Si le da pánico quitarse un zapato,
porque teme pegarle el mal olor hasta a la pata de la cama, tranquilícese. Eso
que usted tiene, terminado en "eca", tiene solución.
Recuerde. Son varias las causas del mal olor en los pies. Están los hongos y
las bacterias, que en la humedad y el calorcito crecen de lo lindo. El calzado
inadecuado, elaborado con materiales sintéticos o demasiado cerrado, colabora
por aquello del sudor. Ah, si usted es nerviosito va a sudar más y, por lo
tanto, a oler más.
También se cuentan -aunque en menor medida- los desequilibrios hormonales y
metabólicos y algunos medicamentos. Tápese la nariz y revise cuál es su causa.
Entienda. Si le preguntan por qué huele tan mal, échele la culpa al
metilmercaptano, una especie de gas provocado por la descomposición de las
proteínas que contienen azufre, trabajito que hacen las bacterias.
Bañito. El baño diario, y a conciencia, con restregada exhaustiva entre los
dedos, y las uñas corticas, son un buen comienzo.
¡Séquese bien! Si está de afán, use el secador del pelo hasta que no quede ni
una gota de agua. Lávese incluso por las noches.
Tecito. Si lo anterior no basta, a un litro de agua agréguele 3 o 4 bolsitas de
té, hiérvala durante diez minutos y luego déjela reposar hasta alcanzar una
temperatura ambiente. Remoje en ella los pies durante 20 minutos, séquelos y
aplíqueles un talco convencional.
Hágalo mínimo dos veces por semana. Los taninos (sustancias presentes en el té)
son agentes deshidratantes que disminuyen la transpiración, uno de los factores
del mal olor. ¡Ah! También puede utilizar vinagre.
Natural. Use solo medias de algodón o fibras naturales. Absorben mejor el sudor
y permiten el paso de aire.
Zapatos. Hay personas que con solo cambiarlos erradican la ... eca. Evite al
máximo los materiales plásticos.
Descálcese. Aproveche cualquier ocasión para caminar sin zapatos ni medias.
Ventilar los pies es bendito. Por ahora hágalo solito.
Hidrátese. Aunque no lo crea, beber abundante líquido ayuda a que en el sudor
se eliminen menos sustancias que les gustan a las bacterias. Bájeles a la sal,
a los embutidos, al alcohol y al café, pues producen el efecto contrario.
Métale química. Se dice que el zinc interfiere con las bacterias que producen
el metilmercaptano. Busque un talco o un desodorante que lo contenga y
aplíqueselo entre los deditos.
Por último. Si además de mal olor tiene fisuras, costras, callosidades,
engrosamiento de las uñas, péguese una pasadita por el dermatólogo o hágase un
trasplante de nariz.
CARLOS F. FERNÁNDEZ
ASESOR MÉDICO DE EL TIEMPO