Los afiliados principalmente a las Empresas Promotoras de Salud del Régimen
Subsidiado (EPSS) están desesperados con el despelote que hay en las bases de datos
y que impiden que los atiendan en las instituciones prestadoras de servicios de
salud (IPS) en Bogotá: nombres mal digitados, vivos que aparecen muertos y
desafiliaciones sin justa causa, son algunas anomalías. (VER GRÁFICO: QUEJAS DE
USUARIOS SEGÚN AFILIACIÓN A LA SEGURIDAD SOCIAL)
Además, esas aseguradoras suelen ponerles trabas a los usuarios para no
autorizarles tratamientos en un hospital, sobre todo cuando son enfermedades de
alto costo como el cáncer, las renales y cardíacas.
Esos fueron los atropellos contra los que más se quejaron los usuarios del
sector este año, en los Cade, Supercade y la Secretaría Distrital de Salud
(SDS). Según los registros de estas oficinas, en el primer semestre hubo 9.040
reclamos contra las EPSS (67 por ciento) y las Empresas Promotoras de Salud o
EPS (1,6 por ciento) que afilian a los trabajadores. Es decir, cada día hubo un
promedio de 58 quejas (el domingo no atienden), informó la SDS.
En el segundo semestre la tendencia fue similar.
La primera gran barrera para acceder a la salud y que concentra la tercera
parte de las quejas de los usuarios (33 por ciento), son las inconsistencias en
el comprobador de derechos o las comúnmente llamadas bases de datos del régimen
subsidiado.
Para la SDS no es desconocido que a los usuarios de las antiguas
Administradoras del Régimen Subsidiado (ARS) no los atienden oportunamente o
los rechazan porque en las bases de datos hay errores (alguna letra del nombre
distinta al del documento de identidad, un número de la cédula equivocado o
carnés mal digitados) y, en el peor de los casos, figuran como fallecidos.
El secretario distrital de Salud, Héctor Zambrano, dijo: “Lo que sucede es
parte del desorden y la desactualización de las bases de datos del régimen
subsidiado, porque aún en el país no existe la base integral nacional de datos.
Por eso, no hay cruces oportunos de información y aparecen vivos como
fallecidos”.
Recordó que la actualización de la base de datos en el régimen subsidiado es
responsabilidad del Ministerio de la Protección Social. Pese a ello, afirmó
Zambrano, “Bogotá ha hecho esfuerzos por actualizar sus listados y hoy 800 mil
usuarios están registrados con la huella digital, lo cual facilita el acceso a
la atención”. Estos representan el 44 por ciento de los subsidiados en salud en
el Distrito.
La segunda barrera en salud (15 por ciento) son las trabas que las EPSS
ponen para aprobar un tratamiento o intervención para enfermedades de alto
costo.
Mary Luz Argüello comentó, por ejemplo, que a su hermana, de 35 años, “la ARS
le diagnosticó cáncer en el estómago, la desahució y no le autorizó que en el
Hospital Kennedy la trataran. Además se ha negado a dejar por escrito que niega
ese servicio, para así poner una tutela”.
Una tercera barrera que limita la atención es la ubicación de los puntos de
atención retirados de las viviendas (9 por ciento). Un estudio de la SDS
observó que el 77 por ciento de las IPS operan de la calle 72 hacia el norte. Y
la gran mayoría de los usuarios viven en el sur.
Otras quejas contra los servicios son: la falta de orientación (6 por
ciento) a los usuarios sobre los servicios a que tienen derecho por el Plan
Obligatorio de Salud (POS); los cobros indebidos (2,8 por ciento), las demoras
para las citas con los especialistas (2 por ciento), la atención deshumanizada
(1 por ciento) y la no entrega de los medicamentos (1 por ciento).
lucgom@eltiempo.com.co.
LOS MÁS AFECTADOS CON LA MALA ATENCIÓN Los usuarios que más se quejaron
contra las Empresas Promotoras de Salud del Régimen Subsidiado (Epss) e instituciones
prestadoras de Servicios (Ips) fueron los afiliados de Bosa (14,6 por ciento).
En segundo orden están los asegurados de Engativá (9,4 por ciento), seguidos
de los residentes en Suba (8,5 por ciento), Kennedy (7,2 por ciento), Puente
Aranda (5,3 por ciento) y San Cristóbal (4,7 por ciento).
Quienes más padecen por las barreras de acceso de las EPSS son las mujeres
(67 por ciento) en comparación con los hombres (33 por ciento). Así mismo, por
edades, quienes más las padecen son los afiliados de 27 a 44 años, y la
población mayor de 60 años que requiere atención prioritaria