El Uso Del ‘Piercing’ Refleja Poderío, Dice Investigación

Desde cuando un profesor de un colegio de Cali decidió usar piercing, empezó a sentir que ganaba identidad y respeto de los estudiantes. Es más, dejaron de molestarlo en clases. En otra institución caleña un estudiante dice que ese objeto fue el punto a favor para que lo aceptaran en su ‘gallada’ de barrio.

Las dos historias aparecen en una investigación realizada por los odontólogos Ana Fernanda Jaimes y Jesús Alberto Calero, en la que se concluye que, en medio de ese afán de moda, el uso de piercing está causando riesgos y hasta lesiones serias o infecciones a sus usuarios.

En general, los negocios que prestan estos servicios tienen algunos conocimientos, pero hay vacíos en aspectos anatómicos, que pueden resultar críticos cuando se trata de perforar la lengua o la nariz de una persona.

El estudio de estos dos profesores de la Escuela de Odontología de la Universidad del Valle se hizo entre 219 estudiantes de secundaria entre los 11 y los 21 años, de cuatro colegios en distintos estratos de esta capital.

Se aplicaron una encuesta y una entrevista aleatoria con profundidad identificando variables como género, edad y condición social.

El uso del piercing se presenta en los jóvenes entre los 13 y los 21 años, y son los hombres, con un 64,8 por ciento de la muestra, quienes están más interesados en lucir esos accesorios en sus cuerpos.

La selección del sitio para perforar está muy ligada a las creencias culturales y a la percepción individual de la estética del cuerpo.

Un 50,28 por ciento de los estudiantes, según el estudio, prefieren llevarlos en la oreja, seguido de la lengua con un 13,7 por ciento.

También se usa en la parte superior de la ceja, el ombligo y, finalmente, en los órganos genitales.

El material de estos accesorios suele ser titanio, acero quirúrgico, pero también se utilizan el platino, el oro o el PTFE, que es un material parecido al polietileno.

“La colocación inadecuada del piercing puede ocasionar lesiones irreversibles en estructuras y tejidos, infecciones en el área de colocación, infecciones locales, irritaciones, laceraciones de tejidos blandos y cicatrices en áreas externas del cuerpo. En cuanto a tejidos dentales, es frecuente encontrar fracturas en la cara lingual de los dientes y recesiones gingivales, en especial cuando se usa en la lengua, pues la bolita del piercing toca las caras linguales de los dientes”, señala la investigación.

Las lesiones son más frecuentes de lo que se ha podido medir entre las autoridades de salud.

El doctor Calero dice que los usuarios prefieren aguantar molestias y, en algunos casos, tienen lesiones o fracturas en sus dientes.

El estudio evidencia que las precarias condiciones de higiene y bioseguridad de algunos lugares donde jóvenes, y en ocasiones adultos, acuden para incursionar en la moda del piercing, convierten esta práctica ancestral en un potencial problema de salud pública, pues aún no se tienen en cuenta los riesgos que pueden ocasionar en órganos y tejidos del cuerpo.

‘‘El ‘piercing’ que uso en la lengua pues... me hace más atractivo para las mujeres jóvenes y me da ciertas ventajas en la intimidad”.

Testimonio en investigación de Univalle.

50,28 Por ciento de los encuestados prefiere los ‘piercings’ en la oreja. Lo usan en la ceja, el ombligo y los genitales