La gripa tiene Presidente
En
días pasados, la Presidencia de Costa Rica confirmó que Óscar Arias, primer
mandatario de esa nación centroamericana, había contraído el virus de la gripa
AH1N1. El político de 68 años y ganador del Premio Nobel
de la Paz en 1987 se convierte así en la figura pública más prominente en
contagiarse con la pandemia, que lleva varios meses azotando al mundo.
El
Jefe de Estado costarricense presenta un "cuadro leve" de la
enfermedad, pese a su edad y a sufrir de asma crónica. A Arias -quien está
despachando desde su domicilio por medio del teléfono y del correo electrónico-
le espera al menos una semana de reposo en su residencia.
A
pesar de llevar cuatro meses en desarrollo, la nueva influenza no contaba hasta
esta semana con un rostro público que la identificara. Aunque es injusto con el
resto de los afectados -en el caso de la gripa A, unos 180.000 en todo el
planeta, según datos de la Organización Mundial de la Salud-, el hecho de que
un líder político padezca una enfermedad concentra mucha más atención en el
problema y, por obvias razones, importancia y mayores recursos para su
tratamiento o contención.
Este
virus gripal no es el único caso. Aunque ya habían pasado varios años desde su
descubrimiento, el sida alcanzó gran resonancia cuando se supo que el famoso
actor de Hollywood Rock Hudson había contraído la mortal infección. El hecho de que
el fallecido papa Juan Pablo II sufriera el mal de Parkinson les dio fuerzas y
apoyo espiritual a muchos millones de personas y sus familiares que viven con
esta condición.
Cuando
prominentes figuras de la política, la cultura y la sociedad lamentablemente se
enferman, los reflectores giran hacia los males que los aquejan, lo que produce
mayor conciencia, conocimiento y difusión. Esto ha sucedido con el ex
presidente de Estados Unidos Ronald Reagan y el alzhéimer que sufrió
por varios años. El anuncio que el propio político hizo sobre su padecimiento
generó un creciente interés sobre el tema y fortaleció a las distintas
organizaciones que luchan por mejorar el bienestar de quienes sufren este mal.
El
pronóstico del presidente Arias es muy positivo y en pocos días habrá superado
la gripa. El haberla sufrido en carne propia seguramente se traducirá en una
mejor respuesta del gobierno de Costa Rica a la pandemia, que ha infectado a
800 personas y ha cobrado 27 muertos en ese país.
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