La mayoría de las personas cree que este es un problema menor. Pues no hay
tal: proteger de rajaduras los labios es necesario, no solo por cuestiones de
estética y comodidad, sino por salud.
Como estoy seguro de
que usted no se ha salvado de eso, aquí van estos consejos.
Cuidado. Los labios agrietados son presa fácil de las
bacterias y de los hongos que rondan a sus anchas por la boca. Mejor dicho, las
infecciones están ahí y, claro, se pueden formar unas llagas que le pueden
complicar la vida. No es por asustarlo, pero pilas.
Lengua quieta. Aunque no lo crea, la saliva reseca los
labios. Esta contiene unas enzimas que ayudan a destruir los alimentos en la
digestión, entonces si usted se pasa la lengua cada rato por los labios la
grasa natural que los protege desaparece. Así que aunque le parezca sexy, deje
la lengua en su lugar.
Revise el lavado. La crema dental o el enjuague bucal
pueden irritar o producir reacciones alérgicas, haciendo que los labios se
resequen. Si eso le sucede descontinúe su uso y consulte; mientras tanto una
mezcla de bicarbonato de sodio y agua pueden servirle para que no salga sin
cepillarse.
Ojo con la comida. Écheles ojo a la pimienta, la mostaza,
las salsas de las carnes y al traguito, porque empeoran este cuento. Espere a
que sus labios estén sanos antes de consumir esos productos.
Hidrátese. El agua es el mejor remedio, así que tome de 8 a
10 vasos al día.
Huméctelos. Hay muchos productos para esto. Recuerde que
todos son compuestos de cera o grasa y lo que hacen es conservar la humedad,
pero no curan alergias, infecciones u otros problemas, así que si el asunto no
se calma en dos días, consulte. Ah, la simple vaselina es buenísima.
Filtros. El sol daña y reseca los labios, como al resto del
cuerpo. Aplíqueles un filtro con un factor protector superior a 15. Algunos
labiales, para fortuna de las señoras, ya lo traen; en cuanto a ellos, lo mejor
es que dejen la bobada y usen el protector a diario, así no estén en tierra
caliente.
Por último. La falta de vitaminas del grupo B y de hierro
pueden agrietar los labios. No fume. Respire siempre por la nariz, revise los
productos que se unta en la cara y consulte si hay
dolor, hinchazón, sangrado o infección.
CARLOS FERNÁNDEZ
ASESOR MÉDICO de EL TIEMPO.