Hay evidencia que indica que una tercera parte de los cánceres podrían
prevenirse si la gente controla factores de riesgo.
La mayoría de las personas, de acuerdo con una reciente encuesta de la Unión
Internacional contra el Cáncer, hecha en 29 países, no tienen claro cuáles son
los factores de riesgo que las predisponen a sufrir esta enfermedad.
La gente tiende a creer, de acuerdo con este estudio que incluyó a 30 mil
adultos, que dichos factores desbordan la capacidad de las personas para
controlarlos, en últimas, creen que nada puede uno hacer para protegerse del
cáncer. Es paradójico que el 42 por ciento de quienes viven en países de
ingresos altos, sean más reacios a creer que el alcohol incrementa el riesgo de
producir tumores. En las naciones pobres ese porcentaje llega al 15 por ciento.
El 59 por ciento de los encuestados consideran que no comer frutas y
verduras es más riesgoso que tomar alcohol; lo curioso es que el efecto
protector de estos alimentos es más débil que dejar de beber.
Seis de cada diez personas cuentan al estrés entre los factores de riesgo
para el cáncer y ocho de cada diez relacionan la contaminación ambiental con la
enfermedad, aun cuando hay evidencia que el primero no causa cáncer per sé y la
segunda hace menos daño que el trago.
Tal desconocimiento preocupa si se tiene en cuenta que, de acuerdo con
Gabriel Hortobagyi, ex presidente de la Sociedad Americana de Cáncer, “una
tercera parte de los cánceres podrían prevenirse con el control de estos
factores y otra tercera parte es curable si se diagnostica en etapas
tempranas”.
Las células se malignizan debido a una serie de alteraciones que empiezan
por un gen que muta, seguido por el estímulo de algún agente externo que hace
que el proceso continúe. Se han identificado muchos de esos factores de riesgo
externos, que pueden controlarse. Entre ellos se cuentan los siguientes:.
Factores ocupacionales y radiaciones.
Se les atribuye a los factores ocupacionales un riesgo del 4 por ciento,
básicamente por la exposición a algunos productos químicos. En el mundo hay
cerca de 160 sustancias potencialmente carcinogénicas. Por lo menos 70 de ellas
(como el cloruro de vinilo, usado en la producción del PVC, relacionado con
cáncer de hígado y cerebro) se encuentran en Colombia, y su regulación sobre
importación, comercialización y uso no es estricta. A las radiaciones
ultravioleta del sol se les atribuye un riesgo del 3 por ciento para el
desarrollo de cáncer de piel. Del mismo modo las radiaciones ionizantes, como
los rayos X o los materiales radiactivos, se han vinculado con el desarrollo de
leucemia, dependiendo de la cantidad, el tiempo y la frecuencia de exposición.
SIETE PRECAUCIONES QUE USTED PUEDE TOMAR.
1. No fume y tampoco que se exponga al humo de los demás. Miles de estudios
han demostrado que el cigarrillo produce daños graves a la salud de los
fumadores activos y pasivos, entre ellos cáncer y males coronarios.
2. Consuma todos los días productos ricos en fibra y de tres a cuatro
porciones de frutas y verduras frescas al día.
3. Reduzca el consumo de alcohol.
7. Protéjase de los rayos ultravioleta del sol, incluso si el día es nublado
y si la gente pasa la mayor parte del tiempo en espacios cerrados. La radiación
que atraviesa las ventanas y la que emanan las luces artificiales también
cuenta. Mejor dicho, el uso del bloqueador debe ser tan común como el del
cepillo de dientes.
4. Consulte si nota la presencia de bultos o masas, heridas que no cicatrizan
(incluso en la boca), lunares que cambian de forma, tamaño o color o cualquier
pérdida anormal de sangre. También si tiene tos o ronquera persistentes,
alteraciones intestinales o urinarias o pérdida anormal.
5. No se exponga. Es necesario respetar las normas y recomendaciones
destinadas a evitar cualquier exposición a sustancias consideradas
cancerígenas. Cumpla todas las instrucciones de salud y seguridad en relación
relación con las sustancias que pueden contribuir con el desarrollo de la
enfermedad.
6. Extreme los cuidados anteriores si en su familia hay antecedentes de
cáncer.
Herencia e infecciones.
Se estima que menos del 20 por ciento de los cánceres están relacionados con
la herencia. Algunos de ellos, como el de seno, de colon y de próstata son más
frecuentes en algunas familias. Este solo antecedente exige controles
periódicos más exhaustivos.
También hay evidencia que atribuye a algunas infecciones un riesgo del 10
por ciento en el desarrollo de esta enfermedad. De las provocadas por virus se
conocen la del virus del papiloma humano con el cáncer de cuello uterino; el de
la hepatitis B, con cáncer de hígado; el herpes tipo 2, con el de cuello
uterino, y el del sida (VIH) con los linfomas y sarcomas de Kaposi.
También hay bacterias, como la Helicobacter Pylori, relacionada directamente
con el cáncer de estómago. La prevención debe orientarse a evitar el contacto
con estos agentes con hábitos de vida saludables. Contra algunos ya hay
vacunas.
La mala dieta y el cigarrillo.
El consumo de tabaco en cualquier forma incrementa en un 90 por ciento las
posibilidades de sufrir cáncer de pulmón y en un 20 por ciento las de sufrir
otros tumores malignos. Al fumar ingresan al organismo una dosis continua de
nicotina (la segunda sustancia más adictiva que se conoce, después de la
heroína) y una serie de compuestos que le mejoran el sabor y hacen que la
persona “disfrute más” consumiendo cigarrillo.
En cuanto a la dieta, se cree que aquellas que son ricas en carbohidratos,
grasas saturadas de origen animal, sal y nitratos; bajas en fibra y que
contienen alcohol, aumenta en un 35 por ciento las posibilidades de desarrollar
algunos tipos de cáncer