Como no hay riñones de repuesto, aprenda a cuidarlos / Le tengo el remedio

Carlos Francisco Fernández, asesor médico de EL TIEMPO.

Los riñones son unos órganos muy nobles, pero a veces calumniados. Tanto que no hay dolor de espalda que no se relacione con ellos.

Empiezo por decir que este par de 'fríjoles grandes' cumplen unas funciones como regular el agua en el cuerpo, las sales, producir hormonas que favorecen los glóbulos rojos y limpiar la sangre de desechos.

Mejor dicho, sin ellos no podemos vivir. Por lo tanto hay que, de vez en cuando, pensar en ellos y preocuparnos por cuidarlos. Aquí van unos consejos sobre cómo hacerlo.

Alerta: si tiene hinchazón en los párpados, en los tobillos o incluso en todo el cuerpo, vaya al médico. La razón puede estar en sus riñones.

Vigile: si la presión arterial está elevada, si hay grandes diferencias en la cantidad de orina que produce normalmente (mucha o muy poquita) o si hay sangre en ella y si hay ardor o dolor al orinar, mejor corra.

Ejercítese: mantenerse en el peso adecuado, con actividad física a diario, ayuda a regular los niveles de azúcar, sobre todo en personas con propensión a la diabetes, que es un enemigo capital de los riñones. Tampoco fume y limite el consumo de trago.

Evite: ni de vainas tome medicamentos sin fórmula médica, sobre todo si son analgésicos, antiinflamatorios o antibióticos. Muchos de ellos son exageradamente tóxicos para los riñones y pueden dañarlos de manera irreversible. Pregúntele al médico, no al farmaceuta.

Ojo con los líquidos: si está sano, tomar dos litros de agua al día le ayuda al riñón; éste usa la que necesita y elimina la que sobra. En ese proceso se evitan infecciones, cálculos y, por arrastre, se lavan las vías urinarias.

Bájele a la sal: el consumo exagerado de sodio está relacionado con el aumento en la tensión arterial, factor que tiene una acción directa sobre la función renal. Mejor quite el salero de la mesa, ¿si?

Aprenda a comer: las frutas y los vegetales frescos, así como los cereales y algunas legumbres, hacen que el cuerpo requiera un menor consumo de proteínas animales, lo cual resulta benéfico  para los riñones. Si además se acostumbra a usar el aceite de oliva como aderezo, le irá mejor.

Examínese: si usted es una persona adulta y sana, no está de más que cada año le pida a su médico que le ordene un examen que le mida la creatinina y el nitrógeno uréico en la sangre (por si acaso, los médicos lo conocen como BUN). Grábese esas cifras, que indican cómo funciona su riñón.

Por último: si en su familia hay antecedentes de enfermedad renal, es obeso, diabético, hipertenso o sedentario, extreme estos cuidados.

CARLOS F. FERNÁNDEZ
ASESOR MÉDICO DE EL TIEMPO