Los más y los menos de la bebida nacional
Abril 12 de 2009



Por José María Baldoví, periodista de El País.

El café no sube el colesterol, pero sí mejora la memoria. Mitos y verdades de la infusión.

Saludable. Aunque el café es un diurético y duerme el apetito, combate la jaqueca y el cansancio. Para evitar la adicción, es mejor tomarlo descafeinado.
Ablestock / El País

Factor de estímulo nervioso incuestionable, la cafeína obra en el organismo humano como una especie de disparador de importantes efectos fisiológicos e intelectuales, reconocidos y venerados por plumas tan gloriosas como Víctor Hugo, Voltaire y Moliere.

Componente básico de la bebida más tradicional de Colombia: el café, la cafeína, según la Federación Nacional de Cafeteros, no puede clasificarse como sustancia psicoestimulante (al igual que la cocaína o las anfetaminas) por cuanto no es cierto que desarrolle algún tipo de dependencia.

Cosa muy distinta, asegura la nutricionista Claudia Gamboa, es que el consumo excesivo de café, más de cuatro tazas diarias, “contribuya a producir consecuencias indeseables como insomnio, irritabilidad, ansiedad y agitación”. “Razón por la cual –prosigue la dietista– una dosis abundante de cafeína, incluso, puede despertar la diabetes en ciertos personas con predisposición a padecer esta enfermedad”. Pues la ansiedad se ve reforzada con el consumo indiscriminado de café, “al igual que la ingesta permanente de comida puede producir la aparición de diabetes”.

Para la también dietista Clara Mosquera, sí es verdad que la cafeína ayuda a disminuir la posibilidad de sufrir enfermedades de carácter nervioso, al igual que el Parkinson, Alzheimer y cáncer de hígado, “así como la toma incontrolada de café puede aumentar la tensión arterial, elevar el azúcar en los diabéticos y complicar el parto en el caso de las madres gestantes”.

Por otro lado, dice Clara, es falso que la cafeína aumente el colesterol, “que más bien se debe a una comida saturada de grasas y al abuso de trago y cigarrillo”.

Y según la enfermera Marina Cruz, también es falso que el café produzca acidez estomacal como se piensa comunmente. Más bien, “las comidas condimentadas o comer a deshoras sí pueden traer como consecuencia una perjudicial sensibilidad del sistema gástrico”.

Cifras

·  4 tazas diarias de café son las recomendables.

·  3 horas tarda el organismo en eliminar la cafeína.

·  20 calorías contiene una taza con azúcar.
En todo caso, advierte la Federación de Cafeteros, el café resulta perjudicial cuando ya es un hecho la presencia de úlcera péptica y gastritis, por lo cual el consumo de café debe reducirse por cuanto la bebida aumenta la secreción ácida del estómago.


Lo mismo sucede cuando el amante del café de antemano pedece de enteritis y colitis, pues la infusión tiene un ligero efecto laxante.

Quienes creen que la cafeína protege el hígado y le ayuda a trabajar mejor, están en lo cierto porque los estudios han demostrado que asiduos consumidores de alcohol, que beben por lo menos cuatro tazas de café al día, corren una quinta parte menos de riesgos de cirrosis que los consumidores de alcohol que jamás prueban un tinto.

Pero es mentira, alega la enfermera Mosquera, que la cafeína sea responsable del cáncer de colon. Hasta ahora, “ninguna prueba ha demostrado esa presunta asociación”.

Tampoco, entonces, es contra indicado para los niños, asevera la nutricionista Gamboa, el consumo moderado de café, que para los menores no debe ser superior a dos tazas diarias, preferiblemente por las mañanas. Por encima de esa cantidad, los menores pueden observar alteraciones en el sueño y estar sobreexcitados durante el día.

La mejor noticia para los amigos del grano es que a juicio de la médica del Instituto Francés de Salud, Karen Ritchie, la cafeína no sólo reduce el deteriore cognitivo, además, acrecienta la memoria y estimula las operaciones intelectuales. De postre, la libido experimenta un notable papel en la pasión.

Café y mujer

Al contrario de lo que se piensa popularmente, la cafeína, consumida moderadamente, no es un factor de riesgo para la osteoporosis, una condición degenerativa que afecta principalmente a mujeres post menopáusicas.

No es verdad que la ingesta de café aumente las posibilidades de padecer cáncer de ovario. Hasta ahora no existe ninguna prueba concluyente.

Tampoco es cierto que el café agrave la mastopatía, es decir, todas aquéllas alteraciones que provocan la formación de nódulos que afectan el seno. Investigaciones han descartado que el café ocasione la aparición de mastopías o que abstenerse de su consumo influya en su curación.

Definitivamente la cafeína no tiene nada que ver en el síndrome premenstrual, conjunto de síntomas que en algunas mujeres surge en los días previos a la menstruación. Más bien el desbalance hormonal, la falta de ejercicio y una dieta pobre son los posibles causantes del mortificante síndrome.

En cambio, el abuso de cafeína, más una alimentación desbalanceada y malos hábitos de vida, sí contribuye a la aparición de celulitis.