Las escuelas y los museos están cerrados. Los empleados sanitarios hacen
bajar del metro y de los buses a los pasajeros sospechosos de estar enfermos.
En los bares y clubes nocturnos muchos adolescentes bailan con máscaras
quirúrgicas. Y los partidos de fútbol que ayer iban a jugarse a estadio lleno,
se disputaron en estadios vacíos, pues el alcalde de Ciudad de México ordenó
cancelar todos los actos públicos por 10 días para tratar de contener el brote
de gripa porcina.
El jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard,
dijo que “la política a seguir en estos 10 días es evitar todas las
concentraciones que faciliten la propagación del virus”.
Incluso la Iglesia Católica está colaborando en la emergencia, pidiendo a
los fieles que eviten darse la mano en el tradicional ‘darse la paz’ de las
misas.
El gobierno capitalino informó que en las últimas 24 horas no se presentó
ningún fallecimiento y solo han detectado 24 posibles nuevos casos sospechosos
de infección.
En esta superpoblada capital de 20 millones de personas, los mexicanos
reaccionan con fatalismo, confusión y temor ante la idea de que la ciudad pueda
ser el centro de una epidemia global de una nueva variante de gripa, una mezcla
de virus humanos, porcinos y aviarios que preocupan profundamente a los
epidemiólogos.
Los científicos han advertido durante años sobre la posible amenaza de una
pandemia de virus que mezcle material genético humano y animal. Este brote es
particularmente inquietante porque se han registrado muertes en por lo menos
cuatro regiones de México y porque las víctimas no han sido infantes ni
ancianos, tradicionalmente los más vulnerables.
La pandemia más mortífera de gripa, que se cree dejó 40 millones de muertos
en el mundo en 1918-19, también empezó atacando a adultos jóvenes por lo demás
saludables.
Las autoridades mexicanas están instando a la gente a quedarse en sus casas
salvo que sea imprescidible salir, y aconsejan evitar
estrechar manos o besar a otros en las mejillas.
Cristina Cerón, una mesera de 55 años, llamó a su
hija en cuanto salió del trabajo. “Por favor cúbrete la boca y no comas comida
callejera”, le dijo, protegida con una máscara quirúrgica.
En Ciudad de México ya la mayoría de los pasajeros del transporte público
llevan máscaras.
Síntomas que son una alerta La gripa porcina se transmite por vía aérea o
por contacto, como una influenza común, y quienes están más expuestos a
padecerla son las personas que han viajado a México, Texas y California (E.U.). Algunos de los síntomas de esta enfermedad son:
fiebre alta, tos persistente, dificultades para respirar, pérdida del apetito,
dolor de garganta y, en algunos casos, diarrea.
TODO EL MUNDO ESTÁ ‘EN GUARDIA’ Panamá, Perú, Argentina y otros países de la
región tomaron medidas en puertos y aeropuertos.
En Japón, el aeropuerto de Tokio instaló varios aparatos para medir la
temperatura de los cuerpos de los pasajeros que llegan de México, y así
detectar a los enfermos (foto). Lo mismo se hizo en el aeropuerto de Santiago
de Chile.
75 estudiantes de una escuela secundaria de Queens,
en Nueva York, y que hace poco visitaron México,
presentan síntomas de la enfermedad.
Bélgica y otros países recomendaron evitar ir a México.
Un tripulante de British Airways
fue internado en un hospital de Londres con “síntomas”.
En Bogotá, cinco personas que llegaron en la última semana de México se
encuentran bajo vigilancia y seguimiento epidemiológico, por presentar síntomas
respiratorios gripales, informó la Secretaría de Salud