La gota es un tipo de artritis que causa ataques repentinos de inflamación,
enrojecimiento, calor, dolor severo e hipersensibilidad en las articulaciones.
Las molestias, que pueden llegar a ser incapacitantes,
se presentan especialmente en el dedo gordo del pie, las rodillas, los
tobillos, los pies, las manos y las muñecas.
¿Por qué ocurre? Cuando el nivel de ácido úrico aumenta en el organismo a
tal grado que se deposita en las articulaciones, en forma de cristales. Sucede
porque los riñones no logran eliminarlo correctamente o porque el organismo lo
produce en exceso.
Este ácido es resultado final del metabolismo de las purinas, sustancias presentes
en las proteínas de los alimentos, sobre todo en carnes, vísceras, mariscos,
frutos secos, embutidos, garbanzos y lentejas, entre otros.
También en el alcohol.
¿A quiénes afecta? Aunque es más común en hombres mayores de 40 años, puede
ocurrir en distintas edades. Las mujeres se vuelven más susceptibles a
padecerla después de la menopausia. También es más frecuente en personas con
sobrepeso y se cree que el riesgo de desarrollarla es mayor cuando hay
hipertensión arterial, diabetes, colesterol alto y antecedentes familiares de
este mal.
¿Puede prevenirse? No hay una receta para prevenirla efectivamente. Lo más
recomendable es que aquellos que tienen predisposición a padecerla, consulten
con el ánimo de detectarla en forma temprana. Eso permite tomar medidas para
minimizar sus efectos, como mejorar la dieta, bajar de peso, limitar el consumo
de alcohol e incluso tomar medicamentos.
¿Qué comer entonces? Limite los alimentos arriba mencionados y las bebidas
alcohólicas (predisponen a sufrir ataques de gota). Prefiera verduras y frutas,
líquidos, carbohidratos, lácteos, carnes blancas, pollo o pavo y pescado blanco
(no salmón).
¿Cómo se diagnostica? Se analizan los antecedentes familiares, se practica
un examen médico y se ordenan análisis de sangre para determinar niveles de
ácido úrico. De ser necesario se piden radiografías para detectar anomalías en
las articulaciones o se extrae líquido de las mismas para su estudio.
¿Cuál es el tratamiento? Está orientado a manejar los síntomas con
medicamentos analgésicos y antiinflamatorios. Deben
ir acompañados por una mejoría sustancial de los hábitos alimenticios,
tendientes a reducir los niveles de ácido úrico.
FUENTES: PAUL ALEJANDRO MÉNDEZ, MÉDICO REUMATÓLOGO, ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE
REUMATOLOGÍA