Cali, en deuda con bancos de sangre

Por Carolina Bohórquez R., reportera de El País

El número de donantes no llega ni al 0,2% de toda la población caleña.
Reserva. Aunque la sangre se puede preservar por casi un mes, se agota rápidamente en Cali por la demanda, pues es una ciudad con un promedio de 2.000 muertos al año.
Son héroes que no necesitan capa o vestir un traje a prueba de balas. Tampoco les falta el poder de volar porque ‘salen como un rayo’ apenas reciben el llamado de auxilio. Se trata de más de 3.000 voluntarios que se han convertido en donantes permanentes de sangre y de plaquetas, impulsados por la convicción de que la vida de otros debe seguir corriendo por las venas.

Sin embargo, la voluntad de todos juntos aún es insuficiente para hacer posible que los cinco bancos de sangre de Cali cuenten a diario con el ‘capital’ indispensable ante cualquier emergencia. Por eso, por largo tiempo estos bancos se han mantenido a la espera de que la ciudad salde una deuda de generosidad.

El banco con mayor volumen de demanda funciona en la Cruz Roja y el segundo es el Hemocentro Banco de Sangre del Valle, con personal del Hospital Universitario del Valle y el cual, desde finales de 2008, busca abastecer a toda la red pública. Los tres restantes están en la Fundación Valle del Lili y en las clínicas Rey David e Imbanaco.

Todos activan una red, en caso de una emergencia de gran magnitud. Pero no es fácil si hay una eventualidad porque en estas entidades persisten los déficit de litros de sangre y de donantes.

Haciendo cuentas, los donantes existentes no llegan a ser el 0,2% de toda la población caleña y lo mínimo que los bancos esperan son 30 donantes por cada mil habitantes.

Resistencia al pinchazo de la aguja o creencias equivocadas, como suponer un aumento de peso cada vez que se dona el medio litro de sangre establecido, hacen que la indiferencia sea superior al clamor de los más de 90.000 enfermos en clínicas y hospitales de Cali, que se contabilizan en un año.

Una muestra del crítico panorama se presentó esta semana en el hemocentro de la Cruz Roja Seccional Valle del Cauca, cuando se buscaban unidades de sangre de tipo O positivo, la más necesaria en Cali por ser la predominante entre toda la ciudadanía. Hasta el miércoles apenas había 25 unidades de esta clase de sangre (11 litros) y el banco debe tener en reserva por lo menos 100 unidades (45 litros).

En la Cruz Roja más de 1.900 personas han prometido ser donantes constantes, pero hacen falta más voluntarios y en el Hemocentro del Valle 1.100 caleños acuden a hacer su ‘depósito de sangre’ por vocación. Los hombres van cada tres meses y las mujeres cada cuatro. No obstante, esta ayuda no está alcanzando.

Olga Lenis, coordinadora del Hemocentro del Valle, señala que de 300 unidades de sangre que le piden a diario puede ofrecer entre 80 y 100.

Un solo paciente puede necesitar numerosos donantes, dependiendo de la enfermedad y del número de cirugías a las que vaya a ser sometido. Por ejemplo, un niño que tuvo una cirugía de corazón, en la Fundación Valle del Lili, necesitó 120 donantes.

“Si las personas donaran frecuentemente y no esperaran a darla cuando un familiar es hospitalizado, sería más sencillo”, dice María Teresa Jiménez, bacterióloga del banco de Sangre de la clínica Valle del Lili, donde la demanda crece porque es la segunda clínica en el país en efectuar el mayor número de trasplantes.

De allí el interés de todos los bancos en aumentar las cifras de donaciones y de unidades de sangre, a través de campañas y de estrategias de promoción que implican visitar colegios, universidades, empresas y barrios. “Tratamos de cambiar la idea de un donante porque tiene un familiar hospitalizado, por uno que lo haga por iniciativa propia”, añade Lenis.

En la clínica Rey David esperan recibir más sangre. En marzo hubo 292 donantes, de los cuales el 62% fue voluntario. “Pero ha sido por un trabajo arduo”, comenta Gloria Amparo Gallego, del banco de sangre de la Rey David.

Héroes contados

“Yo llevo diez años como donante. Empecé dando sangre y ahora dono plaquetas cada mes porque quiero que la vida no se extinga”, dice Luz Marina Salazar, donante dispuesta a responder al llamado no importa la hora.

“Donar no es doloroso. Son dos pinchazos, uno para hacer la prueba y el otro para donar porque quiero ayudar”, comenta Fanny López, donante recurrente.

Orlando Bravo también quiso donar, inicialmente por un familiar enfermo.

“Yo lo hago pensando en los niños con leucemia”, comenta Marisol Salazar, quien este año donó sangre dos veces.

Son héroes, como los catalogan estos bancos con sus cuentas todavía en rojo.

Lo falso y lo cierto sobre donar sangre

Es falsa la idea de que al donar sangre se aumenta el peso. Los médicos aconsejan incrementar el consumo de líquido y no excederse en comida, bajo la presunción de recuperar fuerzas con la ingesta de alimentos. A su vez, la donación ni debilita ni adelgaza. Tampoco es cierto que el organismo pierda mucha sangre. Se donan 450 centímetros cúbicos y cada ser humano tiene una media de entre cinco y seis litros. Después de la donación la sangre se recupera rápidamente.

Donar ayuda a que haya menos riesgo de infartos y a una mayor oxigenación de los órganos y tejidos. Y lo más importante: se salvan vidas. Pueden donar personas entre 18 y 65 años, con más de 50 kilos, que no hayan visitado zonas endémicas y no sufran sida, sífilis, chagas o hepatitis.

Plaquetas, otro regalo de vida

¿Qué son las plaquetas?

Las plaquetas son las células de la sangre que ayudan a controlar el sangrado. Cuando un vaso sanguíneo es dañado, las plaquetas se concentran en el sitio lesionado y reparan la pérdida sanguínea. Luego las mismas plaquetas activan sustancias para formar el coágulo que logra sellar la herida.

¿Quiénes las necesitan?

Son numerosos los pacientes. Aquellos con cáncer, leucemia, los que se someten a intervenciones cardiovasculares, quienes se benefician de un trasplante de órganos o de médula ósea y las víctimas de accidentes de tránsito o de la violencia.

¿Quiénes pueden donar plaquetas?

Los donantes por aféresis (proceso con un separador de células por el cual se obtienen las plaquetas) deben ser mayores de 18 años, pesar más de 50 kilos y no haber sufrido sífilis, sida, enfermedad de chagas y hepatitis B, C y HTLV1. Con una entrevista se verifica la condición del donante y se toma una muestra de sangre. Con dicha muestra se realizan un hemograma y las pruebas de descarte de enfermedades transmisibles por transfusiones.

¿Es seguro donar plaquetas?

Sí. Cada procedimiento es supervisado por personal entrenado.

·  El Hemocentro del Valle necesita al año entre 30.000 y 60.000 unidades de sangre para dar ayuda a tiempo.