La salud al detal

Hace trámite, en el Senado de la República, un proyecto de ley de cuidados paliativos que busca brindarles atención integral a las personas afectadas por enfermedades que técnicamente no tienen cura. De ese grupo de colombianos hacen parte pacientes con cáncer y otros males crónicos y degenerativos, como la esclerosis múltiple, las parálisis cerebrales y otras discapacidades severas. Nadie pone en duda que el país necesita una legislación que proteja, asista y oriente a estos enfermos y sus familias, que hoy se enfrentan a este drama en sus hogares y en la más absoluta soledad.

Preocupa, sin embargo, que, por la vía legislativa, quieran remendarse los vacíos profundos que tiene el sistema de salud en estas materias. En el último año, por el Congreso han pasado, de manera independiente, iniciativas encaminadas a favorecer el tratamiento de diferentes enfermedades. En diciembre pasado fue aprobada la famosa Ley Ceballos (objetada luego por la Presidencia de la República), que promovía la atención integral de los pacientes con cáncer; también hizo tránsito otro proyecto relacionado con esta afección, pero en niños; y desde fines de año pasado se cuenta con una ley que considera el enanismo como una discapacidad.

Las enfermedades huérfanas y el tratamiento de la drogadicción (en el marco de la iniciativa que propone penalizar la dosis mínima) también han tenido proyectos. Valga decir que desde el 2005 los portadores de VIH y enfermos de sida han conquistado, por esta vía, beneficios en su atención.

Aunque estas aspiraciones son legítimas, cabe preguntar el porqué de esta mecánica en un país que, se supone, cuenta con un sistema de salud construido sobre el precepto de la integralidad en la atención de las personas. El artículo 162 de la Ley 100, norma de normas del sector, es claro al respecto: "Se garantiza la protección integral y el fomento de la salud y la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación para todas las patologías". Valdría la pena que, antes de impulsar iniciativas de salud al detal, los legisladores revisaran qué está pasando con el cumplimiento de las normas y qué papel están jugando las autoridades de salud, los órganos de control, las aseguradoras y demás actores del sistema.

Da la impresión de que a causa de esta dinámica se genera, desde el plano legislativo, más inequidad en la medida en que otorga privilegios a quienes padecen determinadas patologías sobre los demás, en contravía de los postulados de la ley y de la sentencia T-760 de la Corte Constitucional, que promulga igualdad en la atención para todos los pacientes en armonía con los recursos y con las posibilidades del sistema.
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