Espacios Sin Humo Ganan Aceptación

Ya sea que fumen o no, 9 de cada 10 personas apoyan las normas que prohíben totalmente el consumo de cigarrillo en lugares públicos.

Este es uno de los resultados de una encuesta realizada por Yanhaas para la Sociedad Colombiana de Cardiología entre 1.200 adultos, fumadores y no fumadores, de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga y Quibdó.

El propósito era conocer la percepción de la gente frente al consumo de cigarrillo y medir la aceptación de medidas que, como la resolución 1956 del 2008 (en vigencia desde diciembre), buscan crear espacios libres de humo.

Uno de los datos que sorprende es que de cada 100 encuestados solo 17 dijeron tener contacto directo con el cigarrillo. El dato difiere de otros estudios, según los cuales la sola prevalencia de consumo entre los jóvenes es cercana al 30 por ciento.

De los fumadores, solo 4,3 por ciento rechaza la norma.

Mientras tanto, 85 por ciento de quienes participaron en el sondeo (coordinado con la organización Campaign for Tobacco Free Kids), manifestaron sentir molestias por el humo de segunda mano.

No fumadores (94 por ciento) y fumadores (83 por ciento) coincidieron en que el humo ambiental es peligroso para quienes no consumen cigarrillo. En cuanto a las enfermedades, 5 de cada 10 personas relacionaron el uso de tabaco con la posibilidad de padecer cáncer de pulmón, 17 por ciento con una mayor incidencia de enfermedades pulmonares y 15 por ciento con males respiratorios.

Lo curioso es que solo 67 por ciento de la gente manifestó haber recibido algún tipo de información sobre los efectos nocivos del cigarrillo.

Cuestión de derechos Al preguntarse a los encuestados la razón por la cual son partidarios de los espacios libres de humo, 95 por ciento argumentó que son más importantes los derechos de los no fumadores a respirar aire limpio y puro en sitios de trabajo y lugares públicos, incluidos los restaurantes y bares.

La resolución 1956 fue expedida a mediados del año pasado para dar cumplimiento a los postulados del Convenio Marco para el Control del Tabaco, ratificado por Colombia en diciembre del 2007.

Entre las medidas que propone este tratado están las relacionadas con la protección de los no fumadores, mediante la creación de espacios libres de humo de cigarrillo.

El estudio Las consecuencias para la salud de la exposición involuntaria al humo de cigarrillo, del Departamento de Salud y Servicios Humanos de E.U.

(2006), concluyó, tras un análisis de la evidencia disponible sobre el tema, que no existe un nivel de exposición al humo de cigarrillo de segunda mano que sea seguro para los no fumadores.

El mismo informe encontró que este factor incrementa el riesgo de muerte súbita, de infecciones respiratorias y del oído y de asma severa en bebés y niños. En los adultos tiene efectos adversos inmediatos sobre los sistemas respiratorio y cardiovascular, además de elevar en ellos la probabilidad de sufrir enfermedades coronarias y cáncer de pulmón (de 10 casos, 2 ocurren en no fumadores).

El riesgo es mayor para los no fumadores que tienen otras enfermedades, como la diabetes y el asma.

‘ ‘ Hay apoyo a la norma porque se entiende que prima el derecho de respirar un aire libre de humo nocivo”.

Jaime Calderón, presidente de la Sociedad Colombiana de Cardiología.

¿Qué alternativas existen para dejar de fumar? ¿Qué efectos tiene el humo de cigarrillo sobre fumadores y no fumadores? Fernando Ramírez, asesor de la Federación Mundial del Corazón, responderá esta y otras dudas hoy, a partir de las 8 a.m., en el foro de salud de www.eltiempo.com.

Gana al dejarlo...

A los 20 minutos: la presión arterial, el pulso y la frecuencia cardíaca disminuyen.

A las 8 horas: el monóxido de carbono de la sangre desaparece y mejora la circulación.

A las 24 horas: la posibilidad de infarto empieza a reducirse.

Entre 1 y 3 meses: la circulación mejora, caminar se hace más fácil y la función pulmonar puede mejorar hasta en 25 por ciento.

A los 9 meses: la congestión de los senos paranasales, la asfixia y la tos han desparecido. La capacidad para hacer actividad física mejora notablemente en la persona.

Al año: el riesgo de infarto cardíaco es la mitad de la que tiene un fumador activo.

A los 5 años: la frecuencia de muerte por cáncer pulmonar se reduce en 50 por ciento, lo mismo que la posibilidad de cáncer de boca, garganta y esófago.

A los 6 años: se reduce a la mitad la posibilidad de cáncer de vejiga.

A los 15 años: el riesgo de enfermedad cardiaca será igual al de un no fumador