Conocidos por sus virtudes para la salud debido a su elevado contenido de
antioxidantes, parecen tener propiedades anticancerígenas
específicas, según varios estudios publicados en Estados Unidos.
Beber vino tinto,
blanco o rosado alargaría la supervivencia de pacientes afectados por linfomas
no Hodgkin, un cáncer del sistema linfático, revela
una investigación epidemiológica presentada el martes en la conferencia anual
de la American Association
for Cancer Research (AACR), que se celebra en Denver
(Colorado, oeste).
"Esta conclusión es propensa a controversia ya que un consumo excesivo
de alcohol es dañino para la salud y es difícil establecer una definición
precisa de lo que es razonable y excesivo cuando se trata de beber
alcohol", explicó Han Xuesong, de la
Universidad Yale (Connecticut,
noreste), principal autor de estos trabajos.
"Seguimos sin embargo viendo constantemente una relación entre el
consumo de vino y las evoluciones positivas del número de cánceres",
añadió.
Este estudio, realizado en 546 mujeres afectadas por este tipo de linfoma,
es el primero que examina el vínculo entre enfermos que sufrían de este cáncer
y un consumo moderado de vino. La cerveza u otras bebidas alcohólicas no
tuvieron ningún efecto beneficioso, precisó el estudio.
Los autores concluyeron que la tasa de supervivencia de al menos cinco años
después del diagnóstico fue mayor en aquellas pacientes que consumieron vino
durante varios años (76%) que en quellas que no
habían bebido (68%).
Para las pacientes que alcanzaron un forma más
agresiva de este mismo cáncer, el linfoma primitivo de grandes células B, el
impacto del consumo de vino fue más claro, con una reducción del riesgo de
muerte o recaída de 40% a 50%.
Los investigadores determinaron que el conjunto de enfermas del grupo que
consumió vino durante al menos 25 años antes del diagnóstico tenía 25 a 35%
menos riesgo de muerte o recaída.
El estudio se basa en un consumo medio de seis vasos de vino al mes durante
varios años, precisó Han a la AFP, quien prevé hacer también un estudio sobre
el vino tinto y sus efectos sobre las enfermedades cardiovasculares.
Por otra parte, una investigación sobre ratones, también presentada en la
conferencia de la AACR, indica que el consumo de nueces ricas en ácidos grasos
Omega-3 y en fitosteroles, un anticolesterol,
reduciría el riesgo de cáncer de seno.
Un grupo de roedores programados para desarrollar tumores de mama fue alimentados diariamente con el equivalente humano de 56
gramos de nuez, en tanto un grupo testigo fue sometido a otro régimen
alimentario.
Después de cinco meses, la totalidad de este último grupo había desarrollado
tumores mamarios, mientras que en los ratones que consumían nueces, estos
tumores aparecieron al menos tres semanas más tarde, explicó Elaine Hardman, de la Universidad
Marshall (Virginia Occidental, este).
"Queda claro que las nueces contribuyen a un régimen alimentario sano
que puede reducir la incidencia del cáncer de mama", dijo.
Finalmente, un estudio realizado en 28 pacientes afectados por distintos
tumores mostró que el jugo de pomelo combinado con el immunodepresor
rampamicina aumenta claramente los efectos de este
tratamiento anticancerígeno, lo que permite reducir las dosis, señaló Erza Cohen, oncólogo en la Universidad de Chicago
(Illinois, norte).
WASHINGTON, AFP