Aprenda a prevenir e identificar
los síntomas de una intoxicación con licor adulterado
No
se puede diferenciar un trago adulterado de uno normal por el sabor, aseguran
expertos.
Una
persona que consume trago adulterado sólo tiene tres posibilidades: que el
tratamiento adecuado y a tiempo la ponga a salvo de las complicaciones que esta
sustancia genera, que quede ciega o que muera.
Así
de enfático es Alexander Paz, coordinador de capacitación del Centro Regulador
de Urgencias y Emergencias, Crue, de Bogotá, que
advierte sobre los riesgos -crecientes en época de fiestas- que entraña el
consumo de licor contaminado con alcohol industrial, más conocido como metanol.
Se
trata de una sustancia altamente tóxica, tanto que una pequeña cantidad (dos
cucharadas, por ejemplo) puede ser fatal para un niño; 60 centímetros cúbicos,
que equivalen a dos onzas, pueden ser mortales para un adulto.
De
acuerdo con Paz, no hay manera de diferenciar el licor bueno del malo por el
sabor; los primeros indicios de que se ha bebido trago adulterado aparecen unos
30 minutos después de consumido.
"Los
síntomas varían; no obstante, y según lo enuncian los propios afectados, éstos
empiezan con un fuerte e inusual dolor de cabeza, que puede estar acompañado
por luces o sensación de centelleo; también puede haber decaimiento, mareo,
náuseas, dolor abdominal, dificultad para respirar, pérdida de la agudeza
visual o ceguera, convulsiones y muerte", señala Paz.
Aunque
estos síntomas dependen de la cantidad ingerida y de la concentración del
metanol, todos son graves y requieren atención inmediata en un centro médico.
Inducir el vómito o darle de comer o de beber está contraindicado, pues puede
empeorar la situación.
"Es
importante que quienes acompañen a la víctima lleven una muestra del trago que
estaba consumiendo y que anoten la hora aproximada en la que lo bebió",
explica Paz.
Lo
mejor, en todos los casos, es prevenir, lo que empieza por tomar precauciones
como las siguientes:
Revise
dónde compra: sin importar qué promoción le ofrezcan, prefiera
adquirir licores en sitios que conozca y que le brinden confianza, máximo si se
trata de alcohol empacado en 'tetrapack'.
Cerciórese de
que las botellas tienen sellos, estampillas y tapas en buen estado.
Pase
el dedo por la etiqueta, y si ésta destiñe o se despega, rechace
el trago y denuncie el hecho.
Ponga
la botella a contraluz: si su color no es uniforme y si trae
partículas en suspensión, rechácelo también.
Por
último: beba con moderación: a mayor cantidad de trago ingerido,
mayores los daños.
En
exceso todo trago es perjudicial
El
licor siempre causa alteraciones en la conducta, con deterioro en la capacidad
del juicio y para razonar.
"Un
solo trago afecta la motricidad fina; un poco más genera retardo en los
reflejos. Por eso siempre se recomienda no manejar cuando se ha bebido, así sea
un poco", dice Alexander Paz.
A
mayores cantidades el bebedor ya presenta lenguaje farfullante
o locuacidad, cambio en el estado de ánimo, irritabilidad y amnesia.
Si
sigue tomando, incrementa el riesgo de padecer convulsiones, pérdida de la
conciencia e incluso de morir por paro cardiorrespiratorio. Paz advierte que
niños, mujeres, ancianos, personas con el estómago vacío y bebedores
ocasionales tienen menor tolerancia al alcohol, lo que los hace más
susceptibles a sufrir intoxicación aguda.
Algunos
mitos sobre el consumo de trago
1.
Mezclar licores hace que la persona se embriague más rápido.
No
es cierto. Lo único que importa es la cantidad y velocidad con que se ingiere
el alcohol.
2.
Tomar café ayuda a recuperar la sobriedad.
No.
Mientras haya alcohol en el cuerpo sin metabolizarse,
la persona seguirá embriagada. La sobriedad se recupera cuando se elimina del
todo.
3.
Hombres y mujeres del mismo peso y estatura pueden beber alcohol en cantidades
iguales.
No.
El alcohol se fija en la grasa corporal, como las mujeres tienen una
distribución de tejido adiposo distinta a la de los hombres, tienen una menor
capacidad para beber.
4.
Entre más años se lleve bebiendo, más se demora la persona en embriagarse.
Debido
al fenómeno de tolerancia esto es cierto en la primera fase del proceso de
alcoholización, pero en la segunda fase ocurre todo lo contrario. El alcohol
genera tolerancia en el cuerpo que, con el tiempo, hace parecer que no hace
efecto, pero cuando la persona ya es alcohólica, con poca cantidad se embriaga.
5.
La cerveza o el vino son menos nocivos que el whisky,
el ron y el vodka.
Alcohol
es alcohol. El vino y la cerveza tienen alcohol originado en fermentos, los
demás tienen el mismo componente destilado.
Fuente:
'Recomendaciones para el Consumo Responsable de Alcohol - Cartilla de Diageo y Fondo de Prevención Vial'.
REDACCIÓN
SALUD