Estimulantes y tranquilizantes,
drogas más consumidas después de la cocaína y la marihuana
Se
disparó la dependencia a los medicamentos y unos 700 mil colombianos los han
usado sin fórmula médica. En Estados Unidos hay 7 millones de adictos esto
fármacos.
La amenaza de las otras drogas parte II
Organismos
antidrogas del mundo miran con alarma el vertiginoso crecimiento de un enemigo
silencioso, que es incluso más poderoso: el abuso de fármacos.
Su
nombre genérico es benzodiacepina y se puede conseguir en la droguería de la
cuadra con solo una fórmula médica. Aunque no les suene a la mayoría de los
colombianos, jóvenes entre los 12 y 18 años la están mezclando en un explosivo coctel que simplemente les borra de la memoria horas
enteras de sus vidas.
Mientras el país sigue concentrado en combatir la producción y el consumo
creciente de marihuana, cocaína y otras sustancias ilegales, los organismos
antidrogas del mundo miran con alarma el vertiginoso crecimiento de un enemigo
incluso más poderoso: el abuso de fármacos.
En Estados Unidos, donde la muerte de Michael Jackson
lo puso en primer plano, el problema afecta a cerca de siete millones de
personas. "Son más que los que usan cocaína, heroína, alucinógenos,
éxtasis y opioides, pero todos sumados", dice la
DEA.
Allá el número de farmacodependientes casi se duplicó
en los últimos siete años. De hecho, dice la Agencia Antidrogas más grande del
mundo, el mal uso de la morfina y otros medicamentos usados para paliar
enfermedades terminales "causa más muertes por sobredosis que la cocaína y
la heroína juntas".
Paradójicamente, el personal médico, que por su trabajo tiene acceso a ella, es
considerado como una población en alto riesgo de caer en el 'uso recreacional' de morfina. Entre ellos, además, la tasa de
suicidios es más alta.
Lo que está pasando en Colombia no es menos preocupante. Uno de los capítulos
inéditos del último Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Sicoactivas, la más grande encuesta sobre drogas realizada
hasta ahora en el país y que tomó una población base de 20 millones de
personas, señala que unos 350 mil colombianos han usado al menos una vez
tranquilizantes y estimulantes sin fórmula médica.
No menos de 100 mil lo hicieron en el último año y casi 50 mil se tomaron al
menos una de esas pastillas en el último mes. Pero las cifras están, según los
expertos, muy por debajo de la realidad. De hecho, una investigación del
Observatorio Interamericano sobre Drogas, que consultó a estudiantes de entre
14 y 17 años en el 2006, encontró que uno de cada 10 usó ese tipo de fármacos
en el último año.
"Los medicamentos no formulados se consumen más que la marihuana y la
cocaína (...) La automedicación y el consumo de fármacos son ya un problema de
salud pública", dice José Posada Villa, investigador de la OMS y asesor
del Ministerio de Protección.
Emergencias a diario
Tranquilizantes y estimulantes ya son la tercera categoría de droga
adictiva más consumida en el país, por debajo de la marihuana y la cocaína (sin
contar el alcohol).
Incluso Augusto Pérez, uno de las personas que más saben de drogas en Colombia,
asegura que las benzodiacepinas -que se usan para
disminuir la ansiedad y combatir el insomnio- tiene más consumidores habituales
entre los jóvenes de entre 12 y 18 años que la misma cocaína.
Se trata además, de una droga que aparece relacionada con casos de
delincuencia. Se sabe de sicarios que la usan antes de los crímenes porque así
no cargan el peso de haber segado una vida. Y son también usadas para poner en
estado de indefensión a víctimas de algunos delitos.
"Las benzodiacepinas producen una adicción
tremenda que puede llevar a la muerte -dice el médico Pérez-. Crean una
dependencia con síndrome de abstinencia, convulsiones y cuadros de
epilepsia".
Aunque la ruta más usada para conseguir esas drogas es comprarlas en las
farmacias, bien falsificando las fórmulas o aprovechando que en algunas
droguerías se venden por debajo de la mesa, el mercado en la Internet crece.
Este año, la Policía ha clausurado ocho sitios Web que operaban desde Colombia
y ofrecían desde anfetaminas hasta viagra.
"El país es modelo en control de estupefacientes tipo cocaína, pero le
falta capacidad para controlar presentaciones farmacéuticas o las 'drogas de
diseño'", dice Camilo Uribe, de la Junta Internacional de Fiscalización de
Estupefacientes (Jife).
Ese organismo, que depende de la ONU, le advirtió al Gobierno colombiano sobre
la creciente amenaza que representa el mal uso de los fármacos. "No solo
es el riesgo de la automedicación, sino la altísima posibilidad de generar una
adicción", señala Uribe.
Sorprendentente, en el país no hay estadísticas
consolidadas sobre las emergencias y muertes asociadas a las intoxicaciones por
fármacos y otras drogas. Pero se sabe que se cuentan cada día por decenas.
Úber Eduardo Gómez, ex presidente de la Asociación
Colombiana de Toxicología, dice que un estudio hecho en urgencias del hospital
San Vicente de Paúl, de Medellín, arrojó que en promedio se atienden dos
pacientes diarios por mal uso de medicamentos y que al menos una vez cada tres
días llega un caso de adicción.
En Bogotá, el Centro de Toxicología Unitox reportó
entre abril y noviembre del año pasado 873 casos, la mayoría de personas entre
15 y 30 años. Y Mario Santacruz, médico epidemiólogo de la EPS Salud Total,
señala que este año se ha incrementado el uso del tramadol,
un medicamento derivado de la morfina que tiene efectos tranquilizantes.
'Antidepresivos a mitad de precio'
Una de las últimas páginas que la Unidad Especial de Investigaciones de la Dijín 'dio de baja' en Colombia ofrecía desde insulina
hasta insumos para el procesamiento de cocaína y maquinaria pesada. Ese era uno
de los ocho sitios web que el grupo logró rastrear
este año. A los correos de miles de personas siguen llegando mensajes como
'Fármacos y Medicamentos Legítimos: Droguería Profesional' o 'Vendo cajas de
Antidepresivos a mitad de precio'.
También aparecen en foros, 'chats' y clasificados en
la red cuya única referencia de contacto es un correo electrónico. Los
catálogos virtuales ofrecen tramadol, morfina, diazepam, contra cáncer y VIH.
REDACCIÓN JUSTICIA