El
zoólogo Desmond Morris
publicó su más reciente libro, 'Bebés', después de 40 años de estudios
El resultado es un completo manual sobre el desarrollo
físico y emocional, donde el autor afirma que el amor es indispensable para una
óptima formación.
En
su más reciente libro, Bebés, Desmond Morris estudió el comportamiento y el desarrollo de un
infante durante sus dos primeros años. El investigador habló en
exclusiva para EL TIEMPO.
Después
de su libro ‘El mono desnudo’, ¿por qué decidió iniciar una investigación sobre
bebés?
Soy un observador del comportamiento, tanto de animales como de seres humanos.
Yo no entrevisto a mis objetos de estudio, solamente los observo. Los bebés no
hablan, así que son perfectos para mí, porque la única manera de estudiarlos es
a través de la observación.
¿Por
qué en este caso se inclinó especialmente por los bebés?
Hice este estudio porque no creo que los padres sepan lo suficiente sobre sus
bebés, así que quería proveerles un retrato detallado sobre la realidad de un
bebé. Pero, este no es un libro de consejos para los padres; en vez de eso, lo
que muestro es quién es el bebé para que los padres puedan entenderlo. Principalmente,
podría decir que es alguien que necesita mucho amor en sus primeros días. De
ese modo, cuando los padres comprendan verdaderamente quién es el bebé, no
necesitarán ningún tipo de consejo, pues será obvio lo que es mejor para él y
lo que hay que hacer.
En
sus anteriores trabajos sostuvo que un bebé no es nada diferente de un ‘mono
desnudo’. ¿Esa idea cambió de alguna manera con esta última investigación?
El bebé nace con el mejor cerebro del planeta, puede ser algo indefenso al
nacer y necesitar atención constante, pero si el pequeño es amado y cuidado,
crecerá y se convertirá en un magnífico adulto. Ahora bien, es cierto que
estamos emparentados con los monos, pero hay que aclarar que somos muy
superiores a ellos.
¿Durante
la investigación tuvo alguna experiencia a nivel personal que lo hiciera
cambiar su percepción de los bebés?
El último bebé con el que tuve contacto en mi familia fue mi nieto. Cuando lo
sostuve en mis brazos, experimenté el mismo asombro que hace cuarenta años
cuando alcé a mi primer hijo recién nacido. Para cualquiera, con emociones
humanas normales, el hecho de alzar a un bebé le produce una sensación
inolvidable, pues, a pesar de que son seres muy pequeños e indefensos, están
equiparados con un enorme y magnífico potencial.
¿Cuánto
tiempo dedicó a esta investigación?
He estudiado a los bebés por cuarenta años y he visitado al menos 98 países
observando el comportamiento humano alrededor del mundo.
De toda la información que recolectó, ¿hay algo que lo haya sorprendido
significativamente?
El hecho de que desde el momento de la concepción hasta el nacimiento, el peso
del bebé se incrementa 3.000 millones de veces.
¿Podría darles a los padres algún consejo que considere determinante para que
el bebé sea saludable a nivel emocional y físico?
Amor, solamente amor, eso es todo lo que el bebé necesita. La formación, la
capacitación, el entrenamiento, la disciplina vendrán luego, cuando el niño
tenga unos dos años. Antes de esa edad, sólo amor.
Por
Melissa Serrato Ramírez
Redactora ABC del bebé