Karen, una pequeña de 13 años, le dedica su infancia a luchar contra discriminación por VIH

Karen Dunaway González, de 13 años, juega en la plazoleta de San Francisco, en el centro Cali. La niña dice que quiere ser cantante.

Desde la Fundación Llaves, esta hondureña se dedica a recorrer su país y el mundo para contar su caso y promover la tolerancia con los portadores de VIH.

A sus 7 años, apenas en kínder, sin conocer la carga que pesaba sobre su pequeña humanidad, Karen Dunaway González supo lo que es la discriminación, que la marginaran en los juegos y no quisieran tener contacto con ella. Su papá la inscribió en varios colegios, con igual trato.

A esa edad, sus padres Rosa González y Allan Dunaway se sentaron con ella y con suaves palabras y hasta dibujos le explicaron que era portadora de VIH. Solo después ella entendió que es una carga para toda la vida, pero eso no le restó vitalidad.

Con su padre, también portador, y creador en Honduras de la fundación Llaves (Llanto, Valor y Esfuerzo) compartió jornadas de lucha contra la discriminación para enseñarle a la gente a convivir con niños en similares circunstancias.

Una de esas actividades llevó a esta pequeña hondureña, de 13 años, a intervenir en agosto del 2008 en el Auditorio Nacional en México ante 10.000 personas, entre ellas el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, el presidente de México Felipe Calderón y expertos de todos los países. Les contó que quería seguir viva.

Estos días, aún con el duelo por la muerte en diciembre pasado de su padre, fue la invitada internacional al foro Niñez y Adolescencia afectada por el VIH y Sida, realizado el viernes en Cali, y que contó con la participación de casi un centenar de niños y adolescentes del país, como ella, afectados por la enfermedad.

"De mi padre aprendí el liderazgo y la lucha por mis metas y sueños, y eso me ha llevado a compartir mi mensaje de vida con todas las personas", dice.

Desde la Fundación Llaves se dedica a recorrer su país y el mundo para contar su caso y promover la tolerancia con los portadores de VIH.

El mensaje que les trajo a los niños colombianos fue de esperanza: "Quiero que no haya discriminación, por eso les digo que sueñen, tengan metas y piensen que aún tienen un futuro por delante y que no se dejen caer".

No puede evitar las lágrimas cuando recuerda a su padre, quien los últimos años de su vida, ciego y en silla de ruedas, no dejó de luchar por leyes especiales para quienes padecían el mal. En sus días finales, a punta de fuerza en los brazos, subió los tres pisos hasta la Fundación para enseñar a todos que hay que luchar y seguir adelante.

"Queremos ser escuchados, que los gobiernos y personas tomen en cuanta nuestra opinión y nuestras necesidades", dice Karen.
También sueña con oportunidades para las personas de estratos populares.

"Muchos de nosotros y nosotras tenemos sueños, queremos ser artistas, profesionales, médicos, educadores, casarnos y tener hijos?, expresa y le brillan los ojos y sonríe cuando dice que quiere ser cantante y estudia mucho para alcanzar ese sueño.

Aclara que esas metas para quienes como ella son portadores solo serán posibles con la atención y cuidados que requieren, que se les acepte en los colegios y tengan oportunidad de crecer en un mundo sin discriminación.

El evento fue coordinado por Fundamor, que lleva 17 años trabajando con personas con VIH, 15 de ellos con menores. En la fundación hay 55 niños de tiempo completo, la mayoría huérfanos.
Los niños atendidos son casi un centenar, en convenio con otras instituciones y fundaciones.

Guillermo Garrido Arango, su presidente, explica que la situación con los menores afectados "es un tema complejo que tiene que ver desde cómo contarle a un niños que tiene VIH. Los niños y niñas afectados quieren que la sociedad los mire con menos lástima, no los discrimine y por el contrario los incluye como personas normales".

En la ciudad se presentaron el año pasado 893 nuevos casos de VIH. En 860 la transmisión fue por vía sexual y 33 por perinatal, es decir, niños que nacieron con el mal.

Garrido califica la experiencia con Karen como "muy enriquecedora para los niños de Fundamor como los de las otras regiones que participaron, por la historia de vida y la forma como ha asumido el diagnóstico y el trabajo desarrollado a tan corta edad en defensa de todos los niños con VIH, luchando por una sociedad más inclusiva que no estigmatice ni discrimine tanto".

"Está muy vivo el duelo por la muerte de su padre al que amaba mucho. Él le había prometido que iban a estar juntos en esa lucha por siempre. Ha logrado sobreponerse y seguir llevando ese mensaje de lucha y compromiso", dice.

Un investigador de la Universidad  Nacional relacionó el caso de un niño al que durante nueve años le suministraron medicamentos para el VIH sin tener el mal, otro al que no le han practicado una cirugía y uno al que lo han expulsado de tres colegios. Esas son circunstancias que hacen que Karen y los representantes de 45 fundaciones presentes en el evento no desfallezcan en su lucha por un trato digno para con los menores y todas las personas con VIH.

CALI