Cómo Controlar Las Pataletas

Muchos padres sienten que pierden el control cuando sus hijos lloran, gritan, pronuncian insultos, rompen objetos o se tiran al piso cada vez que no se les complacen sus caprichos. Esta conducta, conocida como pataleta, es normal en el desarrollo infantil.

“Las pataletas son más evidentes a partir del año y medio o dos años de edad y durante el preescolar; sin embargo, pueden mantenerse después de este tiempo. Los niños recurren a ellas como una manera de obtener lo que quieren”, afirma la siquiatra infantil y del adolescente Diana Botero Franco. Según la especialista, son un recurso que utilizan los pequeños para llamar la atención cuando no ven otra forma de que el adulto atienda sus necesidades físicas o emocionales.

Pautas de crianza influyen Si estas se presentan de forma repetitiva , prolongada (cada episodio dura bastante tiempo) y con un componente de agresividad y explosividad en el cual el infante se hace daño a sí mismo, es conveniente consultar con un profesional.

“La personalidad del niño –hay unos más impulsivos e irritables que otros–, el ambiente familiar y las pautas de crianza inconsistentes influyen en que una pataleta empeore y sea difícil de manejar”, indica la siquiatra.

Si en casa ambos padres se contradicen en sus decisiones respecto a los intereses, necesidades y deseos del niño o se desautorizan entre sí frente a su hijo, este no sabrá con certeza qué esperan de él y acudirá a la pataleta para lograr su propósito, pues sabe que los adultos terminan cediendo a sus caprichos.

Se estima que de cada 10 consultas con el especialista, 5 o 6 son por ‘trastorno oposicional desafiante’, como se denominan las pataletas.

“Es conveniente observar de dónde viene la pataleta y qué tipo de frustración, rabia, tristeza o cansancio tiene el pequeño”, afirma la sicóloga Paula Bernal, especialista en desarrollo infantil.

Si la pataleta se presenta en un lugar público, lleve al niño a un lugar donde se tenga control de la situación.

MANERAS DE REACCIONAR FRENTE A LAS ‘RABIETAS’ INFANTILES Normas claras: si los padres dicen no, mantenerse en la decisión; no dejarse conmover con lágrimas o expresiones como ‘tú no me quieres’.

Aislamiento: cada vez que se presente la pataleta, dejar solo al pequeño y prestarle atención únicamente cuando se tranquilice. Si esto sucede, elogiarlo por calmarse y explicarle por qué su conducta es inadecuada.

Advertencias: “Si sigues comportándote así, nos vamos para la casa”. Si continúan el llanto y los gritos, cumplir la advertencia.

Nada de chantajes: no prometer premios ni privilegios para que se comporte bien.

Cero violencia: si está haciendo algo inadecuado, decirle ‘No’ y acompañar esta orden con una acción. Nunca golpearlo, gritarlo o insultarlo