las demás personas y el universo”.
Además de la intelectual, hay otras formas de inteligencia, como la
emocional, la lingüística, la musical y la interpersonal que, según Howard Gardner, psicólogo
estadounidense reconocido por sus estudios sobre la inteligencia, están más
expresadas en unas personas que en otras.
A partir de eso acuñó, en 1983, el término inteligencias múltiples y las
agrupó en nueve categorías: la lingüística, la sinestésica,
la emocional y la musical se cuentan entre ellas.
- La naturalista Estos inteligentes, con habilidades para la observación, la
reflexión y la experimentación, se relacionan fácilmente con el medio ambiente.
Naturalistas, paisajistas y botánicos entran en este grupo.
- La interpersonal Es la capacidad que tiene una persona de ponerse en el
lugar del otro, de entenderlo. Esta, que es la base de la socialización, es
propia de los líderes naturales (interpretan a los demás y se convierten en sus
voceros), de los psicólogos y de los terapeutas.
- Intrapersonal Estas personas tienen una imagen
fidedigna de lo que son y a partir de eso interpretan con facilidad lo que son
y saben bien lo que quieren porque identifican sus necesidades, sus fortalezas
y sus defectos. En algún grado, toda persona es inteligente intrapersonal.
- La sinestésica Es propia de individuos que
resuelven problemas en oficios en los que el cuerpo es vital. No solo los
deportistas, los bailarines, los coreógrafos y los artistas de circo entran en
este grupo de inteligentes, también aquellos que son muy hábiles con las manos,
como los cirujanos, los electricistas y los mecánicos. Estas habilidades se
manifiestan a edades tempranas y se favorece con el entrenamiento.
- La emocional Así se define la capacidad que tienen algunas personas para
resolver problemas ligados con las emociones. Los poseedores de este tipo de
inteligencia pueden tomar decisiones con facilidad cuando están afectados por
emociones adversas. No solo pueden remontar crisis emocionales propias sino
comunicarse con otras personas en estos estados.
- La espacial Los dueños de este tipo de inteligencia tienen la capacidad de
concebir y abstraer la realidad (o parte de ella) en tres dimensiones. Los
grandes ingenieros, arquitectos, escultores, diseñadores, los pintores y los
navegantes clasifican en este grupo del que también hacen parte los científicos
James Watson y Francis Crick,
que pudieron entender y explicar el modelo de la doble hélice del ADN.
- La matemática Siempre se consideró en occidente como la inteligencia
realmente válida.
Quienes cuentan con este talento tienen un desarrollo marcado del hemisferio
cerebral lógico. Los dueños de esta capacidad son los llamados a dedicarse a
las ciencias exactas.
- La musical Esta, que surge en etapas tempranas de la vida, se conoce
comúnmente como buen oído; es el talento que tienen los músicos, los cantantes
y los bailarines. Es una inteligencia innata, pero necesita ser estimulada y
configurada para que el potencial pueda desarrollarse a plenitud.
- La lingüística Es considerada una de las más importantes, porque utiliza
ambos hemisferios cerebrales. Es la que muestra la capacidad de un individuo
para comunicarse y está esencialmente medida por el desarrollo del lenguaje. Es
la que caracteriza a los escritores, tanto que se cree que las sociedades han
sido estructuradas con base en la comunicación y en el lenguaje.