En Cali, los homicidios
se cometen de noche
Redacción de El País
Estudio de la Defensoría del Pueblo
dice que la impunidad y el crimen van en aumento. La noche es cuando más se
asesina.
Alarma.
“La creciente indeterminación del móvil en los homicidios cometidos en Cali es
una señal de que el sistema acusatorio colapsó en su componente esencial: la
investigación”, dice el informe de la Defensoría.
A la hora del regreso al hogar, entre las seis de la tarde y las nueve de la
noche, es cuando más corren peligro los caleños. De los 490 crímenes cometidos
en esta ciudad durante el primer trimestre del año, 116 ocurrieron en ese
lapso, o sea, la cuarta parte del total de los homicidios del 2009.
Esta macabra tendencia se ha sostenido a lo largo del tiempo. Durante las doce
horas que comprende la noche se cometió el 62% de los homicidios en los últimos
tres años: 2.826 asesinatos de un total de 4.532 crímenes.
La revelación fue hecha ayer por Andrés Santamaría, defensor regional del
pueblo, quien presentó junto a su equipo de investigadores un completo informe
sobre el comportamiento del homicidio durante los últimos tres años en Cali.
Las conclusiones del documento, que analiza las múltiples variables tras los
hechos de sangre, son alarmantes, pero, según Santamaría, “servirán de
herramienta para que la ciudad exija el diseño y la implementación de una
política pública de seguridad que, desde hace varios años, brilla por su
ausencia”.
Lo primero que aclara el análisis de la Defensoría es que la persistente
contradicción en las cifras de los homicidios que entregan los organismos de
control, “es en extremo preocupante ya que promueve la inexactitud del
diagnóstico del problema y por ende distorsiona las soluciones que se deben
desarrollar para contrarrestarlo”.
Aumento de muertes
Al respecto, Santamaría cuestiona la presentación de cifras en términos absolutos,
que con frecuencia hacen la Alcaldía y la Policía. “Es cierto que del año 2006
al 2008 ha ocurrido una disminución de las muertes violentas, tal disminución
en términos porcentuales es inferior al 5%, lo que determina que no estamos en
camino a una solución integral del problema, sino que existe una simple
variación que no significa una solución definitiva”, asegura el Defensor.
Agrega que por el contrario, “examinadas las cifras del primer trimestre del
2009, se evidencia una marcada tendencia al aumento de las muertes violentas en
Cali”.
Otra de las conclusiones que más llama la atención del estudio tiene que ver
con el aumento de la impunidad.
“Está plenamente determinado el alto número de homicidios en los cuales no se
conocen ni siquiera los móviles por parte de las autoridades encargadas de
investigar y, en últimas, de aclararlos. Esto no sólo genera impunidad, sino
que también genera inequidad, lo que a su vez puede ser causa de mayor
violencia pues ante la imposibilidad de que haya justicia, la gente asume la
misma por sus propios medios”, señala el informe.
Por otra parte, al analizar el eje de tiempo en que ocurren los asesinatos, el
equipo de la Defensoría encontró que en la noche se presenta un aumento
vertiginoso de las muertes violentas en comparación con el día.
“Entre las seis de la tarde y las tres de la mañana ocurren la mayor cantidad
de homicidios, razón por la cual, el Estado debe de garantizar y extremar
controles efectivos nocturnos con el fin de preservar la vida”, advierte el
documento.
El estudio también concluye que “en los años 2006, 2007 y 2008 el Estado no ha
desarrollado ninguna actividad efectiva para disminuir los índices de homicidio
en las Comunas puesto que la muerte violenta no ha disminuido de forma conjunta
en toda la ciudad”.
· La gente parece más vulnerable en la noche
por la penumbra, la congestión propia de la hora pico, el natural cansancio y
el previsible retorno a casa.
Móviles
La venganza se estructura como la primera causa de muerte en Santiago de Cali,
lo cual lleva implícita la intolerancia, como causa de muerte. Igual sucede con
la riña, que se convierte en la tercera causa de muerte.
En síntesis resulta claro que tanto la venganza como el atraco callejero y la
riña exhiben en común, una falta de respeto por la vida del otro.