Mantenga a raya esas náuseas tan jartas / Le tengo el remedio

Carlos Francisco Fernández, asesor médico de EL TIEMPO.

Las náuseas, ese horrible malestar en el estómago que puede causarle desde una simple molestia hasta la postración total, tienen muchas causas que el médico debe revisar. Existen, no obstante, algunas técnicas que sirven para calmarlas, cuando no son severas. Estas son algunas:

Recuerde: las náuseas pueden deberse a problemas de digestión, al embarazo, a las migrañas, al mareo por el movimiento, al efecto de algunas drogas, al consumo de alcohol, a la intolerancia a ciertas comidas, a la diabetes e incluso al mismo estrés. Identifique cuál es la suya.

No son poca cosa: pueden acompañarse de dolor de estómago, mareo, debilidad en las piernas y un sudor el macho.
¡Páreles bolas!

Evite: si tiene náuseas aléjese de alimentos y de olores fuertes, como los del cigarrillo, los solventes, los perfumes y la gasolina. Ni de vainas deje las ventanas cerradas: procure ventilarse, que le irá mejor.

Cuidado: aléjese, sobre todo en la mañana, de la comida chatarra, de jugos ácidos como los de piña y de naranja y de las comidas grasosas. Prefiera desayunar con gelatina y con caldito de pollo sin grasa. Le caerán de perlas.

Horario: coma a horas fijas -para no torear al estómago- y si no quiere que la noche se le vuelva un yogur, ni se le ocurra comer tan tarde.

Despacio: coma bocados pequeños, lentamente, y beba a a sorbitos. Procure que los alimentos estén a temperatura ambiente (ni muy calientes ni muy fríos); acostúmbrese a fraccionar las comidas, en lugar de tomar tres abundantes. Eso sí, respete los horarios.

Recuéstese: si las náuseas lo matan, recuéstese cuando las sienta y espere ahí hasta que sienta que le pasen; por nada del mundo se levante rápidamente. Eso es fatal.

Galleticas: una galleta de soda, una tostada seca o una aceituna al despertarse le caerán de maravilla. Se sabe que ellas absorben el exceso de saliva, que ayuda a agravar el problema.

Por último: no se automedique; si las náuseas se mantienen por mucho tiempo, o se acompañan de vómito y malestar general, deje de leer y corra a contarle al médico.

Carlos F. Fernández
Asesor médico de EL TIEMPO