El descubrimiento de 6 genes vinculados a esa condición llevaría a nuevas
terapias tendentes a modificar la actitud mental de las personas ante los
alimentos, más que su deseo de comer.
El estudio, publicado en la revista 'Nature Genetics', se basó en el análisis genético de 90.000
personas cuyo ADN se analizó en busca de mínimas mutaciones y se comparó con su
índice de masa corporal.