Las piscinas aún no
son seguras
Algunos sitios recreacionales
como el polideportivo de Desepaz han ido mejorando
poco a poco la seguridad de sus piscinas y tienen salvavidas. Pero en unidades
residenciales hay problemas por falta de capacitación.
De los 687 establecimientos que
tienen piscina en Cali, el 64% tienen problemas para ser usados en forma
segura.
Quién no recuerda la tragedia del pequeño Nicolás Espitia,
de 6 años de edad, que el 19 de enero de 2007 murió succionado por un ducto de desagüe de 20 centímetros de diámetro en la
piscina del Hotel Hilton de Cartagena.
O la de Santiago Rivera Molina, de 4 años de edad, quien cayó a la piscina de
su unidad residencial en Neiva, el 11 de junio del 2006 y murió en una sala de
cuidados intensivos dos días después.
El país se conmovió con sus historias y el Congreso se apresuró a legislar
sobre la seguridad en las piscinas para que este tipo de tragedias no se
repitieran. Tras estos siniestros, en junio del 2008 el Congreso de la
República aprobó la Ley 1209, también conocida como ‘Ley Espitia’
y bautizada así en honor al pequeño Nicolás.
El 1 de enero de este año, la ley empezó a regir y básicamente establece
aspectos de seguridad en las piscinas, la construcción de un encerramiento en
su área para evitar el acceso de niños sin la compañía de adultos que pueda
terminar en fatales accidentes como los de Nicolás y Santiago, la ubicación de
alarmas y salvavidas, entre otros aspectos.
Todavía hace falta expedir una normatividad a la ley que parece estar
incompleta, según voceros de Acodal (Asociación
Colombiana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental) y de la Secretaría de Salud de
Cali. Sin embargo, al 1 de enero de 2010 (en un mes) todas las piscinas deberán
haberse ajustado a las normas de seguridad previstas en la ‘Ley Espitia’.
El País conoció que en un primer barrido realizado en junio pasado por la
Secretaría de Salud este año, en 191 de los 687 establecimientos que tienen
piscinas en Cali (parques recreativos, clubes, unidades residenciales), se
estableció que sólo 77 contaban con equipos de salvamento y primeros auxilios,
102 realizaban mantenimiento preventivo a sus equipos y 115 tenían algún tipo
de aislamiento o separación de su piscina con el resto del establecimiento.
Esos sitios cumplían parcialmente la ley.
En una nueva revisión hecha un mes después, algunos establecimientos habían
corregido sus falencias. Ya 107 tenían equipos de salvamento y primeros
auxilios y el mantenimiento preventivo de equipo lo hacían 126. Pero aún no se
había corregido las fallas de aislamientos de la piscina por parte de los 115
establecimientos rajados en junio.
Calidad del agua
Como dijo el ingeniero Libardo Sánchez, directivo de Acodal, “las piscinas son un deleite que puede convertirse
en una trampa”, si no se manejan de manera segura y responsable. Y la seguridad
no sólo está en la parte física de infraestructura que puede generar accidentes
fatales, sino también en la desinfección y calidad del agua porque de allí se
desprenden muchas enfermedades.
En este aspecto, Cali no está pasando la prueba, pese a ser la ciudad que mayor
esfuerzo ha hecho en el país por mejorar las condiciones de seguridad y
salubridad de sus piscinas.
En efecto, un estudio de Salud Pública Municipal revela que el 35% de las
piscinas de Cali no son aptas para uso recreativo y el 29% apenas son
parcialmente aptas. Esto quiere decir que el 64% de las piscinas públicas y de
uso restringido en la ciudad tienen problemas para ser utilizadas en forma
segura.
En ellas hay deficiencias en la calidad del agua que es regular o mala, tienen
problemas en su infraestructura física e instalaciones, no ofrecen condiciones
de seguridad para los usuarios o hay fallas en su mantenimiento y
administración.
Juan Carlos Dávila, técnico de Salud Pública, advierte que una de las razones
para que no haya una completa desinfección en el agua de las piscinas es por
ahorrar costos. Las bombas deben estar prendidas ocho horas para que la
totalidad del agua pase una vez por el filtro. Si se hace en menos tiempo no
queda bien filtrada y se daña la calidad del agua.
Lo otro es que no se aplica el cloro con regularidad. Por lo general, debe
hacerse dos veces al día para mantener las concentraciones adecuadas y el ph del agua, a fin de garantizar la desinfección y calidad
del agua. Y muchos de los administradores de unidades residenciales y del
personal encargado del mantenimiento de las piscinas no están debidamente
capacitados.
Cali cuenta con 687 establecimientos que tienen piscinas para uso recreativo.
La mayoría están ubicadas en las comunas 17, 19 y 22 (en barrios como San
Fernando, El Limonar, Tequendama, Puente Palma, Capri, Meléndez, El Ingenio y Ciudad Jardín), donde se
concentran 434 piscinas. En el área rural hay 46.
Carlos Correa, copropietario en una unidad residencial del sur, dijo que “es
increíble que la Ley no tenga reglamentación, muy poca gente ha realizado las
inversiones exigidas para evitar tragedias y esa ha sido la excusa para que en
hoteles y parques recreacionales se hagan los de la
vista gorda y torpedeen la Ley, argumentando motivos económicos y estéticos, sin
tener en cuenta la seguridad de los usuarios”.
Por ahora, la ley de piscinas se ‘ahoga’ en su cumplimiento en Cali.
En pocas palabras
· “En el control de
piscinas Cali es la ciudad que más avances registra en el país, aunque aún
falta mucho por hacer".
Alejandro Varela, secretario de Salud de Cali.
· “En la
reglamentación falta hacer homologación de equipos para que se pueda garantizar
la calidad del agua".
Libardo Sánchez, directivo de Acodal.
· “El administrador
y el piscinero deben tener curso en mantenimiento de
piscinas certificado por Secretaría de Salud”.
Juan Carlos Dávila, técnico de Salud Pública.
Aplicación de la Ley
Salud Pública ha efectuado tres reuniones de socialización de la Ley 1209 de
2008 a las cuales asistieron unas cien personas.
Los días viernes se sigue brindando orientación sobre la implementación de los
requerimientos de ley a los representantes de establecimientos con piscinas y
constructoras.
Entre octubre y noviembre se presentaron a la Secretaría de Salud 65 proyectos
de encerramiento, los cuales están en revisión.