El fantasma del hambre
Junio 23 de 2009
¿Qué pasará en el
mundo si continúa en ascenso el número de personas que padecen de hambre y que
hoy llegan a mil millones? No es una exageración pensar que en 30 o 40 años,
una serie de explosiones de protesta en todos los continentes acabaría con el
orden social para dar paso a la anarquía colectiva, al fin del estado de
derecho y al imperio de la barbarie.
Todo
esto podría ocurrir en un mundo que ha vivido los más portentosos avances en la
ciencia, que ha enviado al hombre a la luna y ha hecho avances substanciales en
la medicina y la prolongación de la vida. Pero que en la parte social, en el
mejoramiento del nivel de vida y en la vital necesidad de nutrirse
adecuadamente, tiene falencias ostensibles y no ha progresado en décadas. Esa
necesidad incumplida -que no admite paliativos- tiene a la humanidad al borde
de un colapso irreversible. Millones de seres humanos se debaten en el diario y
angustioso problema de carecer de alimento, mientras en muchos de los gobiernos
actuales la corrupción acaba con el dinero de los contribuyentes y no hay
ninguna atención para ese problema.
La
obligación de cualquier gobierno es atender la necesidad de alimentos de la
población. Se ha dejado crecer ese problema crucial a niveles más que
preocupantes. En un informe de la FAO de reciente circulación, se revelan datos
aterradores. El año pasado aumentó el número de personas que están padeciendo
hambre en cien millones más. También en el 2008, en todo el planeta, incluidos
los países desarrollados, el número de hambrientos se incrementó en un 15,4%,
según la FAO. Es decir, que el crecimiento de esa especie de pandemia social se
ha extendido a tal velocidad que en dos décadas, un 70% de la humanidad podría
pasar hambre.
En
naciones como Estados Unidos o Alemania, el número de personas en esa situación
de hambre en medio de la riqueza aumenta sin cesar y la debilidad de los
gobiernos para combatirla es visible. Pero, como siempre, la hambruna es mayor
en los países subdesarrollados, en particular África y América Latina. Cálculos
del Banco Mundial señalan que “53 millones de personas ingresarán en el 2009 al
umbral de aquellos que sufren hambre en América Latina y el Caribe”.
El
director de la FAO, Jacques Diouf, pidió crear un
‘Nuevo orden alimentario mundial’, al paso que Josette
Sheran, directora del PMA, señaló que “la lucha
contra el hambre debe ser la prioridad de la agenda internacional”. Algo que
hay que hacer de inmediato. Cuando una de cada seis personas en el mundo vive
con hambre, es fácil entender que eso es una bomba de tiempo que si estalla
acabaría con una buena parte de la humanidad.