Le tengo el remedio, señor Presidente

El virus de la nueva influenza no respeta a nadie. Empiezo por decirle que lamento mucho que el virus AH1N1 se haya colado hasta en la Casa de Nariño y que espero que se recupere pronto.

Como sé que está convaleciente, y además en un aislamiento voluntario, aprovecho la oportunidad para hacerle algunas recomendaciones, que hago extensivas a los lectores.

Todos somos potenciales enfermos. Insisto: el virus no respeta ni espacios ni  dignidades.

Protéjase y proteja: señor Presidente, use tapabocas permanentemente y exija que la gente a su alrededor lo use;  lávese las manos por lo menos diez veces al día y séqueselas con toallas desechables.

Ojo con las visitas: por más que le juren que ya les dio esta gripa y que son inmunes, no hay tal: no reciba visitas si no es absolutamente indispensable. Para eso están el teléfono y el blackberry.

Medicamentos: aunque sé, Presidente, que es muy amigo de las goticas, es indispensable, en esta situación, que le haga caso al médico y se tome el Tamiflú a sus horas.

Repose: mire, déle incapacidad al lema 'trabajar, trabajar y trabajar'. El exceso de trabajo y de preocupaciones propias de su cargo van a bajarle aún más las defensas.

El organismo necesita todas sus energías para pelear contra este virus que no  conocemos del todo. Entre más insista en ocuparse, más lenta será la recuperación. ¡Duerma!

Hidrátese muy bien: con la gripa se aumenta el sudor, se respira más rápido, hay más mucosidad, se llora, hay tos. Esto hace perder agua. Así, las secreciones se hacen más espesas y la sensación de congestión es mayor. Tome dos litros de agua al día. Se  sentirá mejor.

Abríguese: la gripa hace que el organismo concentre todas las fuerzas para combatir la infección. El frío induce al cuerpo a utilizar parte de la energía para calentarse. Además se cree que las defensas actúan mejor en el calorcito. Recuerde que el  cuerpo pierde calor principalmente por la cabeza. Póngase un gorro, Presidente.

Caldo de pollo: créales a los investigadores. Científicos del hospital Monte Sinaí, en Estados Unidos, descubrieron que el caldo de pollo contiene sustancias que aumentan la producción de secreciones. Ellas fomentan las defensas, refrescan y limpian las  vías respiratorias. Una taza caliente es la dosis recomendada.

Besos y abrazos: señor Presidente, usted es muy dado a saludar de beso a todas las damas y de mano a todos los caballeros. A partir de ahora, y mientras esta gripa nos aceche, le recomiendo que se abstenga de hacerlo. Es muy probable que así haya  adquirido el virus.

Por último: aliméntese bien, mérmele al estrés, cuente hasta diez y tranquilo. Cuando pase la gripa le tendré un remedio para ayudarle a lidiar con la tendinitis que le ha dejado el uso del blackberry.

CARLOS F. FERNÁNDEZ
Asesor médico de EL TIEMPO