Especialistas
cuentan cómo resolver las 10 principales molestias del embarazo
Durante la gestación, una mujer puede presentar múltiples
molestias; la mayoría están asociadas con cambios hormonales, generando así
incomodidades físicas de toda clase.
Para
evitar que estas se agudicen, es recomendable tener controles médicos. Pero si
estas persisten, se debe consultar de inmediato al ginecólogo.
1.
Náuseas y vómito. Entre el 50 y el 90 por ciento de las embarazadas
presentan náuseas en algún momento del embarazo; entre el 25 y el 55 por
ciento, vómito. Son más frecuentes en el primer trimestre, entre la semana 10 y
15 y usualmente mejoran después de la 20. Las medidas que pueden ayudar a
reducir estos síntomas son: fraccionar las comidas (menos cantidad, mayor
frecuencia), no consumir alimentos fritos, grasosos ni altamente condimentados,
aumentar el consumo de carbohidratos (galletas de soda en ayunas) e
intentar reducir la ingesta de líquidos con las comidas. El consumo de jengibre
(en té o en gaseosa) también puede ayudar a disminuir las náuseas.
2.
Ardor en la boca del estómago, gastritis y reflujo
También asociadas a la presencia de la hormona progesterona, que es la
responsable de disminuir el tránsito gastrointestinal y el tono del esfínter
del esófago y es lo que predispone a tener el estómago lleno por más tiempo y a
que se ‘devuelva’ la comida por el esófago, produciendo el dolor por reflujo o
gastritis.
Le
ocurre del 30 al 80 por ciento de las embarazadas. Las medidas que pueden
ayudar a manejar los síntomas son: fraccionar la dieta (en vez de comer 3 veces
al día en gran cantidad, se debe comer 5 o 6 en pequeña cantidad), disminuir el
consumo de grasas, café, pimienta y alcohol. No comer tan tarde en la noche, no
acostarse hasta que no pasen al menos dos horas desde la última comida y
levantar la cabecera de la cama.
3.
Cansancio, fatiga o somnolencia
Son síntomas normales. A causa de efectos fisiológicos, aumenta la frecuencia
respiratoria y, al aumentar el tamaño uterino, los órganos abdominales se
mueven hacia arriba, evitando el normal desplazamiento del diafragma; por lo
tanto, es normal sentirse levemente fatigado con el esfuerzo físico.
Por
su parte, la somnolencia también puede ser explicada por el efecto soporífero
de la progesterona, pero, al igual que los desmayos y la debilidad, puede ser causada
por un descenso fisiológico de la tensión arterial en el primer trimestre del
embarazo, por la anemia fisiológica del embarazo y por los largos periodos de
ayuno, ya que el metabolismo de los azúcares cambia durante la gestación.
4.
Dolores esqueléticos, lumbares y presión pélvica
Durante el embarazo aumenta la movilidad de las
articulaciones; por eso, se pueden presentar algunos dolores. Además, la
ganancia de peso y el cambio de la imagen corporal femenina hacen que la
postura se modifique y esto predispone a dolores lumbares. También, se puede
llegar a tener una pelvis inestable, lo que produce malestar. La mejoría, en
estos casos, se encuentra en el uso de fajas alrededor de la cadera y ordenadas
por el ginecólogo, y el reposo frecuente en cama. También se debe hacer
ejercicio para tener los músculos entrenados, intentar mantener la ganancia de
peso en rangos de normalidad y reducir la altura de los tacones. La buena
postura es esencial; esto se puede incrementar con el fortalecimiento de los músculos
de la espalda y terapias como la hidroterapia.
5.
Pelo grasoso y manchas en la cara
Para el pelo, es ideal utilizar un champú antigrasa,
que además tenga ácido salicílico para controlar el efecto grasoso del pelo;
este le permite dar una limpieza profunda y duradera.
También es frecuente que las mujeres embarazadas tengan más sensibilidad al sol
y presenten manchas en la piel o pecas, que aparecen a causa de la influencia
de las hormonas. Se recomienda utilizar sustancias despigmentantes
y protector solar adecuado, idealmente con FPS mayores a 50; preferiblemente,
deben ser prescritos por el dermatólogo.
6.
Estreñimiento y hemorroides
El primero es común durante todo el embarazo también por la disminución del
tránsito intestinal; las hemorroides son más frecuentes en el último trimestre,
durante el parto y en el posparto.
Las mejores medidas para el manejo del problema son el aumento de ingesta de
líquidos, una dieta rica en fibra y evitar el sedentarismo.
7.
Calambres
Se desconoce su causa, pero se supone puede ser el resultado de un nivel bajo
de calcio o elevación del fósforo sérico. Son muy frecuentes especialmente
después de la segunda mitad del embarazo. El tratamiento incluye la disminución
de la ingesta de fósforo e incremento de la ingesta de calcio (sin fósforo). El
tratamiento sintomático consiste en masajes, flexión suave de los pies y calor
local. Se debe evitar estirar los pies al despertarse en la mañana, se debe
caminar sobre los talones y hay que intentar no sobreejercitarse.
8. Mastalgia (dolor en los senos)
En respuesta a las hormonas y preparándose para la lactancia, el volumen de la
glándula mamaria aumenta, lo que produce dolor, especialmente durante el primer
y tercer trimestre y, ocasionalmente, secreción láctea, antes del parto. Un
sostén del tamaño adecuado usado durante las 24 horas del día puede producir
mejoría y se debe evitar aquellos que tengan varillas de realce. El uso de
bolsas de hielo puede ser efectivo temporalmente. No se recomienda el
tratamiento hormonal.
9.
Sangrado de encías
Es ocasionado por fragilidad capilar y por un aumento del número y el calibre
de los vasos de las mucosas. Se previene utilizando diariamente un cepillo
dental suave e hilo dental. Es de vital importancia tener controles
odontológicos.
10.
Estrías
Las dos medidas que podrían reducir el riesgo de presentarlas son: hidratación
de la piel y no presentar ganancias de peso exageradas.
Molestias
tempranas
- Ptialismo: salivación excesiva. No se conoce la causa, pero está
asociado a náuseas y vómito, debido a la dificultad para comer.
- Hiperosmia: aumento del sentido del olfato. Se
vuelve incómodo el uso de ciertos perfumes o lociones de la gestante o
personas cercanas.
- Pica: es la ingestión de substancias que no tienen valor nutricional,
como tierra o greda. Esta molestia es dañina, pues interfiere con la buena
nutrición, sustituyendo elementos no nutricionales por comidas importantes.
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Asesoría: Ana Lucía Ruiz, Ginecoobstetra, Clínica De
La Mujer; Hernando Matiz, Ginecoobstetra, Universidad
Del Bosque; Y María Bernarda Durango, Dermatóloga.
Por
Karen Johana Sánchez
Redactora
ABC del bebé