Conozca la verdad de los 10 mitos
con los que los fumadores defienden su hábito
Foto: Jupiter
Algunas creencias que suelen esgrimirse para justificar
este hábito. Expertos las aclaran.
Aunque cada vez son más los países que restringen el
consumo por considerarlo un problema de salud pública, muchos usuarios
justifican que fuman con creencias que han construido.
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¿Qué
gana usted cuando deja el cigarrillo? (Infografía)
Pese a que miles de estudios coinciden
en que fumar es una de las principales causas evitables de enfermedad y muerte
en el mundo, la Organización Mundial de la Salud estima que hoy existen
alrededor de 1.300 millones de adictos al cigarrillo en el planeta.
Estos son diez de los
principales:
Mito 1: 'No es cierto que el humo de cigarrillo
les cause el mismo daño a los no fumadores que a los fumadores'. El estudio
'Las consecuencias para la salud de la exposición involuntaria al humo de
cigarrillo', del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos
(2006), concluyó, tras un amplio análisis de toda la evidencia disponible sobre
el tema, que no existe un nivel de exposición al humo de cigarrillo de segunda
mano que sea seguro para los no fumadores. El mismo informe encontró que este
factor incrementa el riesgo de muerte súbita, de infecciones respiratorias y
del oído y de asma severa en bebés y niños. En los adultos tiene efectos
adversos inmediatos sobre los sistemas respiratorio y cardiovascular, además de
elevar en ellos la probabilidad de sufrir enfermedades coronarias y cáncer de
pulmón (de diez casos de cáncer de pulmón, dos ocurren en no fumadores).
El riesgo es mayor para los no fumadores que tienen otras enfermedades, como la
diabetes y el asma.
Mito 2: 'No puedo dejar el cigarrillo, porque
inmediatamente subo de peso'. Como el hábito de fumar altera el metabolismo
normal de la persona, cuando lo deja esta tiende a subir un poco de peso (entre
3 y 4 kilos). Sin embargo, con una dieta balanceada y actividad física se puede
evitar. Por el contrario, seguir fumando expone a la persona a cosas
peores, como cánceres, males cardiovasculares, envejecimiento prematuro e
impotencia sexual.
Mito 3: 'Solo fumo cigarrillos 'light', porque
tienen menos nicotina y son menos dañinos'. Sí tienen menos nicotina, pero lo
que en general ocurre es que el fumador, para alcanzar los niveles de
satisfacción que su organismo demanda, tiende a consumir un mayor número de
cigarrillos. El efecto a la larga es el mismo.
Mito 4: 'Hay gente que llega a vieja fumando y
nunca se ha enfermado'. Aun cuando no desarrollen siempre cáncer de pulmón,
todo fumador acabará sufriendo una enfermedad secundaria al cigarrillo; se
estima, de hecho, que en promedio vivirá diez años menos que los no
fumadores.
Mito 5: 'El cigarrillo es buenísimo para la
digestión'. Por el contrario, el tabaco aumenta la acidez estomacal y favorece
la formación de úlceras gástricas y duodenales. Además, al reducir el apetito
de los fumadores, estos tienden a desnutrirse.
Mito 6: 'La contaminación ambiental es mucho
peor para la salud que el cigarrillo'. Hasta 1905 (año en que empezaron a
comercializarse las marcas más antiguas de cigarrillo) el cáncer de pulmón y el
enfisema pulmonar eran considerados una rareza médica. Entre quienes empezaron
a fumar en ese momento se registró, de 15 a 20 años después, un aumento
inusitado de casos de ambas enfermedades. Hoy existen miles de estudios que
relacionan el consumo de tabaco y la exposición al humo con patologías
graves.
Mito 7: 'El cigarrillo ayuda a entrar en calor
cuando hace frío'. La nicotina incrementa la presión arterial, el pulso
del corazón, la vasoconstricción y la circulación de las piernas y de los
brazos, lo cual puede desembocar en aumento de la temperatura corporal. Sin embargo,
hay que recordar que son justamente estas reacciones las que elevan el
riesgo de sufrir infartos y accidentes cerebrovasculares (derrames y trombosis
cerebrales).
Mito 8: 'Estudio y trabajo mejor cuando fumo,
porque me ayuda a concentrarme'. La nicotina es un estimulante del sistema
nervioso central que mejora algunas funciones cerebrales; infortunadamente su
consumo continuo está relacionado con el deterioro temprano de las funciones
cognitivas (la memoria, entre ellas).
Mito 9: 'Cuando estoy ansioso o triste, fumar me
ayuda a sentirme mejor'. Los fumadores fundan esta afirmación en los efectos
estimulantes de la nicotina, que se sienten a los pocos segundos de empezar a
consumirla. El problema es que es necesario fumar todo el tiempo para sostener
sus efectos, con todas las consecuencias que trae para el
organismo.
Mito 10: 'Es imposible dejar de fumar'. Por
tratarse de una adicción, es difícil dejarla, pero no imposible. Hoy hay
alternativas de todo tipo para ayudar a la persona que quiere renunciar a este
vicio; entre ellas se cuentan la terapia con profesionales expertos en la
materia y medicamentos para reforzarla.
SONIA PERILLA SANTAMARÍA
CARLOS F. FERNÁNDEZ
REDACCIÓN SALUD
CON LA ASESORÍA DE ÁLVARO MORALES,
PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE NEUMOLOGÍA, Y JAIRO ROA, EX
PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE MEDICINA INTERNA.