La gripe se estacionó en Cali



Redacción de El País Cali

Los especialistas aún desconocen por qué el brote de influenza que ocasionó el cierre temporal de nueve colegios fue tan agresivo.
Aunque el colegio Hebreo no decretó cese de actividades, realizó labores preventivas y el pasado viernes fumigó sus instalaciones.
Primero fue uno, luego otro. En cuestión de horas, dos, tres, cinco, diez. Hasta que llegó el día en que las enfermerías estuvieron casi tan llenas como algunos salones de clase. Niños desde pre-escolar hasta bachillerato con los mismos síntomas: tos, dolor de cabeza, fiebre, decaimiento, pechos congestionados de flema que estallaba en burbujas. Gripe.

En total, desde el inicio de clases hasta ahora, la Secretaría de Salud contabilizó 1.186 contagios comprobados. Y aunque la cifra no es sinónimo de alarma y mucho menos de epidemia, sí se trata de un caso singular, ya que en la historia de Cali no hubo un brote de influenza de semejantes dimensiones: los chicos afectados podrían haber llenado el cupo de un parque de aventuras tan grande como ese que en diciembre se estaciona en algún potrero de la ciudad.

Parece mentira, pero no; antes ningún colegio tuvo que cerrar sus puertas por esta causa. Ni años atrás, cuando la medicina era una ciencia con menores probabilidades de acierto, ni mucho menos ahora cuando se ha convertido en una disciplina con tantos recursos. Nunca se registraron cierres colectivos motivados por enfermedades; ni por brotes de varisela, ni por dengue, ni por aquella gripe que alguien bautizó ‘el abrazo del pato’; no cerraron por oleadas de piojos, ni por sarampión.

Por eso no deja de asombrar que en épocas de vacunas, tapabocas y jabones que no necesitan de agua para limpiar las manos, nueve centros educativos (Benett, Alemán, Berchman’s, Pio XII, Lacordaire, Juvenilia, Americano, Los Alpes y Bautista) hayan tenido que decretar el cese de actividades para realizar jornadas de fumigación, evitar la propagación de más casos y dar tiempo a que sus alumnos afectados se aliviaran. ¿De dónde salió ese virus incontenible?

Estornudos a un click

Las versiones que se escuchan en la calle son tan diversas como difíciles de comprobar: que las pavesas de los incendios forestales; que los cambios climáticos; que la lluvia, que el sol; que los muchachos de ahora son menos resistentes que los de antes; que la alimentación.

Quién sabe si algo de todo eso que se comenta haya tenido alguna incidencia. La verdad, dice el médico Jorge Humberto Rojas, miembro de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud de Cali, es que no hay una razón científica para explicar por qué la influenza estacional acosó a la ciudad de esta manera.

"Yo no había visto un virus tan fuerte en los 30 años que llevo en la docencia. Llama la atención que varios de los alumnos contagiados hayan regresado de vacaciones por fuera del país. Nosotros trataremos de analizar caso por caso". Carlos Díaz, Síndico colegio Lacordaire. "Hasta el momento no ha habido confirmación de ningún caso de de AH1N1 entre los estudiantes contagiados. Se han tomado muestras en algunos casos y se han estudiado, pero hasta ahora es sólo gripe". Jorge H. Rojas, Secretaría de Salud. El brote de inlfluenza no ha cesado: la Secretaría de Salud instó a los colegios para que continúen alerta esta semana y les informen de cualquier eventualidad relacionada con el tema.

“Si bien es cierto que en esta época del año son comunes los brotes, los casos generalmente no pasaban de diez o doce en cualquier institución. Pero ahora, sólo entre el Bennett y Lacordaire, se contaron 319 contagios”.

Por ello Rojas tiene una hipótesis en la que han coincidido varios especialistas: “Se trata de un virus renovado para el que no surtió efecto la vacuna del año pasado. Una cepa más fuerte para la cual no hubo barreras de población inmune y, por consiguiente, los periodos de incubación fueron más cortos”.

La teoría coincide con la declaración de un estudiante de bachillerato de uno de los colegios afectados: “Un amigo del salón estuvo estornudando por la mañana y, al otro día, tres más ya teníamos la misma maluquera”.

La gripe, cuentan, se contagiaba con la velocidad de un bostezo. Ciro Gómez, portero hace trece años del colegio Bautista, dice que en todo ese tiempo que lleva abriendo y cerrando el portón a los alumnos, nunca vio una cosa igual: “Más se demoraba en toser el primero, que en arrancar el segundo. ¿Será que los muchachos ya no son tan alentados como antes?”.

El médico Jorge Humberto Rojas, no cree que se trate de un asunto de genética sino más bien de modernidad. Rojas, que es especialista en epidemiología, señala que ahora los muchachos tienen más opciones de estrechar el contacto a través de sus “juguetes”. Antes, recuerda él como si en efecto los anteriores hubiesen sido mejores tiempos, no había celulares, ni MP3, ni consolas portátiles de videojuegos donde los virus viajaran de mano en mano a la velocidad de una canción o de un ring-tone.

Mayor conciencia

Aunque durante la semana pasada se escuchó entre algunos sectores que las medidas decretadas por la Secretaría de Salud habían sido una exageración, el jefe de esa cartera, Alejandro Varela, afirmó que de no haber realizado los cierres preventivos en los planteles los brotes podrían haber desembocado en una epidemia. “Seguimos el protocolo y cortamos la cadena de transmisión. No hicimos nada diferente a lo que dice el manual”.

El otorrino Antonio José Reyes coincide en que se hizo lo necesario. Quizás, piensa él, el número de pacientes se elevó porque como consecuencia del virus AH1N1, hay una mayor conciencia. “Los padres ya no mandan a sus niños al colegio si los ven indispuestos, sino que consultan al médico. Eso ha podido hacer crecer el ausentismo”.

Paola Villaquirán, jefe de Salud Ocupacional del colegio Benett, dijo que la mayoría de madres de familia tomaron muy bien la determinación y que, al contrario, agradecieron que se hubiera puesto en marcha.

Marcela Aristizábal, mamá de un chico de 7 años que estuvo afectado por la gripe durante dos días, se contaba entre esos padres comprensivos. “Estupendo que hayan decretado el cese de actividades mientras pasaba el momento de mayor complicación. El niño estuvo congestionado del pecho, pero el cuidado en casa le hizo mucho bien; el contagio había podido ser mucho mayor”. Marcela respira tranquila. Sin duda lo está: del otro lado del teléfono, su niño ya no se escucha toser.

Recomendaciones, datos

·  Si un niño presenta síntomas: fiebre, tos, malestar general, cefalea, vómito, no debe ser enviado al colegio. Reporte el caso y consulte al médico.

·  A manera de prevención, los estudiantes deben intentar no intercambiar elementos personales como lapiceros o borradores.

·  No sólo los colegios afectados, todos, deben efectuar jornadas de desinfección, fumigación y aspersión, por lo menos, dos veces al año.

·  De acuerdo con la Secretaría de Salud, para desinfectar baños y pisos, deben utilizarse 10 centímetros cúbicos de hipoclorito en cada litro de agua empleado. Y para el mobiliario y las paredes, 5 centímetros cúbicos por litro.

·  En lo corrido del año, cerca de 8.000 menores de edad han tenido algún problema respiratorio como consecuencia de virus gripales.

·  Cada año, la gripe cobra la vida de 36.000 personas en los Estados Unidos y ocasiona 226,000 hospitalizaciones.