ROMA (EFE) La mortífera enfermedad de la peste porcina africana (PPA) ha
saltado 2.000 kilómetros, desde la Rusia meridional a la ciudad de San
Petersburgo, según notifió la Organización de
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El último brote fue reportado cerca de esa ciudad báltica, confirmando los
peores temores de los expertos de la FAO, que han estado haciéndole seguimiento
al virus en Georgia y en los países limítrofes en los últimos años, aseguró.
El peligro consiste en que la PPA –que no se transmite a los humanos– se
propague a otras regiones, incluyendo a los países de la Unión Europea, Europa
oriental, la cuenca del Mar Negro y en el peor de los escenarios a Asia central
e incluso a China, que tiene la mayor piara de ganado porcino del mundo.
“Aunque sabíamos que el virus circulaba en el Cáucaso
en Georgia, Armenia y Azerbaiyán desde hace varios años y que finalmente se
había propagado a Rusia meridional, su aparición repentina lejos de allí, junto
a la costa del Báltico, es preocupante", afirmó Juan Lubroth,
jefe veterinario de la FAO.
El virus muestra, al mismo tiempo, una propagación progresiva a nivel local
y su capacidad de trasladarse a través de amplias zonas geográficas mediante el
transporte de cerdos infectados o de productos porcinos contaminados.
“Las repúblicas bálticas junto con Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, Rumanía y Bulgaria se encuentran directamente amenazadas”,
advirtió Lubroth.
Aunque los musulmanes no consumen cerdo, Irán, Turquía y los países de Asia
central podrían servir de lugares de tránsito o reservorio para el virus,
debido a la población relativamente numerosa de jabalíes (cerdos salvajes
parientes cercanos de los cerdos) que habitan en la zona.
Prevenir la aparición del virus Tras la aparición del brote, la FAO
recomienda a los países que estén vigilantes y pongan en marcha sus planes de
contingencia y detección temprana.
Como aporte a la prevención, durante este año, el sistema de prevención de
emergencias de la entidad ha hecho0 cursos de formación para los organismos
veterinarios de los países afectados.
Sin embargo, la la detección temprana del virus es
complicada, pues los signos que presentan los animales son casi iguales a los
del virus de la peste porcina clásica (PPC), enfermedad de menor letalidad, y
sólo análisis de laboratorio puede diferenciarse una de la otra.
Como se anotó, la transmisión del virus ese común por medio de los jabalíes,
alimentos balanceados, residuos y, el llamado contrabando ‘de bolsillo’ transfronterizo.
Este consiste en el transporte de material animal o vegetal de uno a otro
continente, quizás la única forma en que el virus haya viajado, desde África
hasta el Caucaso.
La anterior puede ser la única explicación, pues en el seguimiento que le ha
hecho la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OIE) indica que en 2007, el
mal estaba en cinco países africanos, para luego ‘saltar sin escala’ a Asia.
La Peste Porcina Africana (PPA) existió durante décadas en la península
ibérica hasta su eliminación a finales de la década de los años noventa,
permaneciendo algunos focos en la isla de Cerdeña (Italia). también
se han presentado focos en diversos países europeos, las islas del Caribe y
Brasil (erradicada en 1984).
El primer fue detectado en Kenia en 1910, después de la introducción de
razas europeas por los colonizadores.
En la actualidad no existe vacuna contra la PPA, por lo que la FAO ha
solicitado a los laboratorios de los Estados Unidos y de Rusia que desarrollen
un biológico eficaz.
Por ahora, la única forma de erradicarla es sacrificando los animales
infectados y ejerciendo control en el transporte de los cerdos.