Con plata del propio bolsillo tendrán que ser enfrentadas algunas
enfermedades, de acuerdo con lo discutido para el nuevo Plan Obligatorio de
Salud (POS). Aún no se define cuáles, y también está en discusión si el POS
restringirá algunos servicios.
Como la Corte Constitucional ordena que debe ser igual para los sistemas
subsidiado y contributivo, en el Gobierno ronda la idea de un ‘POS chiquito’.
Esto, para ajustarse a la plata que haya. Habría unos servicios adicionales
para quienes aportan al sistema.
En las propuestas también se le apunta a un POS que contemple enfermedades y
el embarazo, en lugar del listado de medicamentos, insumos y procedimientos de
los dos POS actuales, y a los que tienen derecho unos 40 millones de afiliados
a las EPS de los sistemas contributivo y subsidiado.
Esto está siendo discutido por el Gobierno, gremios del sector, académicos y
expertos de la seguridad social para cumplir las órdenes de la Corte de
actualizar el POS y unificar los que hay.
Actualmente, el régimen subsidiado tiene un paquete de beneficios menor que
el contributivo.
Hasta ahora no hay decisiones concluyentes. La última reunión del Consejo
Nacional de Seguridad Social en Salud (Cnsss) fue hace 11 días, y entre los
asistentes hay diferencias sobre lo que se aprobó y no se aprobó (ver
¿Discrepancias en la comisión que lo diseña? ) El fondo de la sentencia de la
Corte, de hace siete meses, es la protección de la salud como un derecho
fundamental, y uno de los instrumentos para lograrlo es un POS que, al decir
del tribunal, responda a las necesidades de la gente.
Pero la reforma del desactualizado POS, afirma el director General de
Gestión de la Demanda en Salud del Ministerio de la Protección, Leonardo
Cubillos, debe hacerse “con el presupuesto disponible para ello”.
Esto significa que el nuevo paquete no responderá por todas las demandas de
la gente, pues aunque la salud es un derecho fundamental, la Corte aclaró que
no es absoluto.
El POS contributivo (salud paga) le cuesta al sistema 467.000 pesos anuales
por cada uno de los 18 millones de afiliados a las EPS, mientras que el POS
subsidiado, con menos beneficios, le cuesta 267.000 pesos por cada uno de los
23,6 millones de afiliados a este régimen.
¿Menos de lo que hay? ¿El POS unificado será por lo menos igual al POS
actual del régimen contributivo? “Estamos buscando una solución”, agrega
Cubillos.
Al respecto, el presidente de la Asociación Colombiana de Hospitales y
Clínicas (Achc), Juan Carlos Giraldo, afirma: “Cualquier POS me gusta si es
mejor que el actual”. Para él, que también es asesor del Consejo Nacional de
Seguridad Social en Salud, el crecimiento progresivo de beneficios está
contemplado en la Ley 100 de 1993 y en la sentencia de la Corte, y no concibe
una disminución del mismo.
Al respecto, el Gobierno, a través de Cubillos, resume su posición en cinco
palabras: “El POS debe ser pagable”.
Las fuentes de financiación son claras: aportes de trabajadores y
empleadores y la porción correspondiente del Sistema General de Participaciones
(SGP), que para este año suma algo más de 13 billones de pesos (5,2 billones
del paquete subsidiado y 8 billones del contributivo).
Proponen debate social El presidente de Acemi (gremio de las EPS), Juan
Manuel Díaz-Granados, dice que para la construcción del nuevo POS hay que hacer
un gran debate social para decidir “qué entra y qué no entra (al POS), teniendo
en cuenta las limitaciones económicas”.
Ese es, entonces, el meollo del asunto: si el enfoque del nuevo POS es por
patologías, del listado de las enfermedades de los colombianos se escogerá
cuáles serán incluidas en el paquete de beneficios y cuáles tendrán que ser
cubiertas con dinero propio.
¿En qué punto de ese listado se traza la frontera para incluir y excluir
enfermedades? Esto implica, dice el directivo de la Asociación de Hospitales y
Clínicas, que con un gran sustento técnico debe tomarse una decisión política.
Un cambio tan grande en el POS, añade, “ameritaría un referendo para que las
personas digan si están o no de acuerdo con el punto de corte”.
Cualquiera que sea el diseño del futuro POS, la idea general es que las
enfermedades ‘menos importantes’ y sus tratamientos no tendrán cabida en él.
Mediante un ejercicio de “concertación social” se priorizará la atención de
los colombianos.
QUÉ LO DIFERENCIARÍA DEL ACTUAL » La cobertura por enfermedades, y no por
medicamentos.
» La lista ya no sería de servicios médicos, drogas y exámenes, sino de males.
Falta definir cuáles se excluyen.
» Como se trata de que sea igual para los sistemas contributivo y
subsidiado, y ante la limitante de dinero, el Gobierno es partidario de que el
POS unificado sea más restringido que el actual del sistema pago.
El cambio va retrasado Como las consideraciones técnicas, científicas,
financieras y políticas hacen complejo el proceso hacia un nuevo Plan
Obligatorio de Salud (POS), este ya va atrasado y debió comenzar por la
aclaración del POS actual.
Esto sigue pendiente y consiste en explicar a qué tiene derecho la gente
hoy, mientras se define el nuevo POS.
La aclaración tenía que estar lista el primero de febrero pasado, según la
orden de la Corte Constitucional, no solo para que las EPS de los sistemas
contributivo y subsidiado presten los servicios (su falta de cumplimiento ha
dado origen a miles de tutelas), sino para que los usuarios conozcan sus
derechos y no acudan a la tutela para obtener servicios extra POS, que han
contribuido a minar las finanzas del sistema de salud.
Hasta el momento, según el presidente de la asociación que agremia a las
EPS, Juan Manuel Díaz-Granados, lo que se ha hecho es aprobar la metodología
para hacer la aclaración pertinente.
“El Ministerio de la Protección Social está dando los pasos adecuados, pero
el asunto es que esto requiere una velocidad mayor”, según el directivo.
¿Discrepancias en la comisión que lo diseña? Al ya problemático proceso de
armar un nuevo POS, se le suma la confusión existente acerca de la reunión del
27 de enero del Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud.
Para algunos de sus miembros y el Gobierno, en esta sesión se escogió el
camino para construirlo y así se lo comunicaron tres días después a la Corte
Constitucional.
Otros miembros afirman que no hubo tal aprobación; que ha habido
presentaciones como la de un POS por patologías y que el tema no se ha debatido
con la profundidad que amerita. Leonardo Cubillos argumenta que el acta de la
reunión comprobará lo afirmado por él y otros integrantes del Consejo. Juan Carlos
Giraldo y otros consejeros argumentan lo mismo.
Para el presidente de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, no
es posible que un cambio tan grande en la concepción del POS haya pasado
inadvertido. Un examen al acta dirimiría las diferencias, pero, según algunos
consejeros, hace por lo menos un año que no se llevan al papel los detalles de
las reuniones.
Será un trabajo de años Tener listo el nuevo POS demandará varios años de
trabajo riguroso, pues hay que saber con bastante aproximación de qué se
enferman los colombianos, qué tanto se enferman, cuáles son los males que los
aquejan.
Para ello hay que echar mano de herramientas como la Encuesta Nacional de
Salud, el análisis de la carga de la enfermedad y el perfil epidemiológico.
De aquí surgirá el escalafón de enfermedades.
El siguiente paso es cómo abordar su atención (procedimientos, medicamentos,
intervenciones, patologías,) y definir su costo, que se confrontará con los
recursos disponibles. Es cuando se tomarán las grandes decisiones, como incluir
menos.
Como dentro del Gobierno y algunos de sus asesores ronda la idea de un ‘POS
chiquito’, igual para todos los colombianos, este se financiaría con parte de
los dineros del Sistema General de Participaciones y de la cotización del 12,5
por ciento de trabajadores y empleadores.
La parte restante del aporte de estos últimos financiaría el paquete
adicional de beneficios para los afiliados al régimen contributivo y sus
familias.
41, 6 millones de colombianos están hoy en los sistemas contributivo (pago)
y subsidiado de salud.
467.000 pesos le cuesta anualmente al sistema cada afiliado al régimen
contributivo.
267.000 pesos le vale cada año al sistema un afiliado al régimen subsidiado