Por culpa de la polución, niños sufren cada vez más de tos, expectoración y silbidos en el pecho

Los menores ya no solo tienen que protegerse de los malos olores, sino también de la polución por el elevado hollín y polvo que hay en el aire.

Estudio de la Secretaría Distrital de Salud señala que hollín, humo y polvo son materiales fácilmente respirables que se alojan peligrosamente en los pulmones de los menores de 5 años, principalmente.

Por eso, a los bogotanos ya no solo deben preocuparles las imágenes que muestran esa capa densa y oscura sobre la ciudad cada mañana.  Ahora, deben estar alerta a las consecuencias que esa 'mancha' ambiental está causando en la salud de los más vulnerables: los niños.

Esa es una de las razones para que al menos el 74,3 por ciento de los niños que acudieron a los jardines escolares en el último año presentaran los quebrantos de salud ya mencionados.

De ahí que el 41,1 por ciento del ausentismo de esos jardines, haya sido causado por alguna enfermedad respiratoria aguda (gripa, bronquiolitis o neumonía) relacionada con la contaminación.

La conclusión aparece en un estudio sobre 'la asociaciación entre la contaminación del aire y la morbilidad por enfermedad respiratoria aguda en menores de 5 años', efectuado por la Secretaría Distrital de Salud (SDS), con participación del Ministerio de Ambiente.

Para establecer cuál era el impacto del material particulado en la salud infantil, la SDS hizo un monitoreo diario y durante seis meses (entre julio y diciembre del 2007) de 619 menores de 5 años que acudían a jardines infantiles en Puente Aranda, Fontibón y Kennedy.

"Los seguimientos -dijo el secretario Distrital de Salud, Héctor Zambrano- permitieron establecer que hay una asociación directa entre la contaminación y los síntomas respiratorios, como altas fiebres y flujo nasal padecidos por menores más expuestos al material particulado".

La SDS calculó que de los 36 mil menores que consultaron el año pasado en los hospitales por infecciones respiratorias, 7.200 tendrían relación con la contaminación.

La polución afecta a la población, debido a que hay altas concentraciones de material particulado o PM10 (hollín, humo y polvo) en el ambiente. Pese a que en Bogotá el promedio anual del PM10 bajó en el último año - pasó de 71,6 microgramos por metro cúbico registrados en el 2007, a 65,7 en el 2008-, esta concentración supera el límite señalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS): 50.

El coordinador del estudio y epidemiólogo de la SDS Jorge Hernández explicó que la polución afecta más a los menores de 5 años, porque su sistema está en desarrollo y respiran más veces (hasta 30 por minuto) que los adultos (unas 18 veces).

El agravamiento de los síntomas respiratorios en los pequeños por culpa de la contaminación resultó evidente en un comparativo que la SDS hizo con otro estudio casi similar, efectuado hace 10 años por el neumólogo de Sánitas Iván Solarte.

Los silbidos en el pecho, por ejemplo, tuvieron un aumento del 78 por ciento: en 1999 ese síntoma afectaba al 38 por ciento de menores estudiados; ahora, es al 68 por ciento; la tos se elevó un 72 por ciento, pues hace 10 años reportó 31,6 por ciento de consultados; ahora, lo hizo un 54,4 por ciento; la expectoración resultó elevándose un 168 por ciento, al pasar de 29,9 afectados de 1999, a 80,1 por ciento establecido en el nuevo estudio de la SDS.

Acciones para bajar la polución

Entre el 2007 y el 2008, la Secretaría Distrital de Salud (SDS) declaró 15 alertas ambientales en Puente Aranda, Fontibón y Kennedy, por alta contaminación, que llevaron a que en esos días de las declaratorias, los escolares no pudieran salir al patio a hacer ejercicios físicos. La Secretaría Distrital de Ambiente (SDA), a su vez, inició en Puente Aranda un proyecto de zonas piloto de recuperación ambiental, para lo cual levantó un censo con las empresas más contaminantes, y convocó a 752 para que presentaran planes de mejoramiento. En cuanto al transporte público, el año pasado la SDA revisó 138.666 vehículos, de los cuales 6.798 (5 por ciento) fueron inmovilizados por incumplir las normas ambientales.

LUCEVÍN GÓMEZ E.
REDACTORA EL TIEMPO
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