CAROLINA LANCHEROS RUIZ REDACTORA DE VIDA DE HOY A sus 80 años, Honorio
Vargas se jacta de haber inventado más de 60 productos diferentes, como
alimentos cristalizados, petrificados y pulverizados. Pero sobre ellos, además
de su conocimiento, en la práctica no tiene ningún derecho.
No ha solicitado patente para ninguno y por eso dice con amargura que otros
se han apropiado de sus creaciones.
Algunos inventores colombianos, como Vargas, dicen que las patentes se las
dan únicamente a las grandes empresas y que se consiguen con trámites costosos
y engorrosos.
Tal vez, por eso, en el país el número de productos patentados al año rara
vez supera los 300, mientras en países de la región como Brasil y México se
otorgan en promedio 7 mil y 5 mil patentes anuales, respectivamente.
Lo preocupante es que esas cifras miden la capacidad científica de una
nación.
Y Colombia, en ese sentido, no sale bien librada. De acuerdo con la Red de
Indicadores de Ciencia y Tecnología, de la que hacen parte América Latina,
España y Portugal, el país se encuentra por debajo de Perú, Chile y Argentina.
Según datos de la Superintendencia de Industria y Comercio, única entidad
autorizada para tramitar patentes en el país, el año pasado (hasta el 31 de
octubre) se concedieron 155 patentes, de las cuales 127 corresponden a personas
no residentes.
Es decir, obedecen a multinacionales que buscan proteger sus productos en
Colombia.
Y, a través del Tratado de Cooperación en Materia de Patentes (PCT),
integrado por 138 países, se obtuvieron 179, pero solo una pertenece a un
residente colombiano.
No saben cómo proteger Las razones para esos indicadores tan bajos son
variadas: van desde la escasa producción científica hasta el desconocimiento
del sistema nacional de producción intelectual por parte de los creadores.
Y, de alguna forma, se debe también a la falta de cultura en ese sentido.
Para demostrar la propiedad sobre sus inventos, Vargas anda con un maletín
negro lleno de recortes de periódicos que han publicado sus novedades. Pero eso
no es garantía de nada.
“En las regiones, la gente cree que al registrar sus inventos en las
notarías quedan protegidos”, señala Jorge Lucio, investigador del Observatorio
Colombiano de Ciencia y Tecnología, para hacer énfasis en la falta de
conocimiento sobre el proceso.
Y la falla es atribuible al propio sistema. Por un lado se hace poca
divulgación de la necesidad de patentar y de la forma como debe hacerse, y por
otro, no hay facilidades para los inventores que están fuera de Bogotá.
Una fuente del Banco de Patentes de la Superintendencia acepta que “en este
momento no hay muchas personas que sepan guiar a la gente para sacar las
patentes”, al tiempo que reivindica el trabajo que viene haciendo la entidad en
capacitación de orientadores regionales para acompañar a los inventores durante
el trámite. Además, dice, “próximamente se realizarán pruebas para hacer
solicitudes de patentes en línea”.
Un proceso difícil Pero mientras llega ese momento, los creadores de nuevos
productos deben enfrentarse solitarios al procedimiento, pagar la asesoría de
abogados especializados, o esperar a ganarse un concurso que los premie con la
patente.
Es el caso de Alejandro Castro, ganador del premio Ramiro Castro al inventor
colombiano 2007 por una pintura que aprovecha los residuos de las curtiembres.
A él la firma Brigard & Castro, que organiza el concurso, lo está guiando
para obtener su patente.
Si no hubiera sido así, Alejandro no habría pensado siquiera en hacer el
trámite. La razón: falta de recursos.
“Yo habría empezado a comercializar la pintura”, dice, aunque reconoce el
riesgo de haberlo hecho porque “ya han aparecido interesados en quedarse con la
propiedad del invento”.
Y probablemente habría llegado a sus 80 años lamentando, como Vargas, haber
cedido por desconocimiento la propiedad de sus productos.
Vargas dice que con dos gramos de su limón concentrado obtiene 600 vasos de
limonada.
El inventor muestra un mango deshidratado, que rinde cuatro veces más que
uno fresco.
Honorio Vargas, de 80 años, dice que ha inventado más de 60 productos
diferentes, como alimentos cristalizados, petrificados y pulverizados, pero
asegura que no tiene la patente de ninguno.
Fotos: Héctor Fabio Zamora- EL TIEMPO .
CÓMO SE TRAMITA UNA PATENTE.
Para realizar una solicitud de patente, el inventor debe mantener la
confidencialidad de su invento y estar seguro de que los resultados de su
invención no han sido publicados previamente en ningún medio. Revisar una
búsqueda de anterioridades para confirmar la novedad de su producto y
finalmente redactar una descripción clara y completa de su creación, de forma
que cualquier técnico en la materia pueda ponerla en práctica con los datos
aportados. De esto último depende en buena medida el éxito o fracaso de la
patente, señala el abogado Carlos Palacio, de la firma especializada en
propiedad intelectual Brigard & Castro.
Para presentar la solicitud es necesario llenar un formulario con los datos
del solicitante, y adjuntar un documento técnico en el que se especifica de qué
se trata la invención. Pasados dos meses, la Superintendencia publica la
solicitud a la espera de oposiciones de parte de terceros. Seis meses después
se solicita un examen de patentabilidad, para evaluar si realmente es viable la
patente. Esto puede tardar hasta 18 meses, después de los cuales el invento
pasa a manos de los 30 examinadores nacionales encargados de definir si se
concede o se niega la patente.
Durante el proceso, la Superintendencia puede pedir a los solicitantes datos
sobre algún asunto particular de la invención.
El proceso puede durar hasta 4 años.
¿Qué es una patente? Es un título de propiedad que otorga el Gobierno y le
da al titular el monopolio sobre su creación.
¿Qué derechos da una patente? El titular puede decidir quién utiliza y quién
no su invención durante el período en el que está protegida.
¿Qué obligaciones da? El inventor debe revelar en detalle la manera de
producir y utilizar su creación. Y debe pagar una anualidad para mantener el
derecho sobre su patente.
¿De cuánto es la anualidad? Entre 280 y 872 mil pesos.
¿Cuánto dura una patente? 20 años, si se trata de una patente de invención,
aquella que protege un producto o procedimiento nuevo; y 10 años si es sobre un
modelo de utilidad, que se da a las modificaciones que se hagan sobre
artefactos o procedimientos ya inventados.
¿Qué se necesita para patentar? Que el invento tenga novedad, altura
inventiva (que no sea obvio para alguien con conocimientos sobre el tema) y
aplicabilidad industrial.
¿Qué se puede patentar? Procedimientos, métodos de fabricación, máquinas, y
productos.
Herramientas, instrumentos, mecanismos, dispositivos o parte de los mismos.
¿Cuánto dura el proceso para obtener una patente? Entre 3 y 4 años.
¿Cuánto cuesta una patente? La solicitud de patente de invención cuesta 540
mil. Y la de modelo de utilidad, 317 mil. Hay que agregarle 452 mil del examen
de patentabilidad.
Hay descuentos del 75 por ciento para estudiantes, universidades y
microempresas.