Un paseo de celebración que
terminó en tragedia para los estudiantes de la Univalle
Historia
del fatídico viaje de los alumnos de medicina de Univalle.
Padres y amigos los estudiantes contaron que este sería el segundo viaje de
vacaciones del grupo de amigos.
3 de los 13 jóvenes que sobrevivieron fueron dados de
alta ayer, informó el Hospital Universitario.
La empresa de transporte:
Su
nombre es Transpacífico Tour y tiene sede en el barrio Junín. Ofrece transporte
empresarial, escolar, de carga y de turismo.
La compañía no brindará atención al público esta semana “por motivo de
inventario”.
Un
familiar de los jóvenes sobrevivientes afirmó que el transporte “salió muy
barato” con esta empresa.
La
página de la empresa, www.transpacifico tour.com, está suspendida. El
encargado de la compañía se negó a dar declaraciones.
Los
trece jóvenes sobrevivientes del accidente y el conductor del microbús fueron
trasladados ayer al Hospital Universitario del Valle en un helicóptero de la
Fuerza Aérea.
No
era la primera vez que el grupo de quince amigos se iba de viaje. El pasado
diciembre, los jóvenes, estudiantes de medicina de la Universidad del Valle,
fueron juntos a San Agustín a disfrutar de sus vacaciones. En aquella ocasión
todo salió tan bien que los muchachos acordaron ahorrar para, en sus siguientes
vacaciones, viajar al Parque Tayrona a celebrar que
finalizaban el cuarto año de carrera.
Durante
el semestre, los estudiantes, que ya realizaban prácticas en el Hospital
Universitario del Valle, comenzaron a planear con esmero su recorrido. Pensaron
en todo. Aunque su presupuesto no excedía lo de un sueldo mínimo, lograron
recolectar lo suficiente para entrar al Parque Nacional Natural, donde se
alojarían en carpas y compartirían alimentos.
El
transporte lo consiguieron a través de Transpacífico Tour: un microbús donde
viajaron los quince, más el conductor, Édgar Alberto
Álvarez Guapacha.
Así,
a las 4:00 de la madrugada del viernes, doce de los jóvenes se reunieron en la
entrada del Hospital Universitario, donde abordaron el vehículo. Luego pasaron
por sus otros tres compañeros que vivían en el norte, para tomar un camino de
más de 900 kilómetros de distancia hacia el Parque Tayrona,
en el departamento de Magdalena. Uno de ellos fue Daniel. Carmen, su madre, lo
despidió esperando verlo el viernes siguiente, sano y salvo. Según ella, el
viaje anterior había sido exitoso, por lo que no se le pasó por la cabeza que
esta vez algo fuera distinto.
Sin
embargo, un día después el vehículo se saldría de la vía y se estrellaría
contra un árbol, a tan sólo media hora de llegar a su destino.
El accidente
Reconstruir
la escena del accidente no ha sido fácil, incluso para los mismos viajeros.
Algunos de ellos sólo recuerdan estar dormidos y de repente sentir un fuerte
impacto. Lo siguiente fue estar en el hospital recuperándose de contusiones y
fracturas en su cuerpo.
Otros,
según informes médicos, parecen no recordar debido a la negación de los hechos,
que causaron trauma en los afectados.
El
fatal choque se presentó a la altura de la población de Guamachito,
en el kilómetro 43 de la vía que comunica al municipio de Fundación con
Ciénaga, en Magdalena.
Según
testimonios de algunos de los heridos, el conductor se habría quedado dormido
mientras conducía, lo cual causó que el vehículo se desviara de la carretera y
diera contra un árbol, quedando prácticamente destruido.
Lo
que todos tienen presente es la imagen de Álvaro José Bonilla, quien cursaba su
segunda carrera, y Silvia Gabriela Pastrana, los amigos que perdieron la vida
en este periplo.
De
27 y 23 años, respectivamente, ambos provenía de poblaciones cercanas a Cali:
Santander de Quilichao y El Queremal,
donde serán velados hoy.
Carmen, la madre de familia, contó que apenas se supo de la noticia se reunió
en su casa con los padres de los otros dos jóvenes que viven en el norte y
luego se juntaron todas las familias para esperar noticias.
Su
esposo viajó al lugar de los hechos, junto con el médico del Hospital
Universitario del Valle, Laureano Quintero, quien es profesor de los jóvenes
practicantes y se encargó personalmente de traer a Cali los sobrevivientes, que
llegaron a la madrugada de ayer a la ciudad.
De
ellos, seis tenían graves heridas y requieren de cirugía. Los otros siete
tenían contusiones. Y aunque su estado de salud es mejor, el mismo personal
médico del HUV asegura que están psicológicamente muy afectados por todo lo
sucedido.
Otra
de las madres de familia aseguró que dados los conocimientos en medicina de los
estudiantes, varios pudieron auxiliar a sus compañeros en el momento del
accidente.
Añadió
que aunque su hijo tiene algunas heridas de consideración, desde el primer
momento ella supo que estaba bien, tras hablar con él. “Su voz nunca perdió la
fuerza”.