El ataque de un perro que dejó a tres turistas bogotanos lesionados marca un
dolor de cabeza casi cotidiano en Cali. Los informes oficiales indican que se
registran, en promedio, siete casos diarios de mordeduras de mascotas.
La odontóloga Aydeé Amaya, la más afectada en el
último incidente, cree que su hija de 5 años pudo morir si ella no se le
hubiera atravesado al animal.
Otros dos parientes suyos salieron mordidos.
“Como profesional de la salud y ama de casa no puedo menos que pedir que se
tenga en cuenta el riesgo de animales sueltos y sin medidas de seguridad”, dice
la señora, que llegó el fin de año a visitar a unos familiares en esta capital.
El incidente ocurrió en la tarde del lunes pasado, cuando la familia
Rodríguez Amaya paseaba por el Orquideorama, un
centro de exposiciones en el norte de la ciudad.
De un momento a otro, escucharon un grito y apareció una perra y, según los
testimonios, se lanzó hacia la niña Valentina Rodríguez. Su progenitora
interpuso la pierna derecha y sufrió mordeduras profundas. En defensa también
salió otra hija de la odontóloga, Constanza, de 19 años, lesionada en el brazo
derecho; y el novio de ella, el argentino Sebastián Rea, que golpeó al animal
tras sufrir una mordedura.
Una persona, al parecer del Orquideorama, también
ayudó a controlar el animal con el chorro de agua de una manguera. Ana Balanta, administradora del lugar, lamentó el incidente y
anotó que la perra estaba recién parida y posiblemente habría sentido que sus
crías estaban en peligro.
Justo Pastor Peláez, encargado del Centro de Zoonosis, dijo que “la perra es
de raza rottweiler, cruzada con Labrador, que acababa
de tener crías y debía estar en cautiverio y no al aire libre y sin cadena,
debido a que en ese estado ataca instintivamente a todo aquello que represente
una amenaza para ella y sus crías. El animal tiene sus vacunas al día”.
Este hecho volvió a mostrar el problema. El año pasado fueron reportados
2.650 casos de mordeduras de caninos y felinos.
El secretario de Salud Municipal, Alejandro Varela, dijo que “el haber
dejado el perro sin ninguna medida de seguridad, y más aún en un lugar de
circulación masiva de visitantes, corresponde a una violación de la normatividad,
según el decreto 1068 del 2000, por el que se reglamenta el transporte y la
tenencia transitoria o permanente de caninos y felinos”.
El funcionario dijo que “todo tipo de raza clasificada como agresiva, entre
ellos pitbull, doberman,
fila brasilero, rottweiler deben tener microchip y
cuando estén en lugares públicos deben permanecer con bozal, collar y trabilla
no mayor a 1,50 metros. El animal debe ser llevado por una persona mayor de
edad la cual debe portar los certificados de vacunación y el registro de
identificación correspondiente”.
Cali empezó en el país en el 2000 la implementación del programa de Tenencia
Responsable de Animales (TRA) para fomentar conciencia sobre el cuidado,
condiciones higiénicas y las medidas de seguridad que se deben tener con los
animales. Este año se realizaron 200 jornadas y 155 capacitaciones a grupos
escolares y en unidades residenciales.
Pero a diario, en parques, andenes y otros espacios públicos, circulan
mascotas cuyos dueños no limpian los desechos y en los casos de razas
peligrosas dejan a la suerte el peligro de un ataque