Los médicos tendrían mayores
problemas de salud que el resto de la gente
Una
revisión de los estudios en este tema publicado en la revista 'The Lancet', concluyó que, los medicos sufren más estrés, depresión, cansancio, trastornos
alimentarios y problemas sentimentales
Jean
E. Wallace, Jane Lemaire y
William A. Ghali, de los departamentos de sociología
y medicina de la Universidad de Calgary (Canadá), analizaron los artículos publicados
sobre el tema entre julio de 1985 y julio del 2009, pero se centraron más en la
situación de los últimos cinco años.
Los
resultados sorprenden: entre el 25 y el 60 por ciento de los galenos reconoce
sufrir el llamado síndrome del trabajador quemado (o 'burn
out', en inglés). El 36,3 por ciento de los profesionales españoles y
latinoamericanos afirmaron estar afectados por él.
La
carga excesiva de trabajo, el poco tiempo del que disponen para el ocio y la
competencia en la profesión van haciendo mella en
ellos.
Uno
de los estudios analizados reveló que el 17 por ciento de los médicos
residentes califican de "pobre" su salud mental,
un porcentaje que dobla al de la población general; de hecho, la depresión es
una compañera habitual de los médicos, sobre todo si son mujeres.
El
índice de suicidio es seis veces más alto entre estos profesionales que en el
resto de la ciudadanía y la mortalidad debido a problemas cardiovasculares
también es mayor.
Tampoco
piden ayuda
La
investigación concluye que alrededor del 12 por ciento de las personas que se
decantan por este trabajo desarrollará algún trastorno por abuso de sustancias
en algún momento de su carrera.
Resulta
paradójico que los médicos no busquen ayuda de sus colegas cuando se sienten
mal. "Tienden a no preocuparse mucho por su salud. Muestran indiferencia
hacia su propio estado y se niegan a hacer exámenes médicos. Sin embargo, nueve
de cada diez de ellos reconoce reconoce que se autoprescribe medicamentos" dice Wallace,
coordinadora de esta revisión, que afirma que "este patrón de
comportamiento es universal y no varía entre los médicos de unos países y
otros".
Persiste
en la profesión un cierto tabú a la hora de pedir ayuda a otros colegas.
"Suelen sentirse incómodos en el papel de pacientes y piensan que sus
compañeros lo pueden interpretar como un signo de debilidad o que piensen que
no están en condiciones para ejercer", afirma Wallace.
Los
pacientes también se afectan
Las
evidencias disponibles indican que si el médico se encuentra bien, la atención
de sus pacientes es mucho mejor y viceversa.
Recientes
estudios indican que los médicos que trabajan muchas horas seguidas tienen
peores reflejos y cometen más errores y más graves.
Pero
no sólo los enfermos corren el riesgo de escuchar un mal diagnóstico, sino que
los propios profesionales se ponen en peligro: la fatiga aumenta el riesgo de
que se pinchen por accidente con una aguja o de que sufran un
accidentes de tránsito.
En
concreto, la falta de sueño puede ser más incapacitante
que los niveles altos de alcohol en la sangre.
En
un editorial de 'The Lancet'
que acompaña al estudio, se señala que "médicos sanos significa
pacientes más sanos". Por eso plantea la necesidad de que se incluya
la salud de estos profesionales de la salud como un indicador más para medir la
calidad del sistema sanitario de cada país.
FUENTE:
'EL MUNDO', DE ESPAÑA.