Una mirada diferente para
afrontar el cáncer
Por Meryt Montiel
LUgo
El oncólogo Jaime Rubiano
explica por qué, según la medicina basada en la evidencia, hoy resultan
inapropiados algunos procedimientos para detectar y tratar este mal.
No
se debe derrochar cantidades de dinero en programas y campañas que estimulen el
autoexamen del seno como una forma para la detección
temprana del cáncer de mama, ya que está demostrado científicamente que esta
medida no es para nada eficaz en la disminución de la mortalidad que es el
objetivo del tamizaje (el autoexamen).
Esta revolucionaria propuesta la hace el médico oncólogo y epidemiólogo caleño
Jaime Ramón Rubiano, experto en temática de cáncer,
con 30 años en el ejercicio de su profesión y actual jefe de la Unidad de
Epidemiología Clínica de la Escuela de Medicina de la Universidad del Valle.
El profesional se atreve a lanzar tal iniciativa y a alertar sobre otras
prácticas que se suelen aplicar en la prevención, tratamiento y seguimiento del
cáncer, conforme a sus estudios sobre la llamada medicina basada en la
evidencia, es decir, aquella que tiene como soporte la demostración científica,
los estudios clínicos y no simplemente la experiencia o la tradición.
Es así como para este galeno de la Clínica Nuestra Señora de los Remedios, la
mamografía es hoy el único medio de verdad efectivo para detectar tempranamente
el cáncer de seno.
La evidencia demuestra que quienes se practican la mamografía tienen una
mortalidad del 30% menos que quienes no se la hacen, explica Rubiano.
Hay que tener en cuenta, asegura el oncólogo, que la mamografía en menores de
50 años no tiene la misma exactitud diagnóstica, “porque al mirar la curva de
la historia natural de la enfermedad se observa que el año en que aparece más
el cáncer en la mujer es a partir de los 50. Los que aparecen en menores de 50
son pocos”.
Una nueva mirada
Esta nueva forma de ver la medicina también pone en entredicho la tradicional
manera de hacerle seguimiento al paciente que ha padecido un cáncer.
Generalmente, luego de la operación, las quimioterapias y las radioterapias
éste continúa en consultas periódicas para detectar a tiempo si el tumor vuelve
a salir: más exámenes, radiografías, pinchazos, marcadores tumorales... Hay,
por lo tanto, derroche de plata, angustia del paciente y una calidad de vida
deteriorada.
Los estudios han demostrado que a los pacientes que continúan con una rutina de
exámenes les va igual a los que no la siguen. “La
evidencia dice que el seguimiento no modifica la sobrevida”,
comenta el galeno.
Entonces, ¿a dónde llevan criterios novedosos como éstos? “A racionalizar los
costos”, responde Rubiano, quien agrega que hay que
enseñarle al paciente que luego de ser tratado de un cáncer, da lo mismo que le
pidan o no exámenes.
“Hay que hacerle un seguimiento racional y costo-efectivo. No estoy diciendo
que como médico nunca más vaya a ver al paciente. Lo veo, sí, pero sin pedirle
tanto examen, sin chuzarlo tanto para sacarle sangre, sin que gaste tanta
plata. Pues se ha establecido, a través de la medicina basada en la evidencia,
que con exámenes o sin ellos, para la detección de la recurrencia de la
enfermedad (que vuelva a aparecer un tumor), da lo mismo”.
El seguimiento dependerá del tipo de estadio en que está el cáncer: 1, 2, 3 o
4. Ya que seguir a uno que está casi curado (estadio 1) no es lo mismo que uno
que esté en estadio 2 o 3.
De ahí, explica Rubiano, que el seguimiento dependa
de la posibilidad de recurrencia del cáncer que se padece. “Si usted ya está
curada, la puedo seguir cada año o cada seis meses. Pero si hay riesgo de que
la enfermedad aparezca es mejor verla frecuentemente: cada tres o cuatro meses.
Además, no es necesario que sea vista a la vez por los tres oncólogos: el
cirujano, el radioterapéuta y el clínico”.
Todo esto apunta a la racionalización de costos y tiempo, advierte Rubiano. “Somos un país pobre, la gente está gastando mucha
plata en salud. ¿Cuánto se gasta una persona cuando la envían de un hospital a
otro? ¿Cuánto paga en transporte público? ¿Cuántas citas tiene que pedir?
¿Cuántos exámenes se tiene que hacer? Entonces, si todos comulgáramos y
aplicáramos los criterios de la medicina basada en evidencia haríamos una
medicina que le brindara al paciente una mejor calidad de vida, de más
tranquilidad psicológica. La gente por sentido común cree que cuantos más
exámenes se les pida mejor y eso no es así. Por eso hay que hacer una campaña
de educación”.
El médico, que compartirá muchos de sus conocimientos en el libro Oncología
Básica, próximo a ser publicado por la editorial de la Universidad del Valle,
también prende la alarma sobre el uso indiscriminado de los TAC o escanografías cerebrales, de tórax o de abdomen en niños,
lo que aumenta la posibilidad de que tengan tumores radioinducidos.
Según el galeno, las células más susceptibles al daño cancerígeno de las
radiaciones de las escanografías son las de los
niños, porque ellos están viviendo una época de reproducción y crecimiento
celular. Las de los adultos están en una fase de estabililidad
reproductiva que ya no las afecta tanto.
“¿Entonces qué pasa? Una escanografía del cerebro,
por ejemplo, es equivalente a 500 radiografías simples del cráneo. Éstas
aumentan la posibilidad de que un niño tenga tumores radioinducidos.
Por eso hay que poner una alarma: disminuir el uso indiscriminado de las escanografías, pues a toda hora se están pidiendo,
especialmente en niños. Hay que usarlas sólo en casos estrictamente necesarios,
en los que la clínica las recomiende”.
De todo lo dicho, advierte el doctor Jaime Rubiano,
doy literatura, no me lo he inventado, soy estudioso de este tema y tengo toda
la documentación para demostrar que de todo lo expuesto existe la evidencia
científica que lo demuestra.
· "David Sackett es el padre de este movimiento (medicina basada en
la evidencia) que se gestó en Canadá, en la Universidad de Mc
Master, en la década de los 90”. Jaime R. Rubiano,
oncólogo.
· "A los niños hay que protegerlos
disminuyendo las escanografías innecesarias y
solamente se les deben tomar en casos en que la clínica lo exija: si el niño
está convulsionando, por ejemplo". Jaime Ramón Rubiano,
médico oncólogo y epidemiólogo clínico.
Tenga en cuenta
La mamografía se debe realizar a partir de los 50 años y después cada dos años.
Hoy en día lo más recomendable es la mamografía digital porque tiene más
precisión diagnóstica, especialmente en pacientes jóvenes con senos densos. Los
pacientes de alto riesgo, con historia familiar o con factores de peligro deben
recurrir a la asesoría de un oncólogo, sin importar la edad.
Sólo tres cánceres pueden ser curados si se detectan a tiempo: el de cérvix (a través de la citología); el cáncer de colon y
recto (sangre oculta) y el cáncer de seno (mamografía).