La infancia es la edad ideal para crear huesos más fuertes y prevenir males óseos futuros

Con el control adecuado y cambios sencillos en el estilo de vida, es posible construir huesos fuertes.

Pequeños cambios y modificaciones en los estilos de vida y, sobre todo, en la alimentación, pueden producir cambios rápidos y efectivos en la construcción y formación de los huesos.

De esta forma puede evitarse (o hacer más lenta) la aparición de enfermedades óseas en edades avanzadas.

En la niñez se forma gran parte de la estructura ósea que tendrán los huesos a lo largo de la vida. En esta fase el cuerpo obtiene más del 90 por ciento de la masa ósea del adulto, de acuerdo con datos de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas.

Según Manuel Díaz, presidente de la Fundación y ex presidente de la Sociedad Iberoamericana de Osteología y Metabolismo Mineral, "la cuantía de la masa ósea es el factor que condiciona la resistencia efectiva de los huesos".

La evolución de la masa durante la vida permite reconocer con claridad que la infancia, y también la adolescencia, es el periodo más importante de desarrollo óseo, ya que se sientan las bases para disponer de unos huesos sanos y resistentes.

Los huesos se componen básicamente de tejido óseo, células óseas y minerales. El óseo es mineralizado; contiene el 99 por ciento del calcio, el 60 por ciento del magnesio y el 80 por ciento del fósforo de todo el organismo.

El hueso tiene propiedades mecánicas especiales que permiten darle forma al cuerpo, proteger los órganos nobles y mediante la fuerza que le transmiten los músculos insertados, nos permite movernos, comer e incluso oír.

"En la infancia, el balance de la actividad celular es positivo, es decir que se crea más hueso del que se destruye, a diferencia de lo que ocurre en las etapas más tardías de la vida, donde prevalecen las pérdidas", explica Díaz.

El pico de masa ósea es la cantidad total de tejido óseo alcanzado al final de la maduración esquelética, y se calcula que entre el 80 y el 90 por ciento de este pico se logra en las primeras dos décadas de la vida, aunque puede variar dependiendo de la región del esqueleto.

Según Díaz, "la masa ósea alcanzada en la primera época de la vida es un determinante clave para desarrollar osteoporosis y fracturas en las etapas más tardías de la vida.

Un incremento de un 10 por ciento en el pico de masa ósea obtenido en la infancia retrasará el comienzo de la osteoporosis en 13 años".

Además, el tamaño y la masa ósea están íntimamente relacionados con la posibilidad de fracturas en la infancia, como las de muñeca, que suelen ocurrir entre los 8 y 12 años en las niñas, y entre los 11 y los 14 años en los niños.

Como en los adultos, los niños con historia de fracturas tienen un contenido mineral menor que los que no las sufren. "Por tanto, tener unos huesos fuertes y sanos durante la infancia previene de fracturas y roturas tanto en los años de la infancia como en los siguientes", asegura Díaz.

"La vida sedentaria, la mala alimentación y las pocas actividades al aire libre parecen ser los responsables de este menoscabo de la salud ósea infantil", agrega el especialista.

Dieta sana y ejercicios

Los hábitos alimentarios y de vida en general se configuran en la infancia y se desarrollan y asientan a lo largo de la vida.

Por tanto, establecer desde padres a hijos una vida sana, basada en reforzar la salud ósea en la infancia, creará unos patrones adecuados para el desarrollo correcto del niño y de su salud en la edad adulta.

Es importante una alimentación equilibrada rica en calcio y vitamina D, sin exceso de proteínas, grasas y sal.

El consumo diario de frutas y verduras frescas se recomienda, así como la ingesta de calcio adecuada, que va desde los 800 miligramos (mg) a los 1.200 mg diarios.

La cantidad de calcio requerida para que los huesos crezcan sanos y fuertes se obtiene con cuatro tomas de productos lácteos al día.

El ejercicio diario y moderado también ayuda a la formación de un correcto pico de masa ósea, además de controlar la postura corporal y favorecer a la salud en general.

De acuerdo con las nuevas guías de actividad física de Estados Unidos, a esas edades es ideal que hagan una hora diaria, como mínimo, de ejercicios aeróbicos de moderados a fuertes, es decir caminar, trotar, correr, montar en bicicleta y jugar fútbol.

Efe REPORTAJES