La cirugía de recanalización de trompas hace factible un embarazo, pero no lo asegura

10 Mar

Antes de hacer este procedimiento, es necesario tener una evaluación ginecológica. Si esta intervención resulta no ser viable, la mujer puede optar por la fertilización in vitro, si desea tener hijos.

 

Cuando una mujer toma la decisión de practicarse una ligadura de trompas, es necesario que esté completamente segura del paso que va a dar, pues si bien existe una cirugía que revierte su efecto, las probabilidades de éxito de un nuevo embarazo no son del 100 por ciento.

“El procedimiento que se realiza se denomina recanalización de trompas, que debe su nombre justamente a que su objetivo es recanalizar o reconectar la superficie interna de las trompas uterinas para que, tras una relación sexual, los espermatozoides logren llegar al óvulo, pues la fecundación ocurre en alguna de las dos trompas de falopio para, luego, implantarse en la parte interna del útero”, explica Juan Carlos Ramírez, ginecólogo de Profamilia.

Antes del procedimiento
Cuando una mujer que se ha ligado las trompas desea tener hijos, en primer lugar, el especialista le explica que tiene dos opciones: una es la recanalización, que tiene aproximadamente un 60 por ciento de efectividad; la otra es la fertilización in vitro.

Si la recanalización es la opción, la mujer debe pasar por una evaluación ginecológica especializada. Se le realiza una citología y una ecografía transvaginal con el fin de asegurarse de que no tenga enfermedades que puedan restarle viabilidad al embarazo, como, por ejemplo, la presencia de miomas.

“Ahora bien, si ella tiene una nueva pareja, se le solicita un espermograma para descartar que él sea infértil, pues no tendría sentido someterla a una cirugía invasiva si su compañero no tiene capacidad fecundante”, añade el especialista.

Con la certeza de que todo lo anterior está en orden, se lleva a cabo una laparoscopia (en este examen se introduce un lente a través del ombligo para revisar toda la cavidad pélvica), que permite determinar la ubicación de la ligadura.

El punto en el que se haya hecho es determinante, puesto que si la trompa quedó ligada muy cerca del ovario o del cuerno uterino (que es donde sale la trompa del útero), esa mujer no se puede recanalizar. La cirugía solo se puede practicar en aquellas que hayan sido ligadas en la parte media de la trompa.

Este es uno de los factores que impiden con mayor frecuencia la realización de una recanalización, porque los especialistas que hacen la ligadura no están pensando en que la mujer se va a recanalizar algún día, sino en ocluirle bien las trompas para que no quede en embarazo, así que ligan en cualquier sitio del trayecto de las trompas.

Las mujeres que desean recanalizarse deben hacerlo idealmente antes de los 42 años, pues por encima de esa edad la capacidad de fertilidad femenina es muy bajita y las posibilidades de que se presenten complicaciones en el embarazo, más altas.

 

Consideraciones importantes
Cuando una mujer se va a ligar las trompas, tiene que evaluar todos los posibles escenarios y giros que puede dar su vida. “Entre los más posibles se encuentran los cambios de pareja y la mejoría de la situación económica. Pero también hay que pensar que es posible enviudar o perder un hijo, circunstancias que se deben tener presentes a la hora de tomar la decisión”, dice Juan Carlos Ramírez, ginecólogo de Profamilia.

No hay que olvidar que la recanalización es un procedimiento costoso y complejo y que si no se está completamente seguro de hacerlo, es mejor optar por otros métodos anticonceptivos temporales.

Por eso, una mujer no se debe ligar pensando en que más tarde se puede recanalizar.