La venta y el alto consumo de licores y drogas en la plazoleta de la calle
85 con carrera 15, llegan a tal grado que, después de la medianoche, el humo de
los ‘porros’ o ‘join’ (cigarrillos de marihuana) y ‘tute’ o ‘susto’ (bazuco),
fumados incluso por menores de edad provenientes de exclusivos sectores de la
ciudad, envuelven varias cuadras y traspasan las puertas del servicio de
urgencias pediátricas de la Clínica Country.
A esa entrada llegó, a las 3:08 de la madrugada del 31 de diciembre, un
joven en busca de un policía para denunciar a Éldmer Viáfara, ‘Blanquita’, por
el homicidio del estudiante Juan Pablo Arenas en un callejón oscuro, a dos
cuadras de la clínica.
Este homicidio es la punta del iceberg de un problema que ya había sido
denunciado por el Colegio Médico de Bogotá y Cundinamarca, y que los galenos de
la Country atienden puertas adentro: el creciente número de menores de 18 años
intoxicados por abuso en el consumo de licores y drogas, y los heridos en
riñas, especialmente en la zona rosa.
El presidente del Colegio Médico de Cundinamarca y Bogotá, Sergio Robledo,
sostuvo que en los fines de semana un promedio de 10 menores de edad llegan a
la Country borrachos o drogados o en ambos estados. “Esos excesos comenzaron a
verse con las ventas de licores las 24 horas del día”, afirmó.
El jefe de urgencias de la Country, Juan Manuel Gutiérrez, confirmó que en
el último semestre del año pasado, tal situación se agravó.
Hace un año, dijo, la Clínica raramente recibía menores excedidos en el uso
de alcohol o drogas, pero a partir de junio de 2008 esa situación cambió.
Comenzó a presentarse cada fin de semana un promedio de dos menores, entre
15 y 18 años, intoxicados con licores o con sobredosis de anfetaminas, cocaína,
bazuco y hasta éxtasis. Otros ocho, en promedio, aparecían con fracturas y
heridas sufridas en riñas, causadas principalmente con arma blanca.
Nadie atendió la alarma Las alarmas médicas se dispararon en septiembre del
año pasado, cuando un menor de 14 años fue llevado por sus amigos a las
urgencias de la Country, inconsciente, como consecuencia de una sobredosis
causada por la mezcla de drogas.
Luego, en la semana del 15 al 21 de diciembre últimos, nueve menores
ingresaron a dichas urgencias con heridas de arma blanca en el tórax y el
abdomen.
“Al conocer hechos tan preocupantes como el aumento de menores de 15 años
intoxicados por drogas, sobre todo en la plazoleta de la 85, el Colegio Médico
buscó a los funcionarios de la Alcaldía de Chapinero para denunciarlos, pero
nadie nos quiso poner cuidado”, sostuvo Robledo.
Y agregó: “Ahora, cuando hay un muerto de por medio, parece que por fin, sí
van a tomar medidas”.
En efecto, después del deceso del estudiante de comunicación social, la
Alcaldía Mayor tomó cartas en el asunto con operativos contra la venta de licor
a menores de edad, el expendio de estupefacientes y los vendedores ambulantes
(Ver nota anexa).
Incluso, la Alcaldía de Chapinero anunció que el 27 de enero comenzará a
aplicar el toque de queda para menores de edad entre las calles 80 y 86 y de
las carreras 11 a 16. La restricción será entre las 11 de la noche y 5 de la
mañana.
Las primeras acciones se realizaron este jueves y viernes y contaron con 64
policías, dos CAI móviles y funcionarios de las secretarías de Gobierno y de
Hábitat.
Entre las 31 zonas críticas de seguridad que ha identificado la Secretaría
de Gobierno en la ciudad, hay 19 en las que abundan los sitios de rumba y las
problemáticas que se desprenden de esta actividad.
Esas áreas concentran en gran medida el comercio y el consumo de alcohol y
de sustancias ilegales.
Además, registran casos de riñas, atracos y homicidios y de violaciones a
las normas de uso del suelo para abrir bares, wiskerías o clubes sociales.
Incluso, en algunas existe prostitución infantil, lavado de dinero y tráfico
de armas.
Las zonas en mención corresponden a la calle 19 y La Favorita, en el centro;
Lourdes, Chicó y El Lago, en Chapinero; La Soledad y Galerías, en Teusaquillo;
Restrepo, en Antonio Nariño; Siete de Agosto, en Barrios Unidos, y la Zona
Industrial, en Puente Aranda.
Otras cuatro están en el occidente de la ciudad: Plaza de las Américas,
Britalia–Portal de las Américas, Bosa–La Estación y Fontibón–Versalles.
En el sur, las zonas críticas de rumba son Santa Librada y Diana
Turbay–Danubio (Usme), Lucero–Meissen y San Francisco–Juan Pablo (Ciudad
Bolívar) y Venecia (Tunjuelito).
Bajo el programa Rumba Segura, de la Secretaría de Gobierno, entre julio y
diciembre de 2008 las alcaldías locales y las entidades distritales
inspeccionaron 2.303 establecimientos los fines de semana.
Como resultado de estos operativos encontraron 781 locales que no cumplen
con el uso del suelo y el propósito de la Secretaría es cerrarlos de manera
definitiva en el primer semestre de 2009.
También hubo 1.075 casos de infracciones a las normas sanitarias, 228
hallazgos de licor adulterado y en 143 sitios había menores presentes.
Sitios críticos de la rumba.
Tras una semana de anuncios sobre medidas para recuperar la convivencia en
la zona rosa de Bogotá, la Alcaldía Mayor realizó los primeros operativos en
ese sector del norte de la ciudad.
El jueves y viernes pasado se movilizaron 64 policías, dos CAI móviles y
funcionarios de la Alcaldía Local de Chapinero y de las secretarías de Gobierno
y de Hábitat.
Sin embargo, la calle 85 con carrera 15, donde murió el estudiante de
comunicación social, lucía muy distinta a otros fines de semana. Solo se veían
policías y al menos una veintena de jóvenes que en las escaleras del
supermercado Carulla camuflaban el trago en botellas de gaseosa.
En cambio, en las calles aledañas se veían grupos de personas consumiendo
licor en la vía pública sin preocuparles los operativos en la zona.
Las acciones policiales concluyeron con 50 personas sancionadas con
comparendos pedagógicos por tomar licor en la vía pública. Igualmente, permitió
el decomiso de 40 botellas de licor y un sinnúmero de cajas de aguardiente (de
litro), y de envases de agua y gaseosa con trago en su interior.
Según la alcaldesa local de Chapinero, Blanca Inés Durán, en la zona hay al
menos 88 amanecederos que funcionan amparados bajo la figura de clubes
nocturnos.
El control también se ocupó del sector de la carrera 13 con calle 63, donde
fue decomisada un arma de fuego que no tenía salvoconducto.
En desarrollo del operativo las autoridades visitaron, además, un
establecimiento en la calle 59, entre la avenida Caracas y la carrera 13, que,
de acuerdo con Durán, no tiene ningún soporte para funcionar como club y que
será cerrado. Horas antes del despliegue policial fue sellado el bar Gavanna,
que se encuentra en zona residencial.
Las acciones del jueves se concentraron en las ventas ambulantes y
permitieron el decomiso de un carro de perros calientes y de 5 chazas.
Despliegue de la policía por la zona rosa de Bogotá