Gobierno aún no expide decreto sobre seguridad de piscinas y los niños se siguen ahogando en ellas

 

 

Foto: Archivo / EL TIEMPO

 

Adecuar la piscina de un conjunto residencial costaría unos seis millones de pesos. El costo sube para las más grandes.

 

A un año de haberse aprobado la ley y a seis meses de que entre en vigencia, aún no hay claridad sobre cómo debe implementarse para evitar que las cifras de ahogados sigan creciendo.

 

 

La mencionada ley establece las normas de seguridad que deben tener listas todas las piscinas del país antes de enero del 2010.

 

Solo entre enero y marzo de este año, según cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal, 74 menores de edad murieron ahogados en diferentes circunstancias (155 personas en total, en el 2008 fueron 597).

 

La entidad no aclara cuántos de estos casos ocurrieron en piscinas. Sin embargo, a través de los medios de comunicación se ha conocido, en lo corrido del año, de seis niños ahogados en estos lugares. Solo en Semana Santa se registraron tres muertes.

 

"En el país no hay manera de hacerle seguimiento a los casos de menores de edad ahogados en piscinas. Muchos ocurren sin que la opinión pública se entere", afirma Pilar Molina, directora de la Fundación Santi Rivera -que trabaja para prevenir este tipo de accidentes- y madre de un niño que en el 2006 murió ahogado en estas circunstancias.

 

La confusión sobre la puesta en marcha de la ley se hace más grande porque el Ministerio de Protección Social aún no ha reglamentado las responsabilidades institucionales ni las recomendaciones técnicas para la adecuación de las piscinas, tal y como lo contempla la norma.

 

"Si bien el plazo máximo para que el Ministerio ajuste la normatividad y reglamente la ley vence en menos de dos meses (14 de julio), muchos niños no se hubieran ahogado si ya existiera claridad al respecto", afirma el representante Carlos Fernando Motoa, uno de los autores de la Ley 1209.

 

Según él, las piscinas ya deberían estar adecuando su nueva infraestructura, pues en enero del año próximo todas deben cumplir las exigencias que señala la ley.

 

La norma contempla que todas las piscinas públicas y privadas, ya sea con fines recreativos, deportivos o terapéuticos, deben instalar de forma obligatoria dispositivos de seguridad para prevenir accidentes, tales como barreras de protección y control de acceso a la piscina, sensores de movimiento o alarmas de inmersión.

 

Jaime Alberto Cabal, presidente de la junta directiva de la Asociación Hotelera de Colombia (Cotelco) afirma que hay una gran preocupación en el sector turístico no solo por los altos costos que implica la adecuación de las piscinas sino por el poco tiempo que quedará a partir de la reglamentación que del tema haga el Ministerio de Protección Social.

 

En una piscina pequeña, como las de los conjuntos residenciales, la inversión puede superar los seis millones de pesos, y aumenta de acuerdo con las dimensiones de la misma.

 

Para el líder gremial, los hoteles, cajas de compensación y clubes tendrán que hacer los arreglos contra el reloj, teniendo en cuenta que el plazo se vencerá en enero del 2010.

 

Y además, añade, esto coincidirá con la temporada vacacional de fin de año, lo que perjudicará notablemente la industria del turismo. "Hay muchas piscinas que prácticamente habrá que reconstruirlas, y el tiempo no será suficiente", concluye Cabal.

 

El Ministerio, por su parte, explica que trabaja en la reglamentación del caso y que próximamente hará los anuncios de rigor.

 

Sin embargo, la entidad llama la atención sobre las empresas que están ofreciendo, en paquete, el cerramiento y los dispositivos de seguridad de las piscinas, sin conocer las especificaciones técnicas con que deben funcionar.

 

Esto quiere decir que quienes ya han hecho adecuaciones podrían perder la inversión si los arreglos hechos no coinciden con los que estipule la norma.

 

El Ministerio también tendrá que establecer cómo deben operar las multas y sanciones que tendrían que asumir los propietarios de las piscinas que no se ajusten a la norma.

 

Esto es lo que deben tener todas las piscinas, públicas y privadas

Niños menores de 12 años deben ingresar en compañía de un adulto.

Dos flotadores circulares con cuerda y un bastón de gancho.

Señales visibles de los niveles de profundidad.

Teléfono y citófono para llamadas de emergencia. Deben funcionar las 24 horas del día.

Salvavidas. Debe tener conocimientos de resucitación cardio-pulmonar y estar certificado como salvavidas.

Cerramientos. Son barreras que impiden el acceso a la piscina. Tienen puerta y chapas de seguridad. Su buen uso previene entre el 50 y el 90 por ciento de

ahogamientos.

Detector de inmersión o alarma de agua. Dispositivo electrónico, a base de baterías, que produce sonidos de alerta superiores a ochenta (80) decibeles en caso de que

alguna persona caiga en la piscina.

Botiquín de primeros auxilios.

 

¿Cómo evitar que los niños se ahoguen?

 

La pediatra Olga Lucía Baquero, miembro de la mesa de prevención de accidentes de la Sociedad Colombiana de Pediatría y Pilar Molina, directora de la Fundación Santi

Rivera, aconsejan:

Nunca dejar a un niño solo ni en la piscina ni en el agua. Debe haber un adulto presente que tenga contacto visual permanente y cercano.

No se les debe permitir jugar y correr en el área de la piscina.

No deben dejarse juguetes ni objetos cerca que llamen la atención de los niños.

Mantener un equipo de rescate en el área de la piscina e instruirse sobre su uso.

Evitar los juegos bruscos.

No permitir que los pequeños coman dentro del agua. Si van a entrar a la piscina, deben haber comido al menos una hora antes.

No distraerse en la lectura o en otras actividades mientras el niño está en la piscina.

 

Los niños se ahogan en silencio

 

Al caer al agua, casi siempre llegan al fondo y muchas veces no tienen la posibilidad de pedir auxilio ni de gritar.

 

Y bastan cinco centímetros de agua para que un pequeño se ahogue, explica la pediatra Olga Lucía Baquero, miembro de la mesa de prevención de accidentes de la Sociedad Colombiana de Pediatría.

 

"Un niño pierde conciencia luego de estar sumergido por dos minutos y ocurren daños irreversibles en su cerebro a partir de los 4 a 6 minutos", afirma.

 

Cuando un niño cae al agua, se cierra la glotis y la respiración se detiene. Aumenta el gas carbónico en el organismo por la falta de oxígeno y el sistema nervioso responde a este gas obligando al cuerpo a inspirar fuertemente.

 

Se relajan los músculos, se abre la glotis, entra agua a los pulmones y no hay intercambio de oxígeno. Los tejidos entran en hipoxia (baja de oxígeno). Las células más sensibles se hinchan y empieza la muerte celular. La muerte de las neuronas comienza después de un minuto ausencia de oxígeno.

 

Angie murió en un paseo del colegio

 

A las 12:30 del día del pasado 24 de abril Olga Villegas, trabajadora de una empresa de confecciones en Medellín, recibió una llamada telefónica que fue el comienzo de su tragedia: "su niña sufrió un accidente", escuchó al otro lado de la línea.

 

De inmediato salió para el hospital de Copacabana (Antioquia), cerca de Medellín, donde habían trasladado a su hija única, Angie Catherine, de 11 años, y quien estaba de paseo en el parque recreacional de la caja de compensación Comfama. Con sus compañeros de colegio celebraba el Día del Niño.

 

De allí remitieron a la menor de edad a la clínica de Saludcoop, en la capital antioqueña, donde falleció al día siguiente a las 9 de la noche, 45 minutos más tarde de sufrir un paro cardiaco.

 

En la historia clínica de Angie, aclara su madre, se dice que murió por inmersión y que pudo permanecer siete minutos bajo el agua.

 

En medio del dolor, Olga recuerda los hechos que los testigos le relataron. "En la piscina jugaban unos 100 niños con una pelota de plástico grande. Al parece la pelota cayó al lado de Angie, y un grupo de niños se volcó hacia ella a cogerla, y ahí pudo hundirse.Una compañerita se dio cuenta de que estaba en el fondo, gritó y fueron a sacarla", narra la mujer.

 

Aunque Comfama advierte que en el lugar contaban con salvavidas, socorristas y ambulancia y que allí le prestaron los primeros auxilios a la niña, Olga responde que "si todo estaba bajo control ¿por qué se ahogó su hija?".

 

Luis Guillermo Vélez, asistente de la dirección de Comfama, lamentó el hecho y afirmó que en actividades masivas como estas siempre se pide la colaboración de profesores y padres de familia para que ayuden a vigilar a los niños.

 

Olga está pensando en interponer acciones legales contra Comfama, donde insisten en que no hubo ninguna negligencia.

 

"La demanda no es para conseguir plata, porque nada va a reponerme a mi hija. Lo hago para que aumenten las medidas de seguridad y para que otros padres no se les destruya la vida como a mi". 

 

ANDREA LINARES Y JOSÉ ALBERTO MOJICA

REDACTORES DE EL TIEMPO